lirik tu jo mila

Mila Carson thought her life couldn’t spiral further out of control. One night shattered her future—a drugged betrayal, a fiancé she barely knows, and a crime she didn’t commit. Framed for the hit-and-run death of her fiancé’s mother, Mila faces betrayal from her own family and a death sentence for a murder she didn’t commit. But when she discovers she’s pregnant with her fiancé Lowe Sterling’s child, Mila refuses to give in to despair. As the truth unravels, secrets and lies threaten to ignite a war between love, revenge, and survival. Mila has one shot to clear her name, protect her unborn child, and expose the real culprits behind the conspiracy. In a world of manipulation and deadly alliances, can she find justice before time runs out? For fans of Betrayal, second chances, secret babies, arranged marriage, high-stakes betrayal, and unexpected twists, this book is your next obsession.

Mis padres, reconocidos filántropos y las personas más ricas del país, siempre fueron generosos con todo el mundo, pero conmigo las reglas eran diferentes. Como su hija, cualquier gasto que superara un dólar requería su autorización. El día en que me diagnosticaron cáncer terminal, reuní el valor para pedirles quince dólares. Su respuesta no fue ayudarme, sino un sermón interminable de tres horas. —Eres joven, ¿qué clase de enfermedad podrías tener? Ni siquiera te tomaste la molestia de inventar una excusa mejor para pedir dinero —me dijo mi padre, con el desprecio grabado en cada palabra. —¿Tienes idea de cuánto tiempo podrían sobrevivir los niños de las zonas más pobres con quince dólares? Tu hermana menor tiene más sentido común que tú —agregó mi madre con frialdad. Con el cuerpo agotado y el alma hecha pedazos, salí de aquella casa. Caminé varios kilómetros de regreso al almacén abandonado, sintiendo el peso de cada paso. Al pasar frente a un centro comercial, una pantalla gigante mostraba la última noticia: mis padres alquilaba un parque de diversiones entero por una suma exorbitante, solo para complacer a mi hermana adoptiva. Las lágrimas que había contenido durante tanto tiempo rompieron la barrera del orgullo y comenzaron a brotar sin control. 15 dólares, ni siquiera alcanzaba para una sesión de quimioterapia. Solo quería comprar un vestido nuevo para despedirme de esta vida con dignidad.