Después de observar bien mi habitación, era de esperar que la curiosidad despertara en mí. Pues, ya que no iré a mi hogar ¿Por qué no buscar información sobre él señor Dylan Markle? ¿Y… ? ¿Qué mejor lugar que esté, su casa? ¿no? Y… Escuchando mi subconsciente decidí salir del cuarto.
Delicadamente abrí despacio la puerta y me deslice rápido pero sin querer al cerrarla la puerta hizo un ruido fuerte el cual me asustó, pensé que él señor Markle había escuchado, me quede paralizada por unos minutos pero adarme cuenta que nadie había salido ni dicho nada caminé rápido hasta las escaleras que daban a la planta baja.
Suspire aliviada.
Moriría de vergüenza si alguien me fuera atrapado.
Mientras bajé miré a mí alrededor y no había nadie. Lo que me dio confianza puesto que pensé que todos estaban dormidos y al bajar las escaleras, gire hacia el lado izquierdo y había un pasillo con habitaciones en ambos lados que decían, zona tecnológica, zona libre, zona histórica, zona trabajo. «Sí quería saber más de él, es obvio que tenía entrar a la zona histórica.»
¡Y ahí entré!
Miré por encima de mis hombros para ver si nadie me observaba y al ver que no había nada que temer. Entre. Abriendo cuidadosamente la puerta. Me lastimé un poco, tenía una cerradura de cristal y hacía un poco difícil agarrarla, pero cuando por fin pude abrirla por completo me adentre al lugar, no prendí la luz, agarre una mini linterna que traía en mi chaleco y empecé a buscar algo, cualquier cosa que me dijera más sobre el señor Dylan Markle.
Pasaron minutos y no había nada, todo era referente a la segunda guerra mundial y a la realeza inglesa. Pasaron más minutos y por fin había encontrado algo, un libro. Si, un libro con la cobertura totalmente negra que por fuera sólo decía "Familia Markle Chosmki" emocionada una sonrisa forma mis labios y expresé — ¡Por fin! ¡Pude conseguir algo de este ser!.—
—Veo que ya ha encontrado lo que estaba buscando señorita Fox— Volteo a escuchar a alguien atrás.
Me congele.
Era el señor Markle quien al decir eso prendió la luz.
—Se-Señor Dy-Dylan Markle. —exprese sorprendida con las manos temblorosas.
Trague saliva.
—Tranquila señorita Fox, no le reclamaré nada. Es más siéntese — me señaló su escritorio. Obedecí, caminado con la cabeza inclinada hacia abajo.
Realmente estaba apenada. No quería verlo, solo deseaba ser invisible.
—Señorita Fox, necesito que me mire para esto que estoy a punto de tratar con usted. —comentó serio y firme con su sutil sonrisa que derrite cada fragmento de mi cuerpo.
Lo miré y de inmediato me perdí en su mirada, pues era como ver las olas de mar. Él agitó sus dedos en mi cara para hacerme reaccionar y parpadee dos veces para centrarme en el regaño que estaba a punto de pasar —Dígame señor Markle, ¿Qué quiere discutir conmigo?—pregunté, tratando de olvidar lo sucedido hace minutos atrás.
—Su contrato.— respondió mirándome fijamente.
—Ah descuide señor. No es necesario, ya su secretaria me lo dio en la mañana.—dije.—Y descuide me he aprendido muy bien las reglas.—añadí. El jefe se echó a reír a carcajadas. —Disculpe señor pero ¿Qué es tan gracioso? —pregunte confundida.
—Qué ese papel que le dio Amanda con esas supuestas "reglas" es sólo una broma para los nuevos empleados. —expreso muerto en risas.
Me sentí estúpida.
No sabía donde ocultar mi maldita cara de mongolica, quería salir huyendo de ahí, quedar como una estúpida delante de tu jefe no es muy fortalecedor que digamos.
No sabía dónde ocultar mi vergüenza, deseaba cambiar el tema rápido para que dejara de reír.—Bueno señor, me da el contrato real para leerlo.—ordené con seriedad. Él arqueó una ceja y fue deslizando despacio una carpeta hacia mí. —¿Este es el contrato? —pregunté al obtener entre mis manos esa carpeta.
Los ojos de mi jefe expresaban temor y nerviosismo.
—Sí. Léalo cuidadosamente señorita Fox, que al firmarlo no podrá deshacerlo y dejará de ser guardaespaldas de relleno.—comentó mirándome fijamente, pude sentir energías malas brotando de él, sus nervios incrementaron más pues no dejaba de sonar sus dedos contra el escritorio.
El señor Dylan Markle, era un tipo egocéntrico, engreído, patán, sexy y sumamente hermoso e intimidante y confieso que al estar ahí enfrente de mí, mirándome esperando una respuesta. Me ponía nerviosa.
Me tome varios minutos dónde pasaba y devolvía las hojas del contrato el cual contaba con diez hojas. Y... Después de esos 30 minutos que tomé por fin decidí hablar.
—Es extenso el contrato veo que se tardó mucho en hacerlo—dije con la mirada fija en él.—¿Qué le hace pensar que yo lo hice?—replicó totalmente serio el señor Markle y rodó un poco la silla hacia mí.
—Lo lamento tanto señor Dylan Markle. No sabía que estas eran cosas de su hermana, si quiere voy inmediatamente a cambiarme.—le comenté saliendo un poco del salón.—Cálmese señorita Fox, si le dije que se sentara es porque no me molesta en lo absoluto.—aclaró Markle con una tosca sonrisa en su rostro.— Y venga a sentarse que hay que hablar de una cosa— continuó hablando volviéndome a señalar mi puesto, camine toda apenada hasta mi asiento. Al llegar coloque mis manos en la mesa y él me agarro la derecha para expresarme mirándome a los ojos—Tranquila de verdad. No me molesta en lo absoluto—reclacó usando su más dulce voz.¡Mi vagina lloro. Grito y se Derritió!«Juro que al tocarme mi cuerpo tembló. Mis deseos sexuales hacia él van aumentando con rapidez» ¡Maldición! Y
Mierda.Mientras caminaba por el oscuro pasillo hacia mi habitación en mi mente solo invadía esa pregunta, sin embargo al entrar a mi aposento se fue desvaneciendo poniéndome a pensar dónde rayos estaban mis cosas, las cuales busque con rapidez y cuando las vi tirada en el suelo junto a la cama me cambie y baje. Baje lo más pronto posible pero ya tenía 20 minutos de retraso. Dios, mi jefe me ha dejado claro que no le gusta la impuntualidad y por eso me vi obligada a correr.Cuando llego a las escaleras, me paralice de los nervios al ver que el señor Markle me estaba esperando en la puerta con su cara arrugada y manos flexionadas en el pecho.—¡Veo que para usted señorita Fox, es una costumbre llegar tarde!—Dijo molestó arrugando más su frente.—Escuche bien esto que sólo lo repetiré una vez—su mirada estaba fija en mí y odio transmitia—&i
Llegamos a la mansión en tiempo record.Baje del auto y camine lo más rápido que pude a mi habitación, al estar ahí empecé a destrozar todo y a llorar con fuerza. No podía creer que estaba a punto de tener sexo con el chico más sexy y hermoso de New York y lo arruine todo por ser virgen. «Lo fuera hecho con Adam esa noche en la graduación. No lo hice por estúpida por querer esperar al chico especial, al chico correcto» Adam era un amigo con quién me gradué de la Academia de guardaespaldas.Mi tristeza y mi pensar me hicieron quedar dormida hasta que escuché tocar mi puerta y me desperté.—¿Señorita Fox? ¿Señorita Fox...? —era Leticia llamándome, otra vez.Al segundo llamado me desperté.Abrí.—Sí, dígame Leticia—respondí adormecida.&
Me despierto sintiendo pasar un delicado roce por mi rostro. Era el señor Markle quién mientras me observaba dormir paso suavemente una rosa blanca. Al voltear estaba apoyado en la cama mirándome yo lo mire y una sonrisa broto en mí al verlo ahí feliz. ¡Joder, se ve tan hermoso cuando sonríe! -pensé.—Buenos días—dijo, el señor Markle con una sonrisa apenas abrí los ojos, y entregándome la rosa.—Buenos días, señor Markle—respondí a ver esa hermosa sonrisa, y al oler la rosa.—Sólo dime Dylan o Markle, el señor para ti está de más—Expreso Dylan.—Te prepare el desayuno para hoy—siguió diciendo, mientras se levantaba de la cama desnudo con sólo un bóxer a buscar la bandeja. La cuál contenía dos panes tostados, frutas, café, leche, jugo de naranja
DylanAl ver esas miradas entre Adam y Cristina enloquecí en mi interior. Haber estado con Cristina me confirmo que si es posible amar, ¡Sí! me he enamorado de ella. Aunque suelo ser directo con lo que siento con ella todo era diferente. No le pude decir al instante ¡Todo por el maldito contrato que la hice firmar! y él ¡Maldito de mi hermano!Ella noto completamente mis celos ante eso, me pregunto. Pero no sabía que decir "Oh si Cristina enloquecí al verla sonreír con Adam, muero de amor por usted desde que estuvimos juntos. Y si estoy absolutamente celoso" No. No, podía hacer eso 1. El !Maldito contrato! Otra vez, 2. Él psicópata de mi hermano y 3. La acabo de conocer hace dos días como expresar mis sentimientos hacia ella ¡No me creerá si le digo que estoy enamorado! Es absurdo hasta pensarlo, nadie se enamora de la noche a la mañana.T
Cristina.Aburrida. Leía una revista en la zona de espera mientras Dylan hablaba con Alex.No puedo negar que su amigo Alex es realmente guapo. Color moreno como el chocolate, cabello negro lacio y ojos verdes limón. Y ni hablar de las pecas en su nariz que le daba un perfil angelical. Al irse pude observar perfectamente sus nalgas redondas como un balón. No. No ¿Qué hago pensando en alguien más? Si Dylan es absolutamente más guapo que él.Pensar en Dylan Markle, me lleva a otro mundo y con sólo imaginar esa noche despierta cada fibra de mi piel. La cual moría por ser suya de nuevo.Estaba perdida en mis pensamientos. Cuando Amánda se para.—Señorita Fox. Señorita Fox—Dijo Amánda. Agitando sus dedos en mi cara a no verme reaccionar a la segunda vez en decir mi nombre.Parpadee dos veces y agite mi cabeza—&iques
Cristina.3 Horas después.Abrí los ojos violentamente pero con la misma violencia los cerré por un destello de luz cegadora que invadió mi vista. Los vuelvo abrir delicadamente y una sonrisa se pasea por mi rostro al recordar pequeños fragmentos del sexo con Dylan lleno de besos y acaricias placenteras.Miré alrededor Dylan no estaba. Y yo solo tenía encima una camisa de él.¿Por qué se fue? ¿Qué hice para que cambiara conmigo? Era lo que invadía mi mente. No lo odie. Lo quiero tanto que es imposible para mí hacerlo. No puedo creer que haya desecho el contrato, si él mismo dijo que no había marcha atrás una vez que lo firmara. Esté hombre no lo entiendo. Trato pero no puedo, Es decir, Cada vez que creo que lo entiendo pasa algo que me asegura que jamás lograré hacerlo. "Dios... sé que cuando e
Cinco horas después.Entregué mi turno e igual mi carta de renuncia. Al jefe le pareció gracioso y a Amanda todavía más. Estábamos los tres en la oficina de Dylan, y ellos no podían creer que apenas con dos días de empleo ya esté renunciando a un cargo "tan prestigioso como este"
Adam.¡Demonios! Jamás volveré a beber en mi puta vida.Me desperté adolo
Llegamos a la mansión en tiempo récord pero ya era muy tarde y decidimos descansar.Cristina se quedó en mi pecho dormida y sentir su respiración, sentir su calor, sentir como latía su corazón, sentir su cuerpo junto al mío. Me hizo sentir que por fin estaba completo.
Dylan.Gracias a dios llegó sana y salva.Estaba un poco distante conmigo pero no me import&o
Iba rumbo a la mansión, pensando con la mirada regia hacia la ventana.Esa llamada trajo de vuelta a la antigua Cristina, a la Cristina que yo era antes de conocer a Dylan. Trajo de vuelta a es
Cristina.¡Esta moto es genial! No. Pero nunca podrá superar a mi moto.—susurré. Al guardar la moto en el mismo lugar que la conseguí. No quería que Dylan se diera cuenta que la agarre, por eso deje todo como estaba.
Cristina.Me desperté y como cosa rara lo primero que pensé fue en Dylan. Estiré mi mano hacia su lado de la cama, y no estaba.
Mi mente está agotada. Mi cuerpo no puede más, literal siento como voy explotar.Quiero dejar salir toda mi frustración. Ya no aguanto más. Tantos secretos, tantas cosas que no entiendo, creo que estoy a punto de enloquecer de tanto pensar. Ya quiero llegar a casa para poder descansar pero Dylan va a 10 km por hora, sí más lento que una tortuga. Pero eso no es lo peor...
Llegamos a la mansión y todos los empleados estaban formados, apenas nos vieron entrar aplaudieron. Supuse que ya sabían todo. Vergüenza era lo que sentía en ese momento, pero al ver la sonrisa de Dylan, se me fue. Parecía que lo disfrutaba, por lo menos eso decía su cara.Abracé a todos y por último estaba Adam el cual se acercó a mí y co