Me sentí tan poderoso."Qué buena chica", gimió Vivianna, abriendo aún más las piernas.Me retorcí ante los elogios y se me puso la piel de gallina.Haciendo que otra mujer gritara de placer mientras la tocaba, tratando de que se sintiera lo mejor que podía. Froté mi pulgar contra su clítoris, sinti
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