El mundo se había tornado oscuro de repente, como si no pudiera ver, escuchar o sentir nada más que no fuera el llanto de aquel bebé. Connor ni siquiera vio a dónde se dirigía, los pasillos que recorría o las puertas que atravesaba, solo sabía que detrás de la última que empujó estaba… él.El cuarto era de un color azul muy pálido, con nubecitas blancas pintadas en las paredes. Era pequeño, acogedor y cálido, y en medio había una cuna de madera en la que se veía un bebé de pocos meses dando suaves pataditas al aire.Las manos de Malía, que habían estado batallando hasta ese momento por retenerlo, lo soltaron de repente. La mujer pasó a su lado, porque ya no había nada que hacer; y se acercó a la cuna, levantando en brazos al bebé.Quizás a Connor le había llegado a lo más hond
Last Updated : 2021-10-26 Read more