Pasión Salvaje «Soy Chantal Evans, la prometida de Cody» El sonido ensordecedor de la música fue todo lo que podía escucharse junto a la barra, Cody se tensó ante la manera que Chantal se presentó, mientras ella disfrutaba haberle dado un golpe bajo a la jovencita que se había enredado con él y que, según Marlene, la madre de Cody iba muy en serio con ella.Entre tanto, Ava miró a Cody sintiendo como su mano se cerraba sobre su cintura sin vacilar.—¿No piensas decir nada? —preguntó Chantal, rompiendo el silencio entre ellos, saboreando su pequeño triunfo, pues esperaba que la chiquilla saliera corriendo y le dejara el camino libre para volver con Cody, sin embargo…—Encantada, Chantal, yo soy la novia de Cody —dijo tratando de sonar desinteresada en la revelación de la mujer.Chantal torció los labios en un gesto de desprecio.—Te estoy diciendo que soy la prometida de Cody y te presentas como la novia. ¡Eres una sin vergüenza! —gritó, llamando la atención de la gente cercana a el
Confesiones «Soy Connor»Daphne abrió los ojos abruptamente al escuchar las palabras del hombre, lo empujó para sacarlo de encima de su cuerpo.—Daphne.—Quítate de encima de mí —gruñó con enojo.Connor lo hizo, salió de su interior y se apartó de su cuerpo, poniéndose de pie, mientras Daphne hacía lo mismo, cubriendo su cuerpo con las arrugadas sábanas.—¿Qué demonios fue lo que dijiste? —preguntó enfrentándose al hombre con una fiereza digna de toda Cameron.—Te dije que soy Connor —repitió.La mano de Daphne salió disparada para golpear el rostro de Connor, pero la mano del hombre impidió aquella bofetada.Connor atrapó la mano de Daphne y la atrajo pegándola a su cuerpo.—¿Cómo te atreves siquiera nombrarlo? —le cuestionó en tono herido, sus labios temblaron y sus ojos se llenaron de lágrimas.Connor comprendió que había cometido un terrible error al confesarle de aquella manera su verdadera identidad, pero no quería que ella siguiera pensando que estaba muerto.—¡Porque lo soy!
Agrandando la familia«Una prueba de Embarazo»Alana miró a Matthew como si al chico le hubieran salido dos cabezas.—¿Prueba de embarazo? —preguntó mirando la caja en la mano de Matthew como si fuera una serpiente que iba a morderla en cualquier momento.—Tus vómitos mañaneros no son normales, Alana —dijo Matthew sin apartarse de la puerta, no iba a dejarla ir sin que se hiciera prueba.—Por supuesto que mis vómitos y náuseas no son normales. ¡Debió ser la comida la que me hizo daño! —exclamó haciendo un puchero que no convenció a Matthew.—No te dejaré ir hasta que hagas pis sobre esto —dijo moviendo la caja delante de Alana.—Está bien, lo haré —respondió, tomando la caja y volviendo al cuarto de baño.Entre tanto, Matthew volvió a la cama y se sentó a la orilla para esperar el resultado. Había leído un par de veces las instrucciones y debía esperar alrededor de dos minutos, quizá cinco para no dejar a dudas el resultado. También sabía que si se ponía de color rosa las dos rayitas
Irremediablemente loco«Están ustedes un bebé»Aquellas palabras dichas por el profesional despejaron cualquier duda que la pareja aún pudiera tener. Cualquier falsa alarma y puso en la cabeza de Matthew y Alana la imagen de un precioso bebé, ahora se sentía más real, más suyo.—Vamos a dejarle los prenatales a partir de ahora que el bebé apenas tiene cinco semanas de gestación para que pueda aprovechar más el ácido fólico que es muy importante —el doctor explicó y la pareja escuchó con atención.Cuando salieron de la clínica y caminaron al estacionamiento, Matthew no pudo soportarlo más y tomó a Alana entre sus brazos y la pegó a su cuerpo.—¡Seremos padres! —gritó emocionado.Alana sonrió.—Y se lo tendremos que decir a nuestros padres —le recodó.—Te aseguro que nuestros padres serán igual o más felices que nosotros con la noticia. Serán abuelos consentidores y estoy viendo al magnate del cine tratando de llevar a nuestro hijo a la pantalla grande —dijo Matthew en tono jocoso.Alan
Espero que elijas muy bien tus palabras—Conocí a Marcus en el antro, es el dueño —dijo Daphne para dar más credibilidad a las palabras del hombre.—¿Cuándo? —preguntó Hope, liberando la mano de Marcus y sentándose en el sillón.Daphne pensó cuidadosamente en las palabras que iba a decirle a su madre, no podía decirle que apenas había sido hace dos noches.—Hace dos semanas —se apresuró a decir Marcus.—Siéntate, por favor —pidió Hope.Marcus se sentó a una distancia prudente de Daphne tratando que nada delatara su cercanía.—¿Hace dos semanas? —cuestionó Hope, mirando a Daphne.La joven supo que Connor había cometido el primer error al hablar, hace dos semanas ella se rehusaba a salir de las cuatro paredes de su habitación.—Mamá —dijo, tratando de mantener la calma y con intenciones de distraer a Hope.—Eso es imposible, Marcus, mi hija hace dos semanas era lo más parecido a un zombi —dijo achicando los ojos.Daphne miró a Ava, sin embargo, la chica no se atrevió a decir ni media pa
¿Qué más quieres de mí? Hope se sirvió un vaso de whisky, el más fuerte que había en el minibar de la biblioteca, y bebió de un solo trago el contenido ambarino.—No fue mi intención mentirte, Hope. Tenía que mantener el secreto y no he podido hacerlo, no debí venir y fue lo primero que hice —expresó.Hope miró a Connor, él estaba parado junto al ventanal, viendo la noche que había empezado a caer sobre la ciudad de Los Ángeles.—Sabes qué no podré mentirle a Blake, ¿verdad? —preguntó Hope, acercándose a él con dos vasos de licor.—Gracias —dijo él al recibirlo.Un silencio sepulcral se instaló entre ellos, Connor sabía del pacto de no mentiras en el matrimonio Cameron Morgan, no podía pedirle que excluyera a Blake de la verdad. Sin embargo…—No debe saberlo nadie más Hope, o todo quedará al descubierto —pidió.Hope bebió de nuevo el contenido de su vaso antes de responder.—Por mi parte y parte de Blake, nadie va a enterarse de tu nueva identidad, pero te recomiendo que evites el co
Seremos padres(Advertencia: +18 Liam y Nash)Nash volvió a su piso, entró de manera sigilosa para no despertar a Liam, no quería que se diera cuenta del estado en el que llegaba, pero por muy discreto que intentó ser, no pudo entrar y meterse a la cama sin más.—¿Nash? —preguntó Liam encendiendo la luz de la mesita de noche junto a la cama.Nash giró el rostro.—Lamento despertarte —dijo huyendo al cuarto de baño, necesitaba darse una ducha, curar su labio herido y meterse a la cama junto a Liam.Sin embargo, el periodista tenía otros planes y no dudó en ir tras Nash al cuarto de baño.—¿Qué fue lo que pasó? —le preguntó metiéndose a la ducha y quedando detrás del futbolista.Sus cuerpos se rozaron y Nash no puedo evitar el escalofrío que le recorrió todo el cuerpo y menos que la piel se le erizara ante la cercanía de Liam.—Ve a dormir —le pidió con la mano sobre la llave, no quería abrirla y mojar a Liam, pero tampoco estaba listo para tener una conversación ahora.Liam tomó la cin
¡Seremos abuelos! Las dos familias se quedaron en completo silencio ante las palabras de Matthew, ninguno de ellos podía pronunciar ni una sola palabra, abrían y cerraban la boca como si fueran peces fuera del agua hasta que… —¡Seré bisabuela! —gritó Tessa levándose de la silla como si hubiese sido impulsada por un resorte. Alana y Matthew sonrieron ante la efusividad de la abuela, mientras los presentes reaccionaban de manera distinta. —¡Seremos abuelos! —gritó Dakota poniéndose de pie junto a Scott para buscar a Alana y felicitarla por su embarazo. —Abuelos —susurró Hope—. ¡Seremos abuelos! —exclamó. La familia Cameron se unió a las felicitaciones, mientras la locura se apoderaba de ellos. —¡Dios mío! Tendremos un bebé en casa —dijo Hope mientras abrazada a Matthew. —Yo sigo esperando que sean dos —respondió Matthew en tono jocoso. —¡Matt! —gritó Alana ante sus palabras. —No importa si es uno, dos, tres o si son cinco —afirmó Blake—. Vamos a amarlos. Alana abrió los ojos,
¡Tres semanas!Tres semanas era el plazo que Abby le había dado a Isaac para casarse con ella. Isaac se había sorprendido, pues esperaba que su prometida planificara la boda de sus sueños, sin embargo, Abby había decidido todo lo contrario.«El tiempo es oro y la vida es muy corta para perder más el tiempo, Isaac. Yo estoy segura de mis sentimientos por ti y si en tu corazón no existe duda alguna de que me amas, no entiendo por qué debemos esperar. ¿Qué vamos a esperar?»Aquellas palabras habían sido decisivas para Isaac. Él no iba a negarse a convertir a Abby en su esposa y compartir con ella por el resto de su vida.Las tres semanas pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Bárbara Hamilton había convocado a toda la familia para solicitarles su participación y planificación de la boda.Si la familia se vio sorprendida por el repentino anuncio, se abstuvieron de hacer comentario alguno y participaron muy activamente hasta en el más mínimo detalle de la fiesta.Hope y Daphne fueron las en
Abby miró su reloj por enésima vez, el pequeño aparato marcaba las ocho de la noche y quince minutos e Isaac no daba señales de vida.—¿Dónde te has metido? —musitó en voz baja, mientras caminaba a su balcón, ya ni recordaba las veces que lo había hecho en los últimos cinco minutos.Abby estaba tentada a llamarle y preguntarle, pero… ¿Qué iba a preguntar? ¿Si se había arrepentido? ¿Qué de repente se había dado cuenta de que no eran el uno para el otro? Ella negó con brusquedad, como si de esa manera los malos pensamientos se alejaran de su cabeza.Eran pensamientos que no debía tener, que no debía siquiera pensar.—Isaac —lo llamó.Abby se acercó a la ventana de nuevo, caminó un par de veces, miró su reloj y apenas habían pasado tres minutos.Estaba a punto de caer en la desesperación, incluso estaba tentada de llamar a la policía, pero cuando sus ojos se fijaron en el auto que estacionó frente a la entrada de su casa, ella se olvidó de todo, salió de su habitación y corrió escaleras
Un sentimiento de enojo se apoderó del cuerpo de Isaac y un deseo de ir y golpear al hombre barrió por cada fibra de su ser, sin embargo, no se movió de su sitio. Se obligó a estar de pie, justo allí donde estaba.—Isaac —murmuró Connor, el hombre no tuvo ningún problema en reconocérselo y sin saber por todo lo que el ex agente había pasado se acercó para darle la mano.Isaac de nuevo estuvo tentado a no corresponder el saludo, pero terminó extendiendo su mano, recordando que el motivo de su secuestro también tuvo que ver con su trabajo. Ser un agente no era fácil y llevaba muchos riesgos y en el fondo agradeció no haber sabido qué Connor vivía, pues con seguridad habría revelado la verdad ante tantas torturas a las que había sido sometido.—Connor —dijo, sorprendiendo al hombre, pues en todos esos meses, seguía utilizando el nuevo nombre que le fue otorgado.Daphne carraspeó para llamar la atención de los hombres, pues la presencia de Isaac en casa de sus padres y luego de tanto tiem
Abby dejó escapar un ligero gemido, su cuerpo estaba dolorido, pero de esa manera deliciosa, con esas señales inequívocas de haber hecho el amor toda la noche.—Buenos días mi Ángel —saludó Isaac dejando un sendero de besos húmedos por sus hombros y mordiendo el lóbulo de su oreja.—¿Cómo llegamos aquí? —preguntó, la chica al darse cuenta de que estaba sobre una cómoda y suave cama.—Exactamente, no lo sé —Isaac se rio—. ¿Importa? —preguntó sin dejar de reír.El sonido de aquella risa inundó el corazón de Abby, que bien se sentía, era como estar en el lugar correcto, con la persona correcta.—Lo único que me importa es saber que estás aquí, conmigo —respondió, girándose para quedar frente a frente con Isaac.—Abby —susurró, perdiéndose en su mirada, Isaac estaba tentado a tomar los labios de la muchacha y volver a perderse entre las mieles del amor, sin embargo, era consciente de que no todo era pasión. Ellos se habían entregado por completo y él deseaba hacer las cosas bien y bonitas
«Deseo hacerte el amor»El cuerpo de Abby tembló ante tal declaración, su corazón se aceleró y su intimidad se humedeció casi de inmediato.—Isaac —susurró, mirándolo a los ojos con intensidad.—Abby…El ex agente estaba a punto de retractarse, quizá no había sido el mejor momento, tampoco era el mejor lugar, por lo que, haciendo acopio de su fuerza de voluntad, intentó apartarse del cuerpo de la joven.Abby adivinó sus intenciones y antes de que se pudiera alejar lo haló de la camisa y tomó su boca en un beso desenfrenado, presionándose contra él de tal manera que no pudiera escapar.Isaac tampoco deseaba huir, él no era un don Juan, no tenía ningún interés en nadie más que no fuera Abby, tampoco la quería para una noche de aventura. Él deseaba que su Ángel formara parte de su vida y felicidad por el resto de sus días.Quizá estaba comportándose de manera egoísta a ojos del mundo, sin embargo, era todo lo que él deseaba. No pedía nada más a la vida, no quería nada más.El bes
Isaac se quedó de piedra por unos breves segundos, antes de cerrar los ojos, tomar el cuello de Abby y corresponder el beso.Abby gimió al sentir la lengua de Isaac abrirse paso por su boca y de dominar el beso, se vio sometida por la fuerza y la destreza del hombre, mientras Henry y Romina miraban en completo silencio la situación.—Creo que estamos de más —murmuró Romina, acercándose a Henry.El muchacho asintió y no se fijó en lo cerca que estaba su querida enemiga.—¿Por qué no me invitas una copa? —preguntó Romina.Henry se giró para verla y sus labios casi quedaron juntos, él tragó, la última vez que habían estado muy cerca uno del otro, había sido dos años atrás, mientras celebraban el cumpleaños número dieciocho de Romina.—¿Quieres que te invite? —preguntó Henry desconcertado.—No tengo nada mejor que hacer y ver a una pareja comerse delante de mí, no es mi fetiche —mencionó.Henry miró a Abby y se dio cuenta de que definitivamente no iba a recuperar a su prima esa noche, así
—¿No es Romina, la pequeña minina? —preguntó Alexander, señalando en dirección del auto de Isaac, mientras él rodeaba el carro para subirse al lado del piloto. —¡Cállate! —gritaron Henry y Abby al mismo tiempo.—¡Qué carácter! —gruñó Alexander, ganándose una mirada severa y amenazadora por parte de sus primos.—Será mejor que no te metas con ella, Henry aún está sensible —susurró Lucas, el menor de los cuatro, desconocía con exactitud lo ocurrido, pero era evidente la tensión que existía entre Romina y Henry.Alexander se encogió de hombros y se dirigió a su auto.—Los veré en el centro comercial —dijo, mientras Henry apretada los puños y Abby esperaba tener una buena respuesta por parte de Isaac esa noche. —¿Vienes conmigo o con Henry? —preguntó Abby a su hermano, Lucas tenía el auto en el taller y su padre se había negado a darle otro.—Valoro mi vida lo suficiente como para ir contigo, hermanita, te veo en el centro comercial —respondió Luca, subiendo al auto de Henry con
«Así que no volverás a librarte de mí»Isaac sintió que su corazón latió fuerte dentro de su pecho y le fue imposible no sonreír ante el rostro sonriente, decidido y feliz de Abby.—¿No estás molesta? —preguntó, aún no habían aclarado su abrupta partida y aunque Abby había mencionado que no era necesario, no podría avanzar si no trataba el tema con la importancia que tenía.—Al principio estuve molesta conmigo misma por no darte la mano ese día, pero tienes que reconocer que no estaba preparada para descubrir que no eras Xavier —comentó levantándose de su silla y caminando en su dirección, pero sin llegar a acercarse tanto.Abby se detuvo, se sentó sobre el escritorio y se cruzó de piernas.Isaac se mordió el labio ante las acciones de Abby, mientras se preguntaba: ¿En qué momento se había convertido en una joven atrevida? Y no es que le molestara la nueva actitud de Abby, todo lo contrario, aun así…—Lo siento —dijo al darse cuenta de que Abby esperaba una reacción por su parte.—Ten
«Abby»El cuerpo de la joven tembló, su corazón latió casi con violencia dentro de su pecho. Había pasado tanto tiempo desde aquella última vez que se habían visto, desde aquella extraña y fría despedida.—Isaac…El exagente le sonrió, no podía hacer otra cosa. Jamás imaginó que encontraría a Abby justamente en la puerta de la mansión Cameron.—¿Qué haces aquí? —preguntaron al unísono.El silencio se instaló entre ellos luego de aquella pregunta, Isaac no sabía si debía responder y Abby estaba tan asombrada que no encontraba su voz.Isaac se fijó en la mano sobre la mano de Abby, no la había retirado, y así fue como fueron sorprendidos cuando la puerta se abrió.—¡Señorita Hamilton! —pronunció la muchacha.Abby le sonrió, pero se lamentó la interrupción, seguramente ahora venía la despedida y no volverían a encontrarse.—Señor Harper —saludó la muchacha al darse cuenta de la presencia de Isaac —¿Cuánto tiempo sin verlo? —exclamó.Isaac le sonrió, mientras Abby lo miraba de manera inte