¿Cómo sabía él lo de ella y Daniel Mendoza?Mientras este pensamiento cruzaba por su mente, Sofía Vargas solo sonrió dulcemente:—No, Alex, solo que, ya te divertiste, así que dejemos esto atrás, ¿Vale?Ella pestañeó, aunque en su interior seguía sintiéndose algo nerviosa.Alejandro Ruiz era demasiado especial.Era brillante, talentoso, joven y exitoso, además de ser conocido como alguien inalcanzable, una estrella solitaria en el firmamento.—Qué desastre —se maldijo Sofía en silencio.Alejandro sacudió la ceniza de su cigarrillo, sin decir ni que sí ni que no.Sin embargo, su mirada se tornó más profunda.—Como quieras —respondió con tono indiferente.Sofía respiró aliviada.Se vistió y salió del hotel, tomando un taxi de regreso a la casa de los Vargas.Apenas había subido al vehículo, a unos pocos pasos de distancia.Laura Torres vislumbró su figura y se sorprendió, luego, mordiéndose el labio, jaló ligeramente a Daniel Mendoza.—Daniel, creo que acabo de ver a Sofía.—¿Sofía Varga
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