—¡Sonia!Nieves gritó mientras se le saltaban las lágrimas al instante y sentía que el corazón se le atascaba con algo que le costaba respirar.Sabía que su Sonia se había ido de vuelta al cielo, que había venido a este mundo y lo había visitado, pero no le gustaba, como estaba decepcionada de todos, por eso volvió para no volver jamás.—¡Sonia, lo siento, lo siento!Nieves abrazó a la niña con manos temblorosas, tocó su pequeño rostro sin vida y lo besó una y otra vez.¡Era culpa suya, su obsesión por Francisco produjo todo esto!Era culpa suya, no merecía para nada ser la madre de Sonia, ¡su Sonia nunca volverá!Nieves se tranquilizó y, personalmente, aseó a Sonia y le puso su vestido rosa de princesa favorito, quería que su hija se fuera de este mundo guapísima. En su última etapa, iba a hacer todo lo posible para darle lo mejor a su hija.Los médicos y las enfermeras querían a Sonia porque esta era como un ángel, y ahora todos estaban tristes, algunas incluso estaban limpiándose la
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