All Chapters of La venganza del ex-marido: Chapter 131 - Chapter 140

¡Cortado!Joaquín cortó ferozmente la espalda de Christian, salpicando sangre por todas partes. La sangre que salía de la espalda de Christian alcanzó el rostro de Carmen.¡Explosión!Carmen quedó atónita y su cabeza explotó en un vacío total. Su cara estaba cubierta con la sangre fresca de Christian.Ella podía sentir claramente que la sangre de Christian estaba caliente, pero su corazón se enfriaba cada vez más.Fue como si fuera el fin del mundo con terremotos y desastres naturales. De repente perdió todos los colores frente a sus ojos, tambaleándose y casi cayendo al suelo. Carmen había llegado al límite físico y casi cae desmayada.—Duele mucho, esta es mi peor herida en esta batalla.Christian gritaba mientras retorcía su rostro debido al dolor. Afortunadamente, ya había activado Espíritu para resistirlo antes del corte; si no lo hubiera hecho, habría perdido media vida aunque no muriera.—¡Muere!Christian apretó los dientes para soportar el dolor detrás de él, girando rápidamen

¡Él tiene un poder extraordinario, no es una persona común!Al principio, Joaquín derrotó a diecisiete ocho dieciocho enemigos por sí solo y se hizo famoso de inmediato. ¡Desde entonces, ha sido el rey y el tirano!Pero ahora, Christian ha vencido a treinta o cuarenta personas por sí solo, incluyendo a expertos del nivel de Joaquín.¡Su fuerza es inimaginable!Por un momento, todos estaban asombrados y profundamente conmocionados por la valentía invencible de Christian.—Ana, ¿esto es cierto? ¿Realmente derrotó a tantas personas?—No estoy soñando, esto es demasiado irreal.La voz del novio de Ana temblaba mientras temblaba todo su cuerpo.Recordando que antes había planeado enseñarle una lección a Christian, ahora se dio cuenta de lo tonto que era.Afortunadamente para él no tuvo tiempo para buscar problemas con Christian; si no estaría entre las personas tendidas en el suelo ahora mismo.—Amor mío—, dijo Ana con la cara pálida como un fantasma. —Este hombre es demasiado valiente. Deb

Joaquín tenía miedo en su rostro y estaba aterrorizado en su corazón.Los guardaespaldas tenían una gran presencia, vagamente con ondas de verdadera energía, ¡todos eran practicantes de artes marciales!Además, cada uno tenía habilidades excepcionales. Entre ellos, Diego era el más poderoso y profundo.Frente a tantos expertos, ser aplastado por ellos era fácil como dar la vuelta de una mano.No podía tenía ninguna esperanza e incluso no podía reunir el coraje para resistir.—Carmen, no sé quién eres, no tengo la intención de ofenderte. Por favor, ten piedad y perdónanos esta vez...Joaquín se arrodilló ante Carmen con una expresión sombría y suplicó por su vida.Habiendo estado en el mundo del crimen durante tantos años, tenía muchos enemigos. Si le cortaban las manos o los pies, habría muchos que vendrían a vengarse de él. Su muerte sería inevitable e incluso su esposa e hijos estarían en peligro.Esto era algo que no podía soportar.—¿Perdonarte?—¿Crees que eso es posible?Carmen m

Sin embargo, lo sorprendente es que no ha pasado mucho tiempo desde la lesión de Christian y la herida ya se ha cicatrizado y parece haber mejorado mucho.—Christian, ¡la herida en tu espalda ya está cicatrizada! ¡Tu velocidad de recuperación es muy rápida!— Carmen estaba muy sorprendida.Recordaba claramente que cuando Christian resultó herido por primera vez al salvarla, su pecho estaba lesionado. En aquel entonces, solo había pasado un día y la cicatriz se curó automáticamente sin dejar casi ninguna marca.No esperaba que todavía fuera así ahora. ¡Esto también era increíble!—Tal vez mi condición física sea mejor y mi velocidad de recuperación sea más rápida que la de los demás—, pensó rápidamente Christian. Esto probablemente tenía algo que ver con su práctica del Espíritu, el cual podía ayudar a las heridas a sanar rápidamente.—Sí, es posible—, asintió Carmen sin darle mucha importancia.Entonces ella extendió su suave mano de jade y la frotó suavemente sobre la espalda de Christ

Viendo cómo Dolores y Christian desaparecían gradualmente, Juan apretaba los puños con fuerza y ​​su mirada estaba llena de odio.—Chico, hoy insististe en venir, no me culpes por arreglarte las cuentas. Es una oportunidad perfecta para vengarme de lo que pasó la última vez en el hospital.—Si vienes a morir voluntariamente, ¡te concederé ese deseo!Juan tenía una expresión feroz mientras sacaba su teléfono móvil y comenzaba a marcar un número.En el pasillo.Dolores y Christian caminaban juntos.—Christian, Juan es una persona rencorosa e implacable.—He oído que tiene un primo que es muy poderoso en el mundo del crimen.—A partir de ahora te tendrá rencor. Ten cuidado cuando te encuentres con él. No permitas que te atrape desprevenido.Dolores parecía preocupada mientras daba sus advertencias.Su familia y la de Juan eran vecinos antiguos del mismo barrio. Antes tenían buenas relaciones pero ella sabía algo sobre la situación actual de la familia de Juan.Sin embargo, en los últimos