Nahuel soltó una risa despectiva, sin darle nada de importancia: —Este tipo de amenazas las escucho miles de veces al día. Todo el mundo dice que no me va a dejar en paz, pero mira, aquí estoy, bien y vivo.Zucka apretó los dientes, molesto: —No te creas. ¡Tarde o temprano vas a encontrar tu derrota! Y cuando eso pase, sufrirás.Nahuel entrecerró los ojos, una mirada cruel cruzó por sus ojos: —Si yo fuera tú, ya estaría callado. Ustedes tres están gravemente heridos, no son rivales para nosotros. Además, mi compañero está a punto de llegar. En ese momento, con los cuatro de nosotros enfrentando a los tres heridos, va a ser demasiado fácil para nosotros. Ahora te doy una salida, y lo que deberías hacer es irte agradecido, en lugar de quedarte aquí diciendo tonterías.Zucka y sus dos compañeros de secta estaban todos heridos, y de los tres, él era el que estaba más grave. Tenía dos huesos rotos en el pecho y muchas heridas en el cuerpo. No se iba a recuperar en menos de cinco días. Y
Read more