All Chapters of La promesa vampírica: Chapter 11 - Chapter 20

Punto de vista de MíaEl frente del club era ruidoso y bullicioso. Varias personas estaban haciendo fila afuera del club, fumando o bebiendo. Estaban esperando para entrar. Un hombre corpulento estaba sentado frente a la puerta.Las brillantes luces de neón destellaban ruidosamente contra el cielo oscuro. Suspiré profundamente después de examinar la situación. No había manera de llegar a Kaya a tiempo si tenía que hacer fila.Apretando los dientes, pasé a la gente a lo largo de la pared y entré al callejón al costado del club. Toqué las paredes para buscar alguna puerta lateral o algo que me ayudara a entrar sin que me dieran cuenta.Una sonrisa de ganador cruzó mi rostro cuando vi una ventana.Era lo suficientemente ancho como para pasar, así que eso fue exactamente lo que hice. Levantando una pierna sobre las grandes cajas colocadas debajo, me lancé por la ventana y aterricé sano y salvo.Envié una oración silenciosa en agradecimiento por haber tomado la

Punto de vista de Mía"Entonces, ¿cuál es el problema entre tú y ese tipo?" Kaya me preguntó una vez que salimos de clase y subimos al auto que Sol me había prestado."¿Sol?" Pregunté mientras me abrochaba el cinturón y salía del estacionamiento. "No pasa nada. ¿Por qué?"La mujer se burló a mi lado y me lanzó una mirada de reojo. Me reí y la miré divertido. "¿Qué?" Me estresé mientras ella solo negaba con la cabeza."¡Oh, vamos, Mia! Ni siquiera tú puedes ser tan ciega. Te ofrece un trabajo con un salario muy, muy decente por lo que he oído. Te da una habitación en su hermosa mansión además de un auto para usar". como quieras, sólo porque eres su viejo amigo de la familia?"Me mordí el labio inferior mientras me giraba al ver la luz verde. Desde nuestra nueva posición en el camino, pude ver la luz del sol poniente. Bajé la visera para proteger mis ojos. "Es un muy buen viejo amigo de la familia".Kaya gimió ante mi débil respuesta. "Claro, los muy buenos

Punto de vista de Mía"Entonces, esta es tu cajita de comida", murmuré mientras mis ojos nunca dejaban la sangre en la caja fuerte. Se colocó en todo tipo de contenedores diferentes, desde viales pequeños y medianos hasta bolsas de sangre y parches de sangre.Estaban organizados y etiquetados por fecha y tipo de sangre, lo que me sorprendió. Nunca antes había visto una extracción de sangre, mucho menos algo tan refinado como esto.Cuanto más lo miraba, más confuso me sentía ante la cantidad limitada de sangre en la caja fuerte. Me volví hacia Sol y le pregunté: "¿Esto es suficiente para ti?"Él asintió y sacó un pequeño frasco de O positivo del suministro de la piscina más grande frente a nosotros. "Por lo general, esto es todo lo que necesito durante la semana". Me sorprendió su declaración. Escuché mientras continuaba. "Los sangre pura mayores necesitan menos sangre para sobrevivir que los más jóvenes".Sentí que mis cejas se juntaban ante la información. Lo

Punto de vista de MíaSol entró al baño cuando yo comencé a sentarme junto a la bañera. Lo miré mientras inspeccionaba la habitación a mi alrededor. Sus ojos se posaron en la pila de ropa ensangrentada que había en el suelo.Para mi sorpresa, Sol recogió la ropa del suelo y se fue antes de que pudiera parpadear. Al momento siguiente estaba de nuevo dentro del baño sin la ropa ensangrentada. Me sorprendió que hubiera hecho algo así. Tal vez sabía que me hacía sentir incómodo estar en una habitación con objetos ensangrentados.Agarró una toalla más pequeña del costado del baño y comenzó a escurrir el agua de mi cabello."Te vas a enfermar si no te pones algo abrigado", me dijo en voz baja. Negué con la cabeza."Los vampiros no se enferman." Le lancé una sonrisa descarada a mi pesar, pero él negó con la cabeza a cambio."Los humanos lo hacen"."¿Soy humano?" Pregunté burlonamente. "Los humanos no beben sangre de otras personas. Realmente están en contra

Punto de vista de MíaDespués de que Sol me dejó dormir, me desperté la noche siguiente. Sentí todo mi cuerpo tambaleándose por los eventos de la noche anterior y el efecto que la sangre tuvo en mi cuerpo. Con solo pensarlo, casi quise vomitar de nuevo.Cuando giré la cabeza hacia un lado, noté que las cortinas todavía estaban bien cerradas, a pesar de que el sol no amenazaba mi creciente dolor de cabeza. Sobre la mesilla de noche había un vaso alto de agua con una jarra y unos analgésicos.Sonreí ante el gran cuidado de Sol y bebí el vaso inmediatamente, sintiéndome deshidratada y entumecida. Dejé el analgésico porque sabía que sólo empeoraría el efecto de la sangre.Una nota al lado me hizo saber que Sol había enviado un correo electrónico a mis profesores y recuperado algunas hojas de trabajo de las clases que me había perdido. Fue pensativo que hubiera logrado hacer esto, lo que hizo que su cuidado fuera aún mayor.Al abrir mi teléfono, noté que recibí corr