*Alessandro*Me sentí culpable por despertar a Rebecca. Se veía tan tranquila en mis brazos, con el cabello perfectamente caído sobre las almohadas. Parecía un cuadro, una de las damas artúricas dormidas en su castillo. Aun así, teníamos que volver a casa. Si quería mantenerla a salvo, teníamos que regresar directamente a la guarida de los leones.Sacudiendola suavemente, intenté despertarla de su sueño. Murmuró un poco, parpadeando en la tenue luz de la madrugada. Besé su frente suavemente, incapaz de resistirme a tocarla un poco más. No quería levantarme de esta cama, pero ya era hora de ponerme en movimiento."Buenos días", murmuré, intentando deslizar mi brazo fuera de ella."Buenos días", murmuró ella."Tenemos que ponernos en marcha", insté suavemente."Está bien, está bien", refunfuñó, estirándose y saliendo lentamente de la cama.Hice lo mismo, buscando en la habitación la ropa que iba a usar hoy. A veces deseaba usar más ropa informal. Los tr
Read more