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Capítulo 8: Engañado

Author: Claire Wilkins
last update Last Updated: 2024-05-24 14:03:30

Punto de vista de Erik

Me sentí como un tonto.

La princesa me hizo pasar por un tonto.

La había subestimado.

Sentimientos conflictivos se pudrieron bajo mi piel. Una parte de mí quedó gratamente sorprendida. La otra parte burbujeaba con vehemencia. ¿Quién se creía que era? ¿Engañándome así?

Derribé a un sirviente. Los guardias me miraron como si estuviera loco. Estaba resultando ser el bufón de palacio. Quería hacerla sentir miserable, pero Poppy me lo devolvió.

Eso fue insultante. Y un verdadero golpe a mi orgullo.

La chica era inteligente, eso se lo concedo.

Pero los juegos apenas habían comenzado.

Tuve que jugarlos con cuidado. Claramente ella había hecho esto antes. Ella conocía las reglas. Y tuve que aprenderlos rápido. Ella no volvería a atacarme.

Aunque ella no sabía que todavía tenía algunos trucos bajo la manga. Uno de ellos es Magnus.

Y queridos dioses, incluso él se estaba riendo de mí.

Me sentí más bien como un idiota cuando me acurruqué en la sala de agua, esperando ser golpeado por una enfermedad violenta que nunca llegó. Magnus me estaba esperando afuera, con ambas cejas oscuras arqueadas.

"Esa maldita princesa me engañó", estuve a punto de gruñir.

"¿Oh?" Una sonrisa se dibujó en un lado de su boca y quise quitársela de la cara. "Digas."

Le conté sobre nuestra conversación. Sobre las bayas. Sobre todo. Sobre cómo Poppy me dijo que un ogro sería favorable para mí.

¿Qué podría responder a eso? Me tomó tan por sorpresa que me quedé sentado con la boca abierta como un maldito perdedor.

“Ella te atrapó bien, Erik. Parecías un jodido idiota, corriendo como una gallina sin cabeza. Magnus se rió entre dientes, recargándose contra la puerta, mirándome como si fuera la cosa más divertida que había escuchado en toda la semana.

Enseñé los dientes, sin ninguna gracia. "No volverá a suceder".

"La próxima vez que la Princesa Poppy te deje sin palabras, al menos asegúrate de que esté allí para presenciarlo", afirmó con un guiño.

Mi mirada se oscureció.

"Bien. Bien. No eres divertido." Levantó ambas manos en señal de rendición, con una sonrisa todavía en sus labios. “¿Sabes qué? Salgamos a tomar una copa. Hay un pub local...

"He bebido suficiente durante toda la semana", refunfuñé, mientras mi estómago se revolvía con el resto del brandy. No es mi mejor momento. Ni por asomo. Me convirtió en un blanco fácil de explotar para Poppy.

Nunca la tomé por una embaucadora.

“Entonces mírame beber”, dijo. “Además, la mejor manera de entender a la gente de aquí es beber con ellos. Tal vez incluso puedas obtener alguna información sobre tu prometido”.

Él estaba en lo correcto. Los sirvientes probablemente pasaban su tiempo libre en el pub. Podría escuchar algo que podría usar contra Poppy. No podía dejar que ella se apoderara de mí la próxima vez.

No, no lo haría.

Tenía que ganar nuestra pequeña escaramuza. Métete debajo de su piel de la misma manera que ella se había metido debajo de la mía.

Con sus dulces ojos y su piel color melocotón. Con su sonrisa encantadora.

Dulce en la superficie. Astucia en el fondo.

Si pudiera aprender sólo una cosa, entonces podría usarla contra ella. Yo ganaría.

Era una cuestión de orgullo.

"Bien. Me has convencido”, dije. "Lidera el camino".

***

Después de ponernos algo menos extravagante, Magnus y yo salimos.

Finalmente, me quedé sin las sedas finas. Raso azul marino bordado con nuestro escudo. El cuero me pareció mucho más cómodo. Sin mencionar que al estar en este país extranjero, usar algo más sustancial me dio un poco de tranquilidad al tener más protección.

De todos modos, las sedas y las joyas nunca me sentaron bien.

Mis padres no habían regresado de sus reuniones con el rey Varric y la reina Francesca. Mis hermanos todavía estaban en algún lugar del palacio. La tarde fue mía.

Incluso de noche, Aldermor estaba abrumadoramente verde.

Flores brillantes florecían en cada esquina bajo un cielo iluminado por la luna. Nunca antes había visto algo así. Tan lleno de vida. La cálida noche me tomó por sorpresa.

Sólo había conocido el frío intenso. Las nubes de tormenta persisten sobre la tierra, listas para empaparnos con un aguacero torrencial en cualquier momento.

Conocía la nieve y la caza.

Los monstruos del pantano.

El lago helado y resplandeciente del que obtuvimos toda nuestra agua dulce. Pero no te atrevas a nadar o las criaturas del lago te arrastrarían hacia abajo.

Todo esto fue muy anormal para mí.

Ver a la gente del bosque bailando bajo enormes árboles con dosel. Prendas holgadas ondeando al viento. El sonido de flautas e instrumentos de cuerda resonó en el reino desde fuera del pub. Muy diferente de Myrkr.

Magnus se mezcló perfectamente. Un camaleón. Me destaqué más como un pulgar dolorido. Ambos entramos al pub y encontramos un lugar en el bar. La música animada resonaba aún más fuerte dentro del establecimiento.

Velas y magia iluminaron todo el lugar con una suave luz amarilla, contribuyendo al ambiente. Apareció una camarera, una bulliciosa mujer mayor vestida con ropa sencilla y una toalla colgada al hombro.

"Había oído que el Rey estaba dando la bienvenida al reino a algunos elfos oscuros", afirmó la camarera. “Bienvenidos a la Taberna Aldermor. ¡El pub más concurrido y animado de todo el maldito reino!

Magnus le tendió la mano y la estrechó con firmeza. “Encantado de conocer a su conocido. Es todo un espectáculo”.

“Esta noche hay más gente de lo habitual. Los soldados están regresando del frente y la princesa se está comprometiendo, así que hay mucho que celebrar. No sé con quién se va a comprometer, pero debe ser alguien extraordinario para obtener la bendición del rey Varric”, continuó la camarera.

"¿Oh?" Preguntó Mago.

La camarera se rió. "Oh sí. Si miras a tu alrededor, algunos de los hombres comunes están llorando porque ya no pueden intentar cortejarla. No es que el rey Varric fuera a permitir eso. Pero se casó con una plebeya, así que creo que simplemente esperaban esa oportunidad”.

Casi me reí cuando miré a mi alrededor y vi a varios jóvenes inclinados sobre una jarra de licor. Y pensar que estarían encantados de casarse con ella y, en cambio, ella se quedó conmigo. Oh, eso fue gracioso.

La camarera tomó la orden de bebidas de Magus y desapareció para atender a algunos de los otros invitados. Mientras tanto, miré a los distintos clientes. Desde hermosas doncellas hasta viejos gruñones. Toda la selección.

De repente, una mano delicada se deslizó sobre mi brazo. Mi mirada se desvió hacia una mujer joven, con los labios de Cupido torcidos en una sonrisa maliciosa. Mejillas rosadas. Nunca la había visto antes, pero era bastante encantadora. Sus prendas holgadas cedieron alrededor de sus pechos, ondeando y mostrando más de lo que ella creía.

¿Odiaba a los elfos del bosque?

Sí.

Pero yo tenía ojos. Eran absolutamente hermosos. Hacía tanto tiempo que no tenía relaciones sexuales que me sentía hambrienta de ello. A este paso, dejaría que una viuda vieja me obligara a ir a su cama.

Pero, desafortunadamente, no iba a hacer sentir miserable a Poppy siendo una tramposa. Eso fue demasiado fácil. Estaba jugando a largo plazo. Sin mencionar que esta sería una munición fácil para que ella la use contra mí más tarde.

Entonces, por mucho que quisiera sumergir mi cara en la blusa de esta hermosa mujer y ver si sus pezones coincidían con el bonito color rosado de su boca, esto no iría a ninguna parte. Incluso si mi polla seguía discutiendo conmigo en mis pantalones, siempre ansiosa.

Hoy no era el día para pensar con mi polla.

"No te había visto por aquí antes", dijo la joven en voz baja, haciendo girar el cabello rubio alrededor de sus orejas puntiagudas.

“No, supongo que no”, respondí, bajando ligeramente la voz mientras la miraba. "Desafortunadamente, estoy hablado por mí".

De vuelta en Myrkr, eso sería suficiente para detener los avances de cualquiera, pero en cambio, ella dijo: "Bueno, si deja de satisfacerte, puedes encontrarme aquí". Su mano descendió más abajo, rozando mis antebrazos mientras se giraba y desaparecía entre la multitud.

"Estoy orgulloso de ti", comentó Magnus detrás de mí.

"No me habrías dejado escaparme con ella de todos modos", rebatí, mirándolo por encima del hombro.

"No. Pero me alegra ver que todavía tienes algo de honor en ti”. Se llevó la jarra a los labios.

Casi me reí. Pero mi honor no fue la razón por la que me negué.

Me burlé. "De ninguna manera en los Cinco Reinos del Más Allá me follaría a un Elfo del Bosque de todos modos".

Puso los ojos en blanco antes de que se agrandaran un poco y dejara su jarra en el suelo.

"¿Qué?" Pregunté, girándome para ver qué estaba mirando.

Bueno, ¿podrías mirar eso?

La doncella principal de Poppy, Dot, creo, se dirigía directamente hacia nosotros. Ella era bastante linda. Mejillas redondas, pelo largo y oscuro y ojos muy abiertos.

Mientras que los ojos de Poppy eran dulces, también eran agudos. Siempre pensando. Tanto hirviendo bajo la superficie. Los engranajes siempre estaban girando en su cabeza.

Los ojos de Dot parecían muy abiertos como los de un animal de presa nervioso y asustadizo cuando nos miró. Como si no estuviera segura de si la íbamos a devorar de inmediato.

Ella estaba segura conmigo, pero no podía decir lo mismo de Magnus. Siempre que sus relaciones duraban más de unas pocas horas, siempre era con una chica que se parecía o actuaba mucho como Dot.

Muy por encima de su cabeza.

No estaba preparado en absoluto para el tipo de hombre que era Magnus.

Tenía la teoría de que le gustaba la inexperiencia. La oportunidad de mostrarle a una mujer algo nuevo. Al menos hasta que se aburrió y pasó al siguiente. Pero las mujeres de Myrkr sabían en lo que se estaban metiendo porque él tenía fama de hacerlo.

No las mujeres de aquí. Magnus podría elegir la cosecha.

Yo, sin embargo, prefería a mis mujeres con experiencia. Era demasiado codicioso en la cama para tener paciencia con una virgen.

"¡Hola! No esperaba verlos a los dos aquí esta noche”, dijo Dot suavemente, sonriendo nerviosamente y saludando.

"Es una buena manera de conocer el terreno", respondió Magnus, con interés parpadeando en sus ojos, el color parpadeando entre amarillo y violeta.

Las mejillas de Dot se sonrojaron levemente, jugueteando con sus delicadas manos. “S-sí, supongo”. Ella me miró y me tendió la mano cortésmente. “Príncipe Eirikur. Es un placer conocerte bajo pretextos informales”.

"Solo Erik, por favor", dije, estrechando su mano suavemente. Para manos tan pequeñas, la niña tenía un gran agarre. "¿Y dónde está tu princesa esta noche?"

Ella se encogió de hombros. “A ella no se le permite entrar a la taberna. No sin su batallón de guardias para escoltarla”. Dot hizo una pausa, haciéndome pensar que había más en el comentario, pero siguió adelante. “Además tiene trabajo en la clínica. Se acostó temprano.

Mis dos cejas rubias se alzaron. “¿Trabajando en la clínica?”

Dot se limitó a asentir. “Ése siempre está ocupado. De hecho, creo que está trabajando en boxes. Atendiendo a los luchadores. A los luchadores les encanta. El Rey no”.

Sería todo un espectáculo. La princesa salpicada de sangre, cosiendo heridas y cuidando a los débiles. Me encantaría verlo. Si la princesa realmente levantara un dedo por sí misma. No, probablemente sólo estuvo allí para una aparición pública.

Magnus habló a continuación. "¿Siempre eres tan directa con los asuntos de tu princesa?" Él la estaba observando de cerca, en modo completamente riddari. Si estuviéramos de vuelta en casa, Magnus estaría relajado, bebiendo por el deseo de su corazón. Pero aquí, en Aldermor, esto era trabajo.

Las mejillas de la chica volvieron a florecer cuando miró a Magnus, con la garganta agitada al tragar un trago espeso. “La princesa Poppy frecuentemente hace obras de caridad. No es ningún secreto”.

Quería preguntarle si ella misma hacía la obra de caridad o si dominaba a otra persona. Pero entonces se me ocurrió una idea. ¿Por qué no verla en acción? Me esperaba una buena pelea y ¿qué mejor manera de desahogarme?

"Estas peleas", comencé, inclinándome sobre la barra, con un brillo de emoción en mis ojos. “¿Se llevan a alguien?”

"Sí... el registro terminó en la esquina", respondió Dot.

Magnus me miró, perdonándonos mientras se hacía a un lado. "No te estás registrando".

“Por favor, Mags. Nadie sabrá que soy yo. Sólo déjame divertirme un poco”.

Él arqueó una ceja. “¿Y esto no tiene nada que ver con la Princesa?”

Una lenta sonrisa se dibujó en un costado de mi boca. "No. Por supuesto que no. Sólo necesito desahogarme un poco”.

Y echar un vistazo a la princesa cuando no sabía que yo estaría allí.

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