Justo cuando María sentía que no podía aguantar más, Ana finalmente apareció. Venía corriendo mientras se disculpaba:—Perdón, estaba discutiendo con Gabriel sobre la competición y perdí la noción del tiempo.Javier respondió con tranquilidad:—No pasa nada, al menos tú contribuyes a la familia, no como ciertas malagradecidas.El conductor se mostró comprensivo:—No se preocupe, conduciré más rápido.Pero aun así llegaron tarde.Al alcanzar la puerta del aula, el profesor jefe las sorprendió.Ana, pálida y respirando agitadamente, dijo:—Lo siento, profesor. Es mi culpa por hacernos perder tiempo y causar que María también llegue tarde.María permaneció en silencio con expresión seria.El profesor las miró y le habló a Ana con amabilidad:—Entiendo, no necesitas explicar tanto. Puedes entrar.—Gracias, profesor.Cuando María intentó seguirla, la voz severa del profesor la detuvo:—María, no vuelvas a retrasar a Ana. ¡Que no se repita!María se volvió:—Profesor, Ana acaba de explicar c
Baca selengkapnya