Capítulo 3

~DANTE~

Me desplacé en la cama del hospital para ver mejor a la chica que estaba a mi lado. La chica que había convertido recientemente en mujer. Ella era misteriosamente silenciosa. Nunca hemos estado en silencio ensordecedor o nos hemos quedado sin cosas que decirnos. Esto es bastante incómodo. Desde que fue ingresada, hemos estado durmiendo en esta cama de hospital. Ninguna otra mujer me ha dado nunca un hombro frío como Lola. ¿Está enfadada porque le robé su inocencia y dañé su vCard? Estoy desesperado porque diga algo. Considerando lo que acabamos de hacer, Candice no se merece lo que hicimos. Estaba borracho, pero sabía lo que había hecho, y quería hacerlo de nuevo. No estaba bajo la influencia del alcohol, y no diría que estaba bajo la influencia del alcohol. Era consciente de lo que estaba haciendo. Nunca imaginé que me acercaría a cruzar el límite. Pasó otro minuto en absoluto silencio en la cama del hospital. Se arregló la ropa y entró en el cuarto de baño.

Su piel parecía estar impecable, y sentí mi polla palpitando en mis jeans. Recé para que nunca me volviera a sentir así. Maldije mi polla por desearla en voz baja. ¿Por qué se siente tan bien? Engañé a mi novia con mi mejor amigo. Se siente tan bien. Como estoy excitado, me maldigo por haberla mirado. Soy consciente de que no se ha recuperado del todo, pero la deseo desesperadamente. Nunca he deseado a una mujer tanto como deseo a Lola, y eso está mal. Me di cuenta de que aún le costaba caminar.

¿Por qué me parece tan natural acostarme con mi mejor amiga?

Estoy empezando a creer que estoy enfermo. ¿Qué era lo que no parecía un error? Estoy completamente desprovisto de sensaciones. Ni la más mínima. Aunque soy consciente de que es mi mujer, también tengo novia. ¿Es posible que se acostara conmigo porque ahora estamos casados? ¿Es porque es mi esposa que me pareció correcto? Todo parece haber ocurrido simultáneamente. Parecía como si no pudiera escapar de ello. Era como si estuviera destinado a suceder.

Ella salió de baño y se paró junto a la ventana, mirando a la calle. Necesito desahogarme. Esto no volverá a ocurrir. Tiene derecho a saberlo. Inhalé profundamente detrás de ella. Miré mi anillo, que se sentía perfectamente colocado, como si estuviera destinado a estar allí. ¿Cómo es posible que todo con mi mejor amiga resulte tan natural? Era como si ella fuera mi auténtica esposa y Candice no. Lo eché a un lado.

—Lola, los acontecimientos de la semana pasada no deberían haber ocurrido—

No estoy seguro de lo que ella piensa al respecto. Pero las cosas no pueden ser incómodas entre nosotros dos. Hemos cruzado la línea. Ella siempre será mi Lolita. Mi mejor amiga

—Lola, deberías decir algo. Esto no puede pasar. No debería haber sucedido en primer lugar. Incluso si estuviéramos casados, sería imposible. Eres consciente, ¿verdad? —

Ella seguía mirando por la ventana.

—Sabes, se suponía que era Candice, pero lo que le hicimos no es justo. —

Ella cambió su mirada con una sonrisa en su rostro.

—Fue simplemente un momento de debilidad, Dante; no hay necesidad de justificarlo. Lo comprendo— Empezó a recoger sus cosas.

"Volvemos a mi casa". Ella asintió.

~Lola~

Cuando Dante me informó de que aquello no debería haber sucedido, sus palabras atravesaron como una daga tóxica mi corazón que se retorcía viciosamente. Era muy consciente de que tendría que cargar con las consecuencias, y aun así seguí adelante y lo hice de todos modos. Sabía que llegaría a arrepentirse. Gracias a Dios que no estoy frente a él, lo cual es preferible a que sea testigo de mis lágrimas tortuosas. Inhalé y sonreí. Esto es algo que he estado haciendo durante años. Siempre tenía una sonrisa en la cara, pasara lo que pasara.

Volvimos a la residencia de Dante. A diferencia de nosotros, esta vez dormíamos en habitaciones separadas. Le echaba de menos. Sin embargo, reconocí que compartir cama ya no era una opción para nosotros.

A la mañana siguiente, me desperté con el sonido de risitas en el salón.  Miré hacia abajo desde arriba, donde estaba leyendo una revista, para encontrarme con Dante y Candice. Me encontraba mal, así que volví a mi habitación. Desde que volví del hospital, no me he sentido bien. Entré en el cuarto de baño para ducharme. Antes de ir al trabajo, necesitaba ir a algún lado.

Cuando volví al trabajo tras mi cita, me vi obligado a tomar una decisión. Soy consciente de que se trata de una acción precipitada, pero es necesaria. Me reuní con el departamento de recursos humanos para ultimar los detalles. Cuando volví a mi despacho, tenía los ojos fijos en el portátil. No estoy seguro de que fuera la mejor decisión para mí en este momento. Sin embargo, era necesaria.

Conduje hasta casa con normalidad, pero tenía que volver a casa de Dante porque seguía casada con él. Aparqué y me recibió su madre.

—¿Cómo estás, hija? ¿Por qué estás tan pálido? ¿Has comido algo? — Dijo esto mientras me arrebataba el bolso.

—Sí, madre, acabo de cambiarme de base", le dije.

Entramos por la puerta principal. Dante y Candice estaban absortos viendo la televisión. Subí a terminar la tarea que había quedado pendiente desde que tenía una cita temprano. Me serví un vaso de zumo de naranja y salí al porche para hacer mi trabajo. Cuando abrí el portátil, me saludó un correo electrónico de la agencia que había contratado.

Saludos, señora Monroe.

Quería comunicarle que la propiedad se ha vendido a raíz de su consulta. Actualmente, estoy explorando la zona en busca de la que usted busca. Tardaré aproximadamente una o dos semanas en conseguir lo que busca. Por favor, hágame saber cuál de las seis imágenes que le he proporcionado es su favorita y cuál es la que menos le gusta. Espero ansiosamente su respuesta.

Sonreí ante las noticias del agente. Una vez que reanudé el trabajo, comencé a agregar cosas a mi cesta en línea y, una vez que todo estuvo organizado, sabría a dónde enviar los productos.

Después de todo, he estado significativamente atrasado en varias cosas en mi departamento desde que estaba en el hospital. Mientras estaba trabajando, Candice y Dante entraron en la habitación, tomados de la mano. Los saludé con una sonrisa y apagué mi computadora portátil.

—Hoy, Lola, has estado distante. ¿Te sientes bien? — Candice preguntó.

—Candice, lo siento mucho. Estoy desbordada de trabajo, llevo una semana sin trabajar. —

—Eres consciente de que siempre puedes solicitar mi ayuda, ¿verdad? — Afirmó ella.

—Confía en mí, estoy en necesidad desesperada de destrucción en este momento. Así pues, ¿cuáles son tus intenciones? No puedo seguir casada con tu hombre. Eres consciente de ello, ¿verdad? —

Noté que su expresión parecía preocupada. Una cosa de la que estoy seguro es que Candice no se casará con Dante. Todavía tiene ganas de jugar. Sin embargo, no puedo seguir jugando a ser la esposa por el resto de mis años mientras ella se acuesta con él. Es ilógico. Ella debe elegir lo que desea. Queda muy poco que decir sobre Dante y yo. Dejamos de ser amigos el día que cruzamos la línea.

—Bueno, lo discutiremos más tarde, pero por ahora, sigues siendo la señora Monroe. — Ella se rio.

—Bueno, parece que estás teniendo una aventura con mi marido, Missy. — Ambos estallamos en carcajadas.

—De momento, voy a darme una ducha, — comentó Candice.

Ahora, solo quedamos Dante y yo. Se sentó frente a mí en una de las sillas.

—¿Se encuentra bien, señora Monroe?

—No hay duda al respecto. ¿Estás bien? ¿Cómo estuvo tu día en el trabajo? —

—No estuvo mal, Lola. Te ves…— Tras una breve pausa, empezó el evaluar mi facción. Cogí mi portátil y desvié mi atención de él para evitar mirarle hasta él descubriera algún defecto.

—¿Cuánto hace que no comes?

—No hace mucho. —

—Pon fin a tus engaños, Lola. No has comido nada, que yo sepa. —

Entró para traerme la comida. Empezó a darme de comer. Personalmente, me cuesta creerlo. Cuando pasaba por la cocina, el aroma era repugnante, pero ahora que Dante me daba de comer, sabía fantástico.

—¿Estás enojada conmigo, Lola? —

Este es un tema que he intentado evitar discutir con él. Suelto un suspiro.

—¿Eres consciente de que no podemos seguir discutiendo? Si quieres olvidarte de algo, deja de hablar de ello. Eres feliz con Candice, y eso es lo único que importa. —

—¿Cómo es que no me pareció un error? Me pareció perfecto. No tengo idea de qué le mi pasa, Lola. —

Para ser honesto, a mí me pasó lo mismo. Bueno, sé la razón, pero no se lo diré. No tiene obligación de saberlo. Él es feliz con Candice, y ella es feliz con él.

—¿Podemos dejar esto atrás? Extraño a mi amigo. No al hombre con el que me acosté. —

Tomó mi cara entre sus manos. Nos sentamos en el patio mientras me ayudaba con mi trabajo. Tenerlo tan cerca me reconforta. Todas las tormentas de mi corazón y todas las batallas que libro en mi interior se apagan.

¿Por qué mi mejor amigo sigue siendo una fuente de calma para mí a pesar de lo que hicimos?