All Chapters of El Yerno Millonario: Chapter 3891 - Chapter 3900

Muchos todavía estaban atónitos por la sorpresa. Durante esto, Travis no dudó en levantar la mano y gritar con determinación: “¡Pagaré cien millones de dólares estadounidenses!”.Charlie, en la sala de control, sonrió con admiración. “Travis Lane es realmente inteligente. Él sabe que debido a su falta de finanzas, tiene que competir por la primera cuarta parte. Si no puede ganar la primera cuarta parte, le será aún más difícil ganar la siguiente”.“Así es”. Isaac se detuvo en una de las imágenes para mostrar un primer plano del rostro de Travis. Sonriendo, agregó: “¡Mire, Joven Amo! La oferta de Travis es muy impresionante, pero se nota por la expresión de su rostro que gastar tanto es muy doloroso para él”.Charlie miró el primer plano y estalló en una risa entretenida. Asintiendo, dijo con una sonrisa: “De las doscientas personas que vinieron hoy, al menos la mitad decidirá darse por vencido cuando se anuncie el precio inicial. Pasaron por todos los problemas para venir aquí porqu

Por lo tanto, él aumentó la puja en casi doscientos millones tan pronto comenzó a ofertar solo para conseguir la Píldora Rejuvenecedora.Esto fue igualmente sorprendente para Travis, la antigua reina del Norte de Europa y el multimillonario del Medio Oriente que había ofertado antes. ¡Ninguno de ellos esperaba que el magnate africano fuera tan poderoso! En solo un instante, había elevado el precio de la oferta anterior a un nivel escandaloso.Travis estaba deprimido.Quinientos millones de dólares estadounidenses convertidos en dólares oskianos eran fácilmente más de tres mil millones de dólares. Él podía pagar esa cantidad, pero estaba reacio a pagar tanto.En la subasta anterior de Píldoras Rejuvenecedoras, logró ganar una píldora completa con solo dos mil millones de dólares. Ahora, necesitaba desembolsar tres mil millones de dólares por solo un cuarto de píldora. No estaba dispuesto a hacerlo.Mientras luchaba por decidirse, la vieja reina del Norte de Europa ya había tomado

Mientras Travis gritaba su oferta, pensó para sí mismo...‘Diez mil millones de dólares es mi límite máximo. Prefiero ir al grano en vez de seguir perdiendo el tiempo con esos dos b*stardos. ¡Seré despiadado y aumentaré la oferta en trescientos millones de dólares estadounidenses! ¡A ver quién más se atreve a superarme!’.Travis pensó que su furiosa acción asustaría a los dos. Para su sorpresa, sus dos competidores levantaron la mano casi al mismo tiempo.El multimillonario del Medio Oriente gritó: “¡Ofrezco mil setecientos millones!”.El magnate africano fue aún más agresivo. Rugió: “¡Dos mil millones! ¡Ofreceré dos mil millones!”.Travis fue vencido y se rindió en un instante. Se dejó caer en su asiento, con la espalda empapada en sudor frío.Él sabía que no podía seguir pujando más.No podía aceptar pagar cinco veces más solo por un cuarto de píldora. Incluso si lograra comprar la píldora a un precio más alto, era posible que no pudiera recuperarse de la compra y se sentiría

Antes de que el subordinado pudiera expresar su descontento, el magnate africano le advirtió de inmediato: “¡No digas tonterías!”.Ante eso, el subordinado sabiamente guardó silencio. Después de eso, el magnate africano caminó lentamente al escenario paso a paso, temblando todo el camino, apoyado por su subordinado y un soldado. Había más de cuatrocientas personas que lo veían tambalearse hasta llegar al escenario. El suspenso era atormentador. Un hombre sano podría llegar fácilmente al escenario en treinta segundos, pero el magnate africano tardó de siete a ocho minutos en recorrer una distancia tan corta.Cuando finalmente llegó al escenario, estaba todo tembloroso.Travis se volvió loco ante el absurdo precio. Apretó los dientes con insatisfacción al ver al magnate africano moverse con una lentitud insoportable. Maldijo: “¡M*ldita sea! ¡Este b*stardo está temblando tanto en el escenario! ¡Me estoy mareando con solo mirarlo!”.En primer lugar, Travis nunca era un hombre ta

Entonces alguien gritó que esto no era un sueño. ¡Era un milagro!Mientras tanto, el multimillonario del Medio Oriente que había decidido rendirse en el último momento se echó a llorar arrepentido.Se agarró el pecho con fuerza y ​​siguió abofeteándose, ahogándose y reprendiéndose a sí mismo: “¡Eres un hombre tan tacaño! ¡¿Por qué eres tan tacaño?! ¿Cuál es el punto de conservar tu dinero? ¿De qué sirve? ¡Ni siquiera puedes llevártelo contigo cuando mueras!”.Luego, se cubrió la cara con ambas manos y sollozó feas lágrimas.Él no era el único con un profundo arrepentimiento. Muchos otros quedaron completamente conmocionados por el milagro ante sus propios ojos. Antes solo tenían la intención de ver el programa y habían dudado de la eficacia de la píldora. Ahora, su arrepentimiento casi los estaba matando. Muchos de ellos fácilmente podrían pagar dos mil millones de dólares estadounidenses. La mayoría de los invitados tenían enfermedades terminales y no tenían otra razón para viaj