La hermana subestimada: seis hermanos suplicando redención
En su vida anterior, cuando los padres de María Escobar murieron en un accidente de tráfico, su hermano Francisco, preocupado por su imagen, acogió a casa a la hija del conductor que murió en aquel accidente.
Para aparentar igualdad, sus seis hermanos agotaron los recursos de María y humillaron su dignidad mientras apoyaban a Ana Peralta, la hija del conductor.
A pesar de haberlo sacrificado todo por sus hermanos, María acabó siendo expulsada de su propio hogar, lo que la llevó a una muerte trágica.
Al renacer, María abandonó toda su bondad. No más perdón, no más reconciliaciones. "Ustedes se tienen entre ustedes, yo me basto sola."
Sus hermanos pensaban que solo era un berrinche pasajero y que pronto regresaría humillada. Pero pasaron tres días, luego otros tres, y comenzaron a inquietarse.
Francisco: —¿Por qué mi salud está empeorando? Porque María ya no me trae mis medicinas.
Diego: —¿Por qué falla constantemente el sistema de seguridad? Porque María ya no lo mantiene.
Luis: —¿Por qué se ha estancado la investigación de medicamentos? Porque María ya no se ofrece como voluntaria para las pruebas.
Javier: —¿Por qué estos guiones son tan mediocres? Porque María ya no los escribe.
Carlos: —¿Por qué esta prótesis es tan incómoda? Porque María ya no las fabrica.
Gabriel: —¿Por qué el equipo está perdiendo? Porque María lo abandonó.
Desesperados, sus hermanos le rogaron:
—María, vuelve con nosotros, somos una familia, la sangre pesa más que el agua.
María les lanzó el acuerdo de separación familiar a la cara con una sonrisa gélida:
—Qué conveniente, ¿no? Cuando el carro ya chocó, ahora sí saben cómo evitarlo. Cuando las acciones ya subieron de valor, ahora sí saben cuándo comprarlas. Cuando ya cometieron errores y pagaron las consecuencias, ahora sí se arrepienten. Lo siento mucho, pero yo... ¡no perdono!