Planes en marcha Una vez que la pareja se instaló en la habitación de Alana, Dakota los llamó para cenar, lo que se convirtió en un verdadero suplicio para Scott, él no era ciego y el amor que veía en los ojos de su hija por Matthew le angustiaba. ¡Dios! Ninguno de ellos sabía quién era él o quien habían sido y el papel tan desastroso que había jugado en la vida de Blake. Scott jamás pensó que un día volvería a encontrarse con algún miembro de la familia Cameron, pero ahí estaba nada más y nada menos que el primogénito de la familia. Scott no vio al hombre, vio al niño que estuvo a punto de quedarse sin padre por su culpa. —¿Papá? —la voz preocupada de Alana le hizo ver en su dirección—. ¿Estás bien? Estás pálido —le dijo ella. —Debe ser que he tomado muy poco el sol, a tu madre le dificulta mucho ayudarme a salir al patio —dijo un tanto distraído. Alana no le creyó, algo en su interior le gritaba que eran otros los motivos por los que su padre estaba así, ¿quizá una deuda? ¿Ta
¡Un sueño húmedo!La mano de Nash se cerró en un firme puño, apretó tan fuerte que sintió como sus uñas rompían su carne. Lo que tanto temía se había hecho realidad, Ava y Cody juntos.—¿Eres masoquista? —Nash se giró con violencia al reconocer la voz de Liam, el nudo que se formó en su garganta casi logró ahogarlo.—¿Me estás siguiendo? —cuestionó una vez que la impresión inicial pasara.—Soy periodista, sigo a todo el mundo Nash, no eres especial —respondió con guiñándole el ojo.Nash frunció el ceño.—¿Vas a publicar su romance? —preguntó, volviendo su atención a la pareja que bailaba en el centro de la pista de baile, sus bocas seguían unidas, ajenos a sus espectadores.—No tengo más que una foto, pero podría empezar a levantar revuelo con esto —dijo, señalando la cámara que colgaba del pecho.Nash gruñó.—Le arruinarás a Cody si lo haces —dijo.—Y ella, ¿no te interesa? —le cuestionó Liam, mirando en la misma dirección que Nash.—Es la prima de Matthew, por supuesto que me intere
Confesiones La mano de Matthew se aferró al pomo de la puerta al escuchar la pregunta de Scott, estaban llevando a Alana a un terreno peligroso, pues bien, ella podía ser honesta y decirle que entre ellos no había nada, que todo era una farsa o seguir con el juego y fingir que todo era amor entre ellos. ¿Cómo haría para discernir la respuesta correcta? ¿Había una respuesta correcta?Matthew no tenía idea, así que esperó por la respuesta de Alana y fuera la que fuera, intentaría tener la mente abierta a todo, aunque en su interior rogaba porque su amor fuera correspondido.—Alana…—Estás haciéndome una pregunta muy personal, papá —dijo ella, mordiéndose el interior de su mejilla. Sabía que Matthew podía escucharla y cualquier respuesta que diera podía cambiar las cosas entre ellos.Scott miró a su hija, quizá no necesitaba una confirmación, los ojos de su pequeña hablan por sí solos…—Alana…—No puedo decirte que estoy enamorada de Matthew —soltó Alana, mientras el corazón del chico s
A solo un paso del amorLa familia Carter enmudeció al escuchar las palabras de Matthew. Scott y Dakota porque sabían lo que eso significaba y Alana porque se vio sorprendida de que Matthew fuera con todo por ella.El corazón de Alana se estremeció y su mano apretó con fuerza la mano de Matthew.—¿De qué hablas? —preguntó Scott, su rostro estaba pálido.—Quiero hacer las cosas bien, señor, y no hay mejor manera que presentarles a mis padres y pedir la mano de Alana —dijo, mirando a Alana de nuevo—. Quiero que seas más que mi novia, Alana.Ella se estremeció.—Matthew —dijo, no sabía que responder, cualquier cosa que dijera era poco para todos los sentimientos que se desbordaban por su cuerpo. Su corazón latía alocado y por un momento pensó que todos en la sala eran capaces de escuchar.—No lo deseas, ¿quizá me apresuré? —dijo él.Matthew era muy consciente de que debió preguntarle a Alana si estaba de acuerdo. Aunque con la confesión de esa mañana él dio por hecho que su respuesta era
La mujer que amoLa tensión en la sala de la familia Carter podía cortarse con el filo de un cuchillo. El silencio se prolongó más de lo que nadie imaginó.—Tú —susurró Hope, haciendo que Alana la mirara.—Hope, Blake, bienvenidos a mi casa —saludó Scott sintiendo como el nudo en su garganta bajaba y se instalaba en su pecho.Hope miró a Matthew y luego a Blake, ella necesitaba una explicación de lo que ahí sucedía, porque los pensamientos que la embargaron no le gustaron en lo más mínimo.—Papá, mamá, abuela —dijo, viendo a sus hermanos, haciéndoles sentir parte de aquel momento—. Les presento a Dakota y Scott Carter, los padres de Alana —dijo.Un nuevo silencio se instaló en la habitación, confundiendo a los hijos que desconocían el pasado de sus padres.—Esto no puede ser —susurró Hope de nuevo. Sus peores temores se cumplieron, Alana era hija de Scott Carter.—¿Qué pasa? —preguntó Alana al darse cuenta de que su padre y sus futuros suegros se miraban como si ya se conocieran.—Es
Las mieles del amor Connor hizo un par de llamadas, mientras su mirada estaba fija sobre las fotos de Alexandra con su estilista, Bruce, a quien le había presentado también como su primo. —Sabes lo que tienes que hacer, esas fotos no pueden salir a la luz —gruñó a quién estaba al otro lado de la línea. Connor escuchó impaciente lo que su interlocutor le decía, asintió un par de veces como si pudieran verle antes de cerrar la llamada y caminar al bar para coger una copa, mientras esperaba que le enviaran la dirección de IP desde donde fueron enviadas las pruebas de la infidelidad de Alexandra. Connor no tuvo que esperar mucho y antes del amanecer, la dirección apuntaba a un periodista de Los Ángeles Time. Por un momento se vio tentado a ir personalmente a la casa del tipo, pero tuvo que contenerse y dejar que alguien más se ocupara del asunto. Resolver los inconvenientes pequeños no era problema suyo. Sin embargo, debía a asegurarse de que nada impidiera su boda con Alexandra. A la
No lloraré por ti «Explícame ¿Qué tienes que ver con esto?»Daphne no se esperó que Connor viniera a su casa tras recibir las fotografías, esperaba que terminara su relación con Alexandra y así poder salvarlo del trágico destino que esa arpía había decretado para él, pero ¿Por qué entonces venía a ella? Y lo más inquietante era saber ¿Cómo sabía él que ella había recibido esas mismas fotografías?—Daphne… —llamó Connor en tono bajo y ronco, caminando con paso decidido hacía ella.Daphne dio un paso atrás por puro instinto, su corazón se aceleró ante la cercanía de Connor, pero no era de emoción sino de miedo. La mirada del actor sobre ella, gritaba peligro.«Connor se ve tan peligroso», pensó.—¡Responde! —gritó, haciendo que Daphne diera un brinco por el susto. Él estaba furioso.—Podría decirte que no sé de lo que hablas —respondió con voz ahogada—. Sin embargo, estás aquí por una razón —dijo Daphne parándose detrás del sillón de la sala, como si fuera un escudo.«Cómo si eso iba a
¿Dónde está Daphne? «¡Se la habían llevado!»El pensamiento de Daphne siendo secuestrada enfrió la sangre de Nash, la gente que entró a su casa posiblemente se dio cuenta de que no era cualquier mujer.El rostro de Daphne era muy conocido por su trabajo y por ser la hija de Blake y Hope Cameron, esos infelices debieron creer que podían sacarle provecho y se la habían llevado. Nash estaba a punto de volverse loco, por lo que se obligó a pensar con positivismo. Tal vez Daphne no estaba en casa, quizá se había marchado a donde sus padres o estaba en el set grabando una de sus tantas series. Tenía que ser así o de lo contrario, Matthew iba a enloquecer si a su hermana llegaba a pasarle algo.Nash pensó detenidamente lo que tenía que hacer, no podía llamar a Matthew y contarle lo sucedido, además era demasiado tarde como para que él estuviera despierto, así que solo le quedaba acudir a Cody, su amigo tenía que ayudarle. Con aquel pensamiento, Nash se dirigió al edificio de Cody.«Dos cab
¡Tres semanas!Tres semanas era el plazo que Abby le había dado a Isaac para casarse con ella. Isaac se había sorprendido, pues esperaba que su prometida planificara la boda de sus sueños, sin embargo, Abby había decidido todo lo contrario.«El tiempo es oro y la vida es muy corta para perder más el tiempo, Isaac. Yo estoy segura de mis sentimientos por ti y si en tu corazón no existe duda alguna de que me amas, no entiendo por qué debemos esperar. ¿Qué vamos a esperar?»Aquellas palabras habían sido decisivas para Isaac. Él no iba a negarse a convertir a Abby en su esposa y compartir con ella por el resto de su vida.Las tres semanas pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Bárbara Hamilton había convocado a toda la familia para solicitarles su participación y planificación de la boda.Si la familia se vio sorprendida por el repentino anuncio, se abstuvieron de hacer comentario alguno y participaron muy activamente hasta en el más mínimo detalle de la fiesta.Hope y Daphne fueron las en
Abby miró su reloj por enésima vez, el pequeño aparato marcaba las ocho de la noche y quince minutos e Isaac no daba señales de vida.—¿Dónde te has metido? —musitó en voz baja, mientras caminaba a su balcón, ya ni recordaba las veces que lo había hecho en los últimos cinco minutos.Abby estaba tentada a llamarle y preguntarle, pero… ¿Qué iba a preguntar? ¿Si se había arrepentido? ¿Qué de repente se había dado cuenta de que no eran el uno para el otro? Ella negó con brusquedad, como si de esa manera los malos pensamientos se alejaran de su cabeza.Eran pensamientos que no debía tener, que no debía siquiera pensar.—Isaac —lo llamó.Abby se acercó a la ventana de nuevo, caminó un par de veces, miró su reloj y apenas habían pasado tres minutos.Estaba a punto de caer en la desesperación, incluso estaba tentada de llamar a la policía, pero cuando sus ojos se fijaron en el auto que estacionó frente a la entrada de su casa, ella se olvidó de todo, salió de su habitación y corrió escaleras
Un sentimiento de enojo se apoderó del cuerpo de Isaac y un deseo de ir y golpear al hombre barrió por cada fibra de su ser, sin embargo, no se movió de su sitio. Se obligó a estar de pie, justo allí donde estaba.—Isaac —murmuró Connor, el hombre no tuvo ningún problema en reconocérselo y sin saber por todo lo que el ex agente había pasado se acercó para darle la mano.Isaac de nuevo estuvo tentado a no corresponder el saludo, pero terminó extendiendo su mano, recordando que el motivo de su secuestro también tuvo que ver con su trabajo. Ser un agente no era fácil y llevaba muchos riesgos y en el fondo agradeció no haber sabido qué Connor vivía, pues con seguridad habría revelado la verdad ante tantas torturas a las que había sido sometido.—Connor —dijo, sorprendiendo al hombre, pues en todos esos meses, seguía utilizando el nuevo nombre que le fue otorgado.Daphne carraspeó para llamar la atención de los hombres, pues la presencia de Isaac en casa de sus padres y luego de tanto tiem
Abby dejó escapar un ligero gemido, su cuerpo estaba dolorido, pero de esa manera deliciosa, con esas señales inequívocas de haber hecho el amor toda la noche.—Buenos días mi Ángel —saludó Isaac dejando un sendero de besos húmedos por sus hombros y mordiendo el lóbulo de su oreja.—¿Cómo llegamos aquí? —preguntó, la chica al darse cuenta de que estaba sobre una cómoda y suave cama.—Exactamente, no lo sé —Isaac se rio—. ¿Importa? —preguntó sin dejar de reír.El sonido de aquella risa inundó el corazón de Abby, que bien se sentía, era como estar en el lugar correcto, con la persona correcta.—Lo único que me importa es saber que estás aquí, conmigo —respondió, girándose para quedar frente a frente con Isaac.—Abby —susurró, perdiéndose en su mirada, Isaac estaba tentado a tomar los labios de la muchacha y volver a perderse entre las mieles del amor, sin embargo, era consciente de que no todo era pasión. Ellos se habían entregado por completo y él deseaba hacer las cosas bien y bonitas
«Deseo hacerte el amor»El cuerpo de Abby tembló ante tal declaración, su corazón se aceleró y su intimidad se humedeció casi de inmediato.—Isaac —susurró, mirándolo a los ojos con intensidad.—Abby…El ex agente estaba a punto de retractarse, quizá no había sido el mejor momento, tampoco era el mejor lugar, por lo que, haciendo acopio de su fuerza de voluntad, intentó apartarse del cuerpo de la joven.Abby adivinó sus intenciones y antes de que se pudiera alejar lo haló de la camisa y tomó su boca en un beso desenfrenado, presionándose contra él de tal manera que no pudiera escapar.Isaac tampoco deseaba huir, él no era un don Juan, no tenía ningún interés en nadie más que no fuera Abby, tampoco la quería para una noche de aventura. Él deseaba que su Ángel formara parte de su vida y felicidad por el resto de sus días.Quizá estaba comportándose de manera egoísta a ojos del mundo, sin embargo, era todo lo que él deseaba. No pedía nada más a la vida, no quería nada más.El bes
Isaac se quedó de piedra por unos breves segundos, antes de cerrar los ojos, tomar el cuello de Abby y corresponder el beso.Abby gimió al sentir la lengua de Isaac abrirse paso por su boca y de dominar el beso, se vio sometida por la fuerza y la destreza del hombre, mientras Henry y Romina miraban en completo silencio la situación.—Creo que estamos de más —murmuró Romina, acercándose a Henry.El muchacho asintió y no se fijó en lo cerca que estaba su querida enemiga.—¿Por qué no me invitas una copa? —preguntó Romina.Henry se giró para verla y sus labios casi quedaron juntos, él tragó, la última vez que habían estado muy cerca uno del otro, había sido dos años atrás, mientras celebraban el cumpleaños número dieciocho de Romina.—¿Quieres que te invite? —preguntó Henry desconcertado.—No tengo nada mejor que hacer y ver a una pareja comerse delante de mí, no es mi fetiche —mencionó.Henry miró a Abby y se dio cuenta de que definitivamente no iba a recuperar a su prima esa noche, así
—¿No es Romina, la pequeña minina? —preguntó Alexander, señalando en dirección del auto de Isaac, mientras él rodeaba el carro para subirse al lado del piloto. —¡Cállate! —gritaron Henry y Abby al mismo tiempo.—¡Qué carácter! —gruñó Alexander, ganándose una mirada severa y amenazadora por parte de sus primos.—Será mejor que no te metas con ella, Henry aún está sensible —susurró Lucas, el menor de los cuatro, desconocía con exactitud lo ocurrido, pero era evidente la tensión que existía entre Romina y Henry.Alexander se encogió de hombros y se dirigió a su auto.—Los veré en el centro comercial —dijo, mientras Henry apretada los puños y Abby esperaba tener una buena respuesta por parte de Isaac esa noche. —¿Vienes conmigo o con Henry? —preguntó Abby a su hermano, Lucas tenía el auto en el taller y su padre se había negado a darle otro.—Valoro mi vida lo suficiente como para ir contigo, hermanita, te veo en el centro comercial —respondió Luca, subiendo al auto de Henry con
«Así que no volverás a librarte de mí»Isaac sintió que su corazón latió fuerte dentro de su pecho y le fue imposible no sonreír ante el rostro sonriente, decidido y feliz de Abby.—¿No estás molesta? —preguntó, aún no habían aclarado su abrupta partida y aunque Abby había mencionado que no era necesario, no podría avanzar si no trataba el tema con la importancia que tenía.—Al principio estuve molesta conmigo misma por no darte la mano ese día, pero tienes que reconocer que no estaba preparada para descubrir que no eras Xavier —comentó levantándose de su silla y caminando en su dirección, pero sin llegar a acercarse tanto.Abby se detuvo, se sentó sobre el escritorio y se cruzó de piernas.Isaac se mordió el labio ante las acciones de Abby, mientras se preguntaba: ¿En qué momento se había convertido en una joven atrevida? Y no es que le molestara la nueva actitud de Abby, todo lo contrario, aun así…—Lo siento —dijo al darse cuenta de que Abby esperaba una reacción por su parte.—Ten
«Abby»El cuerpo de la joven tembló, su corazón latió casi con violencia dentro de su pecho. Había pasado tanto tiempo desde aquella última vez que se habían visto, desde aquella extraña y fría despedida.—Isaac…El exagente le sonrió, no podía hacer otra cosa. Jamás imaginó que encontraría a Abby justamente en la puerta de la mansión Cameron.—¿Qué haces aquí? —preguntaron al unísono.El silencio se instaló entre ellos luego de aquella pregunta, Isaac no sabía si debía responder y Abby estaba tan asombrada que no encontraba su voz.Isaac se fijó en la mano sobre la mano de Abby, no la había retirado, y así fue como fueron sorprendidos cuando la puerta se abrió.—¡Señorita Hamilton! —pronunció la muchacha.Abby le sonrió, pero se lamentó la interrupción, seguramente ahora venía la despedida y no volverían a encontrarse.—Señor Harper —saludó la muchacha al darse cuenta de la presencia de Isaac —¿Cuánto tiempo sin verlo? —exclamó.Isaac le sonrió, mientras Abby lo miraba de manera inte