Te presentaré a mi noviaUn gemido ahogado escapó de los labios de Alana, quedando atrapado dentro de la boca de Matthew, que aprovechó ese momento y profundizó el beso hasta hacer que las piernas de Alana temblaran como si fueran de gelatina. Ella intentó alejarse o por lo menos es la orden que creyó haberle dado a su cuerpo, sin embargo, la erección de Matthew golpeó su pelvis y se sintió tan dura y caliente que, por instinto, ella se pegó más a él, haciendo que sus roces fueran más estrechos.Matthew perdió la cabeza en ese momento, metió las manos dentro de la playera de Alana y con la yema de sus dedos recorrió la tersa piel de sus costillas, hasta rozar el nacimiento de sus pechos, haciendo que Alana se estremeciera y él deseara enterrarse en su calor con tanta fuerza que su bóxer le apretó dentro del pijama.Alana gimió en protesta cuando Matthew apartó los labios de los suyos, pero echó la cabeza atrás al sentir la lengua del hombre recorrer su mentón y su cuello. Alana no sab
Un amor de mujer Alana ya no sabía quién de los dos estaba más loco, Matthew por ofrecerle conocer a su novia o ella por aceptar. En todo caso, quizá era mejor conocer a la mujer que era dueña de su amor, desengañarse de Matthew para retomar el control de su vida, olvidarse de él y de ese cúmulo de emociones y sentimientos que le hacía sentir con cada beso, con cada caricia. Matthew abrió la puerta de su Aston Martin para Alana por segunda vez en lo que iba del día, sin embargo, ella negó. —Iré en mi auto —dijo. —Enviaré por él —respondió Matthew, ella negó, pues necesitaba una villa de escape en caso de no poder soportar ver al hombre con su novia, así que no aceptó. —Iré en el mío —insistió. Matthew cerró la puerta del Aston Martin y se acercó a Alana. —Iremos primero a mi departamento, necesito cambiarme de ropa, quiero estar presentable —dijo. Ala asintió. —Te esperaré abajo —replicó ella. Matthew se subió a su cocho y esperó a que Alana hiciera lo mismo, antes de dirig
Desde otra perspectivaMatthew esperó en completo silencio por la respuesta de Alana, sin embargo, ella lo miraba asustada. Su rostro se había tornado ligeramente pálido y se alejó dos pasos de él.—¿Cómo sabes que…? —ella hizo una breve pausa—. ¿Cómo lo sabes? —preguntó.—Tu ex jefe envió un comunicado al abogado de mi padre —respondió—. Y también lo ha hecho publicar en el diario.El color pálido de Alana cambió a un rojo intenso, producto del enojo y la vergüenza que sentía en ese momento. Ben la había expuesto públicamente y con ello había jodido su carrera como periodista, ninguna otra editorial la contrataría teniendo antecedentes de demandas y escándalos.—Alana…—No quiero hablar aquí, te contaré lo que quieras saber, pero no aquí —pronunció Alana al darse cuenta de que ya no estaban solos en el estacionamiento.Matthew también pudo darse cuenta, por lo que llevó una mano a la espalda de Alana y la ayudó a subir al auto para evitar que los paparazzi pudieran tener una captura
Un beso de buena suerteAva caminó a paso lento, dando tiempo a que Connor y Alexandra se alejaran de la mesa, mientras Cody liberaba el hombro de Daphne.—Te debo una —pronunció ella.—No te preocupes, pero si tengo la oportunidad de ocupar un favor… —Cody sonrió, dejando las palabras al aire, al tiempo que Ava se hacía notar.—Hola —saludó ella.Cody le sonrió y la saludó de beso.—Hola, Ava —correspondió Cody, haciendo que el corazón de la joven martillara dentro de su pecho con fuerza y las manos le sudaron. Esta era la primera vez que Cody realmente se fijaba en ella y le dirigía la palabra luego de un saludo.Cody normalmente asentía o le daba una ligera sonrisa, pero en esta ocasión las cosas eran distinta y Ava no sabía cómo sentirse al respecto. Las emociones corrían como una descarga eléctrica por todo su cuerpo y creía imposible de controlar.—Tomen asiento, la gente está viéndolos —susurró Daphne, al ver que estaban llamando la atención de los presentes.—No será la primer
Simple y perfectoAlana miró su imagen en el espejo, el vestido se le tallaba a su cuerpo como una segunda piel, no tenía nada de exceso, desde donde lo viera era simple y perfecto. El tipo de vestido que ella hubiese elegido de haber ido a la tienda, por lo que sentía un profundo agradecimiento a Matthew porque la prenda no fuera tan pomposa como el vestido de los premios. Ella se sentía bien…—Vas a desgastarte si no dejas de apreciar tu belleza —pronunció Matthew saliendo del cuarto de baño con una toalla alrededor de su cintura y pequeñas gotas de agua corriendo por su perfecto pecho y abdomen. Era una visión no apta para cardíacos, pues Alana estaba segura que caería infartada allí mismo. Matthew se veía simplemente perfecto.—Yo podré desgastarme, pero tú deberías estar preso —refutó Alana, haciendo que Matthew enarcara las cejas ante sus palabras.—¿Preso? —cuestionó entre sorprendido y divertido.—Deberías ser causa de arresto, enseñar demasiada carne —respondió ella ante el c
Cómplice Daphne se llevó la mano a la boca y mordió con fuerza su piel para no dejar salir el gemido que amenazó con abandonar sus labios, tras escuchar las palabras frías de Alexandra. Lo peor de todo es que sabía que no podía poner a Connor sobre aviso, él posiblemente no iba a creerle. Aunque, si lo pensaba Connor no tenía ningún motivo para no hacerlo, ella no era una mentirosa compulsiva, no era un dechado de virtudes, pero mentirosa ¡Jamás!Sin embargo, no se veía capaz de enfrentarlo y contarle los planes de su prometida y menos de su infidelidad con su maquillista, cuando los tres comían en la misma mesa “y en el mismo plato” pensó Daphne con asco.El sonido de la puerta al cerrarse le hizo salir de sus pensamientos y la voz de Alana de alguna manera le reconfortó por increíble que fuera.—¿Qué haces aquí? —la voz agría de Alexandra se escuchó.—Supongo que lo mismo que tú, es un cuarto de servicio —respondió Alana.Daphne se mordió el labio para no reír, le agradaba la respu
Complicaciones Alana capturó la primera foto de Alexandra con su maquillista, sin embargo, no era una foto tan comprometedora como ella hubiese querido y es que la mujer tenía sus mañas. Tenía también armado su plan que no se acercaba a Bruce más que para secretearle al oído.—Hemos estado cuatro días detrás de ellos —susurró Daphne, las dos mujeres estaban escondidas detrás de un gigante masetero para no ser descubiertas.—Pues estaremos detrás de ellos todo el tiempo que haga falta —aseguró Alana, volviendo su atención a la pareja.—No es como si tenemos todo el tiempo del mundo, ellos se casan en un mes y si quitamos los cuatro días, tenemos veintiséis días para impedir esa boda —refutó Daphne con apremio.Alana asintió, ella había estaba tentada a llamar a sus colegas, más de uno habría estado interesado en tener la exclusiva, sin embargo, el argumento de Matthew le hizo desistir.Matthew había estado de acuerdo en participar y estaba buscando la manera de estar en el set de grab
Enfermera personal Alana se mordió el interior de la mejilla, lo último que deseaba era que los padres de Matthew creyeran que estaba loca, pero estaba realmente molesta por la situación, aun así, se obligó a calmarse.—Buenas noches, señores Cameron —dijo, haciéndose a un lado para que Matthew pudiera ver a sus padres.—Buenas noches, Alana —respondieron al unísono.—Mamá, papá —saludó Matthew, sintiéndose un tanto incómodo.—¿Qué ha dicho el médico? —preguntó Hope, acercándose a Matthew para dejarle un beso sobre la frente.—Mamá…—Tiene una fractura en el tobillo, estará de baja alrededor de seis a ocho semanas y con inmovilización. Eso sin tener en cuenta que le llevará retomar sus entrenamientos —expresó Alana, moviendo las manos de un lado a otro—. ¡Ese tipo debería estar preso! —gritó, callando de manera abrupta al darse cuenta de lo que acaba de decir.Blake se mordió el interior de su mejilla para no sonreír y decir exactamente lo que pensaba de la situación, mientras Hope m
¡Tres semanas!Tres semanas era el plazo que Abby le había dado a Isaac para casarse con ella. Isaac se había sorprendido, pues esperaba que su prometida planificara la boda de sus sueños, sin embargo, Abby había decidido todo lo contrario.«El tiempo es oro y la vida es muy corta para perder más el tiempo, Isaac. Yo estoy segura de mis sentimientos por ti y si en tu corazón no existe duda alguna de que me amas, no entiendo por qué debemos esperar. ¿Qué vamos a esperar?»Aquellas palabras habían sido decisivas para Isaac. Él no iba a negarse a convertir a Abby en su esposa y compartir con ella por el resto de su vida.Las tres semanas pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Bárbara Hamilton había convocado a toda la familia para solicitarles su participación y planificación de la boda.Si la familia se vio sorprendida por el repentino anuncio, se abstuvieron de hacer comentario alguno y participaron muy activamente hasta en el más mínimo detalle de la fiesta.Hope y Daphne fueron las en
Abby miró su reloj por enésima vez, el pequeño aparato marcaba las ocho de la noche y quince minutos e Isaac no daba señales de vida.—¿Dónde te has metido? —musitó en voz baja, mientras caminaba a su balcón, ya ni recordaba las veces que lo había hecho en los últimos cinco minutos.Abby estaba tentada a llamarle y preguntarle, pero… ¿Qué iba a preguntar? ¿Si se había arrepentido? ¿Qué de repente se había dado cuenta de que no eran el uno para el otro? Ella negó con brusquedad, como si de esa manera los malos pensamientos se alejaran de su cabeza.Eran pensamientos que no debía tener, que no debía siquiera pensar.—Isaac —lo llamó.Abby se acercó a la ventana de nuevo, caminó un par de veces, miró su reloj y apenas habían pasado tres minutos.Estaba a punto de caer en la desesperación, incluso estaba tentada de llamar a la policía, pero cuando sus ojos se fijaron en el auto que estacionó frente a la entrada de su casa, ella se olvidó de todo, salió de su habitación y corrió escaleras
Un sentimiento de enojo se apoderó del cuerpo de Isaac y un deseo de ir y golpear al hombre barrió por cada fibra de su ser, sin embargo, no se movió de su sitio. Se obligó a estar de pie, justo allí donde estaba.—Isaac —murmuró Connor, el hombre no tuvo ningún problema en reconocérselo y sin saber por todo lo que el ex agente había pasado se acercó para darle la mano.Isaac de nuevo estuvo tentado a no corresponder el saludo, pero terminó extendiendo su mano, recordando que el motivo de su secuestro también tuvo que ver con su trabajo. Ser un agente no era fácil y llevaba muchos riesgos y en el fondo agradeció no haber sabido qué Connor vivía, pues con seguridad habría revelado la verdad ante tantas torturas a las que había sido sometido.—Connor —dijo, sorprendiendo al hombre, pues en todos esos meses, seguía utilizando el nuevo nombre que le fue otorgado.Daphne carraspeó para llamar la atención de los hombres, pues la presencia de Isaac en casa de sus padres y luego de tanto tiem
Abby dejó escapar un ligero gemido, su cuerpo estaba dolorido, pero de esa manera deliciosa, con esas señales inequívocas de haber hecho el amor toda la noche.—Buenos días mi Ángel —saludó Isaac dejando un sendero de besos húmedos por sus hombros y mordiendo el lóbulo de su oreja.—¿Cómo llegamos aquí? —preguntó, la chica al darse cuenta de que estaba sobre una cómoda y suave cama.—Exactamente, no lo sé —Isaac se rio—. ¿Importa? —preguntó sin dejar de reír.El sonido de aquella risa inundó el corazón de Abby, que bien se sentía, era como estar en el lugar correcto, con la persona correcta.—Lo único que me importa es saber que estás aquí, conmigo —respondió, girándose para quedar frente a frente con Isaac.—Abby —susurró, perdiéndose en su mirada, Isaac estaba tentado a tomar los labios de la muchacha y volver a perderse entre las mieles del amor, sin embargo, era consciente de que no todo era pasión. Ellos se habían entregado por completo y él deseaba hacer las cosas bien y bonitas
«Deseo hacerte el amor»El cuerpo de Abby tembló ante tal declaración, su corazón se aceleró y su intimidad se humedeció casi de inmediato.—Isaac —susurró, mirándolo a los ojos con intensidad.—Abby…El ex agente estaba a punto de retractarse, quizá no había sido el mejor momento, tampoco era el mejor lugar, por lo que, haciendo acopio de su fuerza de voluntad, intentó apartarse del cuerpo de la joven.Abby adivinó sus intenciones y antes de que se pudiera alejar lo haló de la camisa y tomó su boca en un beso desenfrenado, presionándose contra él de tal manera que no pudiera escapar.Isaac tampoco deseaba huir, él no era un don Juan, no tenía ningún interés en nadie más que no fuera Abby, tampoco la quería para una noche de aventura. Él deseaba que su Ángel formara parte de su vida y felicidad por el resto de sus días.Quizá estaba comportándose de manera egoísta a ojos del mundo, sin embargo, era todo lo que él deseaba. No pedía nada más a la vida, no quería nada más.El bes
Isaac se quedó de piedra por unos breves segundos, antes de cerrar los ojos, tomar el cuello de Abby y corresponder el beso.Abby gimió al sentir la lengua de Isaac abrirse paso por su boca y de dominar el beso, se vio sometida por la fuerza y la destreza del hombre, mientras Henry y Romina miraban en completo silencio la situación.—Creo que estamos de más —murmuró Romina, acercándose a Henry.El muchacho asintió y no se fijó en lo cerca que estaba su querida enemiga.—¿Por qué no me invitas una copa? —preguntó Romina.Henry se giró para verla y sus labios casi quedaron juntos, él tragó, la última vez que habían estado muy cerca uno del otro, había sido dos años atrás, mientras celebraban el cumpleaños número dieciocho de Romina.—¿Quieres que te invite? —preguntó Henry desconcertado.—No tengo nada mejor que hacer y ver a una pareja comerse delante de mí, no es mi fetiche —mencionó.Henry miró a Abby y se dio cuenta de que definitivamente no iba a recuperar a su prima esa noche, así
—¿No es Romina, la pequeña minina? —preguntó Alexander, señalando en dirección del auto de Isaac, mientras él rodeaba el carro para subirse al lado del piloto. —¡Cállate! —gritaron Henry y Abby al mismo tiempo.—¡Qué carácter! —gruñó Alexander, ganándose una mirada severa y amenazadora por parte de sus primos.—Será mejor que no te metas con ella, Henry aún está sensible —susurró Lucas, el menor de los cuatro, desconocía con exactitud lo ocurrido, pero era evidente la tensión que existía entre Romina y Henry.Alexander se encogió de hombros y se dirigió a su auto.—Los veré en el centro comercial —dijo, mientras Henry apretada los puños y Abby esperaba tener una buena respuesta por parte de Isaac esa noche. —¿Vienes conmigo o con Henry? —preguntó Abby a su hermano, Lucas tenía el auto en el taller y su padre se había negado a darle otro.—Valoro mi vida lo suficiente como para ir contigo, hermanita, te veo en el centro comercial —respondió Luca, subiendo al auto de Henry con
«Así que no volverás a librarte de mí»Isaac sintió que su corazón latió fuerte dentro de su pecho y le fue imposible no sonreír ante el rostro sonriente, decidido y feliz de Abby.—¿No estás molesta? —preguntó, aún no habían aclarado su abrupta partida y aunque Abby había mencionado que no era necesario, no podría avanzar si no trataba el tema con la importancia que tenía.—Al principio estuve molesta conmigo misma por no darte la mano ese día, pero tienes que reconocer que no estaba preparada para descubrir que no eras Xavier —comentó levantándose de su silla y caminando en su dirección, pero sin llegar a acercarse tanto.Abby se detuvo, se sentó sobre el escritorio y se cruzó de piernas.Isaac se mordió el labio ante las acciones de Abby, mientras se preguntaba: ¿En qué momento se había convertido en una joven atrevida? Y no es que le molestara la nueva actitud de Abby, todo lo contrario, aun así…—Lo siento —dijo al darse cuenta de que Abby esperaba una reacción por su parte.—Ten
«Abby»El cuerpo de la joven tembló, su corazón latió casi con violencia dentro de su pecho. Había pasado tanto tiempo desde aquella última vez que se habían visto, desde aquella extraña y fría despedida.—Isaac…El exagente le sonrió, no podía hacer otra cosa. Jamás imaginó que encontraría a Abby justamente en la puerta de la mansión Cameron.—¿Qué haces aquí? —preguntaron al unísono.El silencio se instaló entre ellos luego de aquella pregunta, Isaac no sabía si debía responder y Abby estaba tan asombrada que no encontraba su voz.Isaac se fijó en la mano sobre la mano de Abby, no la había retirado, y así fue como fueron sorprendidos cuando la puerta se abrió.—¡Señorita Hamilton! —pronunció la muchacha.Abby le sonrió, pero se lamentó la interrupción, seguramente ahora venía la despedida y no volverían a encontrarse.—Señor Harper —saludó la muchacha al darse cuenta de la presencia de Isaac —¿Cuánto tiempo sin verlo? —exclamó.Isaac le sonrió, mientras Abby lo miraba de manera inte