Nuestros labios se movían juntos en una danza que sólo ellos entendían. Era un tira y afloja que parecía no tener fin. Su beso era exigente, abrasador y lo consumía todo, y me recordó cómo vivía su vida. Zander era ese fuego que todo lo consumía y que ya me había quemado una vez, pero ahora su ard
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