Entre Traición y Venganza
Mi hija Sofí era una pianista muy reconocida. 
El día de la final, alguien la encerró en el baño y, confundida, perdió la oportunidad de ganar el campeonato. Revisé las cámaras, descubrí a la culpable y me preparé para denunciar esa trampa. 
Pero mi esposo Andrés, me detuvo con firmeza.
—Es solo una travesura de niños. Si insistes en denunciar a la hermana de Isabel, haré que Sofía ni siquiera obtenga el segundo premio.
Temblé de rabia. ¡No podía creer que Andrés fuera capaz de humillar así a su propia hija solo por proteger a la hermana de su secretaria! 
En ese momento, Sofía me tomó de la mano, aguantando las lágrimas.
—Mamá, ya no quiero el campeonato. Y tampoco quiero a papá.
Apreté su mano con fuerza. —Está bien. Si tú no lo quieres a él, yo tampoco lo quiero.