La venganza de la despreciada
Julia Campos, la hija mayor de una familia prominente, fue secuestrada durante tres años. Cuando finalmente logró escapar, pensaba que su pesadilla había terminado, pero no imaginaba que estaba a punto de caer en un abismo aún más profundo. Sus padres, que antes la adoraban, ahora la evitaban como si fuera veneno.
Su hermano mayor, quien siempre la había protegido con mucho cariño, sentía un profundo desprecio hacia ella.
Incluso su hermana adoptiva la trataba con burlas y desprecio.
Y su novio de la infancia, quien le había jurado amor eterno, se había convertido en el prometido de su hermana adoptiva y deseaba que ella desapareciera.
Todo esto porque circulaban rumores de que había contraído una enfermedad vergonzosa y que había tenido un hijo con un anciano, manchando así el prestigio de los Campos.
Devastada, decidió cortar lazos con su familia. Con una fortuna oculta de más de cien millones, se casó repentinamente con Antonio Ortega.
Todos sabían que Antonio era un cirujano excepcional, un genio de la medicina, joven, apuesto y de familia prestigiosa, pero nadie se atrevía a acercársele ni a presentarle candidatas para matrimonio.
Esto se debía a su personalidad solitaria e impredecible, pues la línea entre el genio y la locura era muy delgada en él.
Sin embargo, desde que se casó con la despreciada señorita Campos, el doctor Ortega se transformó en un esposo completamente devoto, presumiendo su amor en público y siendo extremadamente cariñoso en privado.
Cuando la familia Campos estaba al borde de la bancarrota y sin opciones, acudieron a su yerno en busca de ayuda:
— Por favor, como parte de la familia, ayúdanos a descubrir quién está detrás de todo esto...
Antonio, abrazando a su esposa y besando tiernamente su mano, respondió:
— Mi Julia es demasiado bondadosa como para ser la culpable, ¿no creen?
La familia Campos quedó boquiabierta.
— Julia... ¡fuiste tú!