Capítulo 8: Evitación

Mia se sienta en el garaje, esperando tener el coraje para salir durante lo que parecieron horas. La última vez que puso un pie en esta mansión, un hombre profundamente ebrio la asustó y se besó con su jefe.

Ciertamente se entretiene, supone.

Después de una rápida charla consigo misma, logra entrar al edificio. Nada explota en el momento en que cruza la puerta, por lo que Mia lo toma como una pequeña victoria.

Por supuesto, diez segundos después, la voz molesta de Sabrina la aborda inmediatamente.

Anoche no te quedaste para que yo aprobara la calidad de la habitación del señor Shir. ¿Por qué no esperaste?

“¿No te habías ido a casa cuando terminé?” Mía está segura de ello.

"Sí, pero deberías haber esperado de todos modos".

Mia realmente no tiene la energía para esto. "Querías que esperara aquí toda la noche hasta que llegaras esta mañana..." Mia inclina la cabeza para ver la tarjeta perforada de Sabrina. "¿Cinco minutos antes? ¿Aunque ayer ya había trabajado más de catorce horas?

Sabrina parpadea. Mia no había respondido antes, a pesar de todos los otros comportamientos horrendos por los que Sabrina la había hecho pasar. ¿Pero esto? Este era un puente demasiado lejos.

“¿Eso es un problema para ti, Mia? Pensé que tenías lo que se necesita. ¿De verdad crees que eres tan bueno como para decirme cómo hacer mi trabajo? Sabrina finalmente responde.

“Les pido que sean razonables. Estoy aquí temprano todas las mañanas, me quedo hasta tarde y soy voluntario para los trabajos que nadie más quiere hacer. Nadie más es presionado tan fuerte como tú me presionas. Simplemente no entiendo lo que tienes contra mí, Sabrina”. La exasperación rezuma de cada palabra de Mia.

Los ojos de Sabrina están demasiado oscuros para leer, pero Mia puede decir por su postura que no tomó bien esa declaración.

“Sólo porque creas que Elon se ha interesado de alguna manera en ti, no significa nada. Los hombres como él no se casan con la empleada. Lo único para lo que serás bueno es para tener un polvo fácil. Una vez que te enojes, él seguirá adelante y nunca más te mirará. Yo, personalmente, no puedo esperar a que llegue ese día. Si duras tanto tiempo, claro.

Mia tenía la sensación de que Sabrina era así de superficial, pero de todos modos está decepcionada. Si ella realmente la hubiera ofendido, tal vez podrían haberlo hablado y terminar siendo amigos. Si el único problema real que tenía con Mia era por Elon, no había nada que pudiera hacer para cambiar de opinión.

"Voy a ponerme a trabajar ahora si no te importa". El tono de Mia es plano. Si Sabrina tuviera algo real que imponerle a Mia, ya lo habría hecho. Todo esto significa que Mia tendrá que tener mucho cuidado para no cometer un error en el futuro.

Ella se aleja antes de que Sabrina pueda responder.

Mia pasa la primera mitad del día intentando permanecer lo más fuera de la vista posible.

Claro, habló mucho sobre confrontar a Elon de inmediato, pero eso era mucho más fácil de decir que de hacer.

Sin mencionar que había un límite de espíritu de confrontación que podía reunir en un día, y Mia realmente lo había gastado todo en Sabrina.

Mia siempre fue el tipo de persona que podía manejar cualquier cosa que la vida le deparara hasta que se sintiera irrespetada. Era su única línea real, y una vez que la cruzaba, tenía tendencia a volverse nuclear.

No solo evita a Elon, sino que hace todo lo posible para pasar desapercibida para Shir. Ella no sabe de lo que es capaz, pero sabe muy bien que cuanto menos interactúe con él, mejor.

En el mejor de los casos, no recuerda lo que pasó y las cosas volverán... lo más "a la normalidad" posible con un hombre que constantemente intenta coquetear agresivamente con ella.

En el peor de los casos, querrá una disculpa por el hecho de que Mia se haya escapado de él. Sigue siendo un hombre muy rico y Mia realmente no quiere saber qué pasará si Shir le dice a su hermano que la despida.

El escenario de pesadilla es que aún no se ha recuperado.

No importa el resultado, Mia no está interesada en lidiar con eso todavía. O, idealmente, alguna vez.

Mia se siente atraída por la oficina con la que se encontró anoche, sabiendo que es increíblemente improbable que Elon la use dos días seguidos.

Abre la puerta un poco para asegurarse de que, efectivamente, esté vacía antes de entrar. En el momento en que ve el sofá, sus mejillas se calientan, recordando la noche anterior.

Se toma un momento para mirar a su alrededor antes de dirigirse a su escritorio.

Del lado derecho está el libro que ella le había dado, con lo que parece un trozo de papel ocupando su lugar aproximadamente a la mitad.

Mia se pregunta si él es simplemente el lector más rápido que jamás haya conocido, o si se había tomado el tiempo de leerlo en el momento en que lo vio porque no podía ver otra manera de que ya hubiera llegado tan lejos.

Abre el libro por la página que tiene el papel y ve que está cubierto de escritura.

En la parte superior, con bolígrafo azul, se lee:

“Notas para conversar con Mia. Es el mayordomo, ¿no?

Mia hace una pausa, sorprendida de que él haya adivinado el final que la había tomado completamente por sorpresa. Ella sigue leyendo.

“El autor claramente piensa que es el creador de palabras más talentoso de su generación (no lo es). El viajante de comercio es una pista falsa”.

Luego, más abajo su guión se vuelve más descuidado, como si lo hubiera escrito demasiado rápido. “¡Sabía que reconocía el nombre! Fui a la misma escuela secundaria que el autor. Su apodo era Stoner Mike debido a... Bueno, basta decir que creo que el nombre todavía encaja”.

Mia toca suavemente el papel con los dedos. Claramente, Elon no había disfrutado su libro, pero algo en el hecho de que no solo continuó leyéndolo, sino que incluso escribió sus pensamientos para no olvidar lo que quería compartir con ella, es entrañable.

Su corazón no puede evitar dar un vuelco.

Entonces, su corazón realmente da un vuelco cuando escucha un grito desgarrador desde la distancia.

Mia vuelve a colocar el libro en su lugar y sale corriendo para ver cuál era la fuente del sonido.

Encuentra a Sabrina parada frente a un gran jarrón roto. Sabrina levanta la cabeza para mirar a Mia.

Mia ve algo que parece pánico en su rostro, pero también hay algo de determinación en ella.

"Tal vez podamos arreglar esto", dice Mia, sabiendo muy bien que probablemente no se pueda reparar. "Sin embargo, tenemos que actuar rápido".

Se oyen pasos en la distancia, claramente en dirección a ellos cuando Mia siente que Sabrina la empuja de rodillas y da un paso atrás.

Tan pronto como Mia se da cuenta de lo que ha hecho Sabrina, Elon aparece en la habitación.

“¿Quién gritó?” Su tono es de preocupación y sus ojos se mueven entre las dos mujeres.

Es la primera vez que Mia lo ve después de su beso y desearía que las circunstancias fueran diferentes. Elon luce tan guapo como siempre, pero esta mañana está particularmente deslumbrante con ropa completamente negra.

Sabrina se aclara la garganta. "Pido disculpas, señor Dahan, pero cuando me encontré con este desastre, no pude evitarlo". Se vuelve hacia Mía. “¿Sabes siquiera lo caro que es ese jarrón? ¡Es una antigüedad! ¿Por qué diablos estás ahí parado? ¡Levantarse!"

La boca de Mia se abre por la sorpresa. “Yo no hice esto…”

“Realmente no puedes esperar que nadie crea eso, ¿verdad? Quiero decir, sabía que eras torpe, pero ¿cómo pudiste ser tan descuidado?

Mia siente que los fragmentos de porcelana comienzan a clavarse en sus palmas. Ella se levanta y la humillación le sube al estómago.

En cambio, mira en silencio a Elon, con la mandíbula apretada por la ira.

Elon la mira y sus ojos no revelan ninguna emoción.

"Es sólo un jarrón". La voz de Elon se vuelve más suave al final de la oración, las cejas se mueven hacia abajo con preocupación porque no rompe el contacto visual con Mia. ¿Está molesto? Mía no puede decirlo.

“Disculpe señor, pero este es el jarrón que le envió su madre cuando cumplió dieciocho años, ¿no es así? Vale al menos un millón de dólares”.

Los ojos de Elon revolotean hacia el desastre destrozado, pero no dice nada. Sin embargo, Mia no pasa desapercibido cómo su mandíbula se tensó ante la mención de su madre.

“Aquí tenemos una política muy estricta sobre la destrucción de propiedades, Mia. Estás despedido y recibirás una factura por los costes de los daños”. Sabrina se aleja a centímetros de la cara de Mia y la agarra por la muñeca. "Di adiós ahora". Su rostro se divide en una sonrisa.

“Ya es suficiente, señora Reyes. No tienes esa autoridad aquí, ¿recuerdas? Elon quita la mano de Sabrina y pone sus brazos entre los dos, obligando a Sabrina a dar un paso atrás. “No sé exactamente qué pasó aquí, pero si Mia dijo que no lo hizo, entonces no lo hizo. "

Sabrina farfulla y su cara se vuelve de un tono rojo oscuro. “¡Ella estaba arrodillada justo enfrente, señor! ¿Qué más evidencia necesitas?"

Elon le lanza una mirada que Mia sólo puede describir como intimidante. "He tomado mi decisión. Consiga que alguien limpie esto. Y no quiero oír más sobre eso, ¿está claro?"

Sabrina inclina la cabeza. "Sí, señor."

"Bien. Mía, ¿una palabra? Elon no la mira, sino que se da vuelta y camina de regreso al lugar de donde vino.

Mía lo sigue. No se atreve a mirar a Sabrina, pero puede sentir los ojos de la mujer quemándole la espalda mientras se aleja.

Elon entra en una habitación vacía y se gira para mirar a Mia.

"¿Estás bien?" pregunta en voz baja.

Mia levanta la mirada para mirarlo. Ella esperaba que él la llamara por lo que había sucedido, quizás eligiendo hacerlo frente a los ojos de Sabrina, pero definitivamente no era eso.

"Sé que Sabrina lleva las cosas demasiado lejos, pero nunca esperé que lo hiciera...", suspira. "De todos modos, si te está molestando, tienes que hacérmelo saber".

Mía niega con la cabeza. Normalmente, le habría encantado la idea de delatar a Sabrina, pero no quiere ser la razón por la que alguien pierda su trabajo. Sabrina no le está haciendo la vida más fácil a Mia, pero eso tampoco significa que Mia tenga mala voluntad hacia ella. Sin mencionar que Sabrina podría cazarla por deporte si descubre que Elon la despidió a petición de Mia.

Todavía se sorprende de que Sabrina haya llevado las cosas tan lejos, pero realmente no puede decir cuánto de eso se había montado. No lo pasaría por alto, pero también podría haber sido un movimiento de pánico lo que la llevó a empujar a Mia al suelo.

De cualquier manera, ella simplemente se alegra de que Elon interviniera cuando lo hizo. El hecho de que él le creyera, incluso sin una pizca de evidencia de su lado, hace que su estómago se llene de mariposas.

"Me alegra saber que en realidad no puede despedirme", bromea Mia, jugueteando torpemente con sus manos.

“No tienes que preocuparte por eso. Si tuviera la capacidad de despedir a alguien, ella sería la única empleada de limpieza que quedaría. Ella es… apasionada por su trabajo”.

Mía se burla. "No creo que sea el trabajo que le apasiona".

Los ojos de Elon encuentran los de Mia con tanta intensidad que le resulta difícil apartar la mirada. Él la observa atentamente durante lo que parecieron minutos antes de aclararse la garganta. "No puedo controlar los sentimientos de otras personas", dice con desdén.

Mía lo mira a los ojos. “¿Qué pasa con el tuyo?”

"Históricamente, no ha sido un problema antes". Suena un poco amargado y el corazón de Mia se hunde un poco. ¿Qué se supone que significa eso?

Ambos se miran por un breve momento antes de que Elon finalmente rompa el contacto visual.

“Debo disculparme. Lo lamento." Huye de la habitación sin decir una palabra más.

Mia se clava las uñas en las palmas de las manos mientras lo ve irse, haciendo todo lo posible por no sentirse como la mujer más rechazada del mundo.

¿Realmente se había arrepentido tanto de haberla besado como para huir de ella? ¿Ni siquiera abordar su beso de anoche?

Cierra los ojos y siente que empiezan a llenarse de lágrimas. El hecho de que no esté sorprendida no significa que le duela menos.

Si Elon va a actuar como si nada hubiera pasado, no importa cuánto duela, ese es un juego que Mia también puede jugar.