Un verdadero amigo«¿Liam es tu pareja?»«¿Liam es tu pareja?»«¿Liam es tu pareja?»Aquella pregunta pareció repetirse como un mantra en el silencio absoluto que reinó en la sala de aquel departamento.Nash tragó saliva y pensó en la respuesta que iba a darle a su amigo, también pensó en Liam y en todo lo que significaba para él como persona, como amigo y… cómo pareja.Entre tanto Liam sintió la duda manar del cuerpo de Nash, era entendible que fuera difícil para él expresarse libremente, sobre todo, cuando la opinión de los demás pesaba tanto sobre sus hombros.—Creo que has hecho una pregunta muy personal, Cody —intervino con toda la intención de ayudar al futbolista—. Nash y yo…—Somos pareja —respondió Nash caminando hasta llegar al lado de Liam, él enredó los dedos con los del periodista y la fuerza con la que él lo recibió le hizo sentir seguro de lo que iba a decir.Liam se sintió asombrado, pero feliz tras escuchar las palabras de Nash, él no quería presionarlo, sin embargo,
“Dormida”«¡Soy mujer muerta!»Cody palideció ante las palabras de Ava, aunque la realidad era que quien estaba muerto era él, Larry iba a molerlo a golpes por la hora y por estar haciendo lo que no debía dentro del auto con Ava sobre su regazo.—Bájate —susurró Cody en tono bajito.Ava se apartó de inmediato, golpeando su cabeza contra el techo del auto, dejando escapar un gemido de dolor que asustó mucho más a Cody, si Larry escuchaba, ¡podía pensar cualquier cosa que no era!—Papá va a matarme —susurró de nuevo Ava, sobándose la parte afectada por el golpe, al tiempo que nuevos golpes al vidrio se escuchaban. La pareja se miró a los ojos con resignación. Cody fue el primero en bajar.—No salgas, quizás no se ha dado por enterado de que estas aquí —le dijo para tranquilizarla. Sin embargo, sabía que eso era casi imposible. Larry venía a matarlo.—Buenos días, señor Cameron —saludó Cody tragando el nudo formado en su garganta y tratando de que su voz sonara normal.Larry lo miró de p
¡Su vida corre peligro!«Él estuvo frecuentando mucho tiempo su casa y tememos que el siguiente objetivo sea su hija, la señorita Daphne Cameron»«Tememos que el siguiente objetivo sea su hija»«Sea su hija»¿Qué se supone que debe hacer un padre ante aquellas palabras? Blake no tenía idea, pero estaba seguro de que no dejaría que nada malo le sucediera a su hija, él jamás imaginó que una misión que parecía sencilla terminaría de aquella manera.—¿Qué es lo que está diciendo? —intervino Larry ante el silencio de Blake.—Tememos que la mafia rusa tenga al agente Harper en su poder, él y su hija estuvieron en contacto las últimas semanas. De hecho, el rastro del agente se perdió en uno de los antros al que acompañó a la señorita Cameron unos días atrás.Blake se sentó con una calma que no sentía.—Mi sobrina no tiene nada que ver con la investigación que estuvo haciendo el señor Connor antes de su muerte y su relación con Isaac es ajena a la agencia —señaló Larry.—A esta gente no le im
Quiero toda la verdad«Creo que están enamorados»Hope esperó en completo silencio la reacción de Blake, esperaba que su marido comprendiera lo dedicado de la situación y que no tomara decisiones precipitadas. Se estaban jugando no solo la seguridad de su hija, sino también su felicidad.—¿Enamorado? —preguntó Blake recuperando el habla.—Sí.Blake miró a Hope, su fina blusa manchada con su sangre y su rostro llenó de incertidumbre, quería ir a su lado y abrazarla, pero se sentía herido.—Teníamos un pacto de no mentiras —susurró Blake mirándola fijamente.—Tenemos un pacto, Blake, no te mentí —refutó Hope dando un paso hacía él.—¿No?—Iba a decírtelo, pero luego Matt y Alana nos dieron la noticia de que seríamos abuelos y la felicidad me sobrepasó, me olvidé por un momento de todo lo demás. No quise ocultarte la verdad —insistió.Blake cerró los ojos y se dejó caer sobre el sillón, la sangre en su mano goteó a la alfombra, dejando manchas que serían imposibles de quitar y poco le im
Su primer amor«¿Para cuándo es la boda?»Blake no sabía si había hecho la pregunta en serio o bromeando, pero todo sucedió demasiado pronto y tres días después estaba frente al espejo acomodándose la pajarita de su elegante traje para llevar a Daphne del brazo y entregarla a Connor, Marcus o como se llamara. No era así como él imaginó la boda de su única hija, de su pequeña princesa.Siempre creyó que sería la boda del siglo, cesiones de fotos, invitaciones. Un evento por todo lo alto, sin embargo, la prioridad era ponerla a salvo y no iba a enviarla con Connor a ningún lado sin que llevara un anillo en el dedo. Esa era la única razón por la que había aceptado aquella boda apresurada.Blake cerró los ojos, mientras la conversación que sostuvo con Connor hizo eco en su mente haciéndole ver la realidad.—Daphne está lista, espera por ti —anunció Hope entrando a la habitación con un elegante vestido para la ocasión.Blake asintió y se giró para verla. Tenían una charla pendiente, sin em
Una noche perfectaDaphne y oficialmente Marcus para la familia, se despidieron cerca de la medianoche. Ni Blake ni nadie conocía su destino por seguridad.Aquella situación era una de las más difíciles que le había tocado vivir como padre desde que tenía a sus tres hijos con él, desde que Matthew volvió a su vida, llegó Dan y Henry, nunca se habían separado ni siquiera cuando Daphne grabó en el extranjero, ellos siempre habían estado juntos.—Recién se ha marchado y ya la echo de menos —susurró Hope en medio de un suspiro.Blake la miró, cogió su mano y la llevó a sus labios. —No eres la única, no sé cómo viviré sin verla. Tú y mis hijos lo son todo para mí —le aseguró.Hope lo sabía y era la razón por la que comprendía su molestia ante la verdad revelada, era la razón por la cual no podía enojarse con él.—Vamos a la cama, es tarde —le susurró él.—¿Me estás invitando ir a la cama? —cuestionó Hope con una sonrisa y una mirada pícara. Blake negó.—Me gustaría hacerte el amor hasta d
El hombre perfecto «¡Nash!» El grito hizo que los hombres sobre la cama se despertaran de manera abrupta. Nash cubrió su desnudo cuerpo con las sábanas, él jamás se hubiese imaginado que su padre irrumpiría en su departamento violando su privacidad. ¡Su privacidad! —¿Qué es lo que significa esto, Nash? —preguntó aun sabiendo muy bien lo que significaba que los dos estuvieran desnudos y con sus extremidades enredadas sobre la cama. —¿Qué haces aquí? —cuestionó Nash en vez de responder, tratando de sonar frío. —Fui yo quien preguntó primero, Nash —dijo viendo a Liam con desprecio y deseos de matarlo. Donovan no podía conciliar lo que sus ojos estaban viendo, tenía sospechas, quizá más que sospechas, pero jamás imaginó que encontraría a su hijo, su único hijo varón en aquellas circunstancias. No podía soportar ver aquella escena, pero necesitaba saber el motivo de su hijo ante la negativa para casarse con Fanny, la mujer que él había elegido para que se convirtiera en su nuera y ma
Rendido a tus pies Mientras Matthew y Alana disfrutaban en familia los preparativos de su boda, que estaba llamada a ser la boda del año y quizá la más sonada e importante en los últimos tiempos debido a la fama de la familia Cameron y a la carrera deportiva de Matthew. Daphne y Connor aterrizaron en Filipinas, exactamente en Playa el Nido dónde pasarían su luna de miel, habían hecho algunas escalas antes de llegar a su destino. Habían cambiado de nombres un par de veces y abordado un avión privado para despistar en caso de que alguien les siguiera el rastro. Cosa que afortunadamente no sucedió. —Siento que le hemos dado la vuelta al mundo en pocos días. Es bueno estar en tierra —expresó Daphne sentándose sobre la tumbona mientras observaba la inmensidad del mar y pensaba en todos los kilómetros recorridos únicamente para esconder su identidad, faltó poco para pensar que volverían a los Estados Unidos y esconderse bajo las narices de los rusos. —Era necesario hacer las cosas bien,
¡Tres semanas!Tres semanas era el plazo que Abby le había dado a Isaac para casarse con ella. Isaac se había sorprendido, pues esperaba que su prometida planificara la boda de sus sueños, sin embargo, Abby había decidido todo lo contrario.«El tiempo es oro y la vida es muy corta para perder más el tiempo, Isaac. Yo estoy segura de mis sentimientos por ti y si en tu corazón no existe duda alguna de que me amas, no entiendo por qué debemos esperar. ¿Qué vamos a esperar?»Aquellas palabras habían sido decisivas para Isaac. Él no iba a negarse a convertir a Abby en su esposa y compartir con ella por el resto de su vida.Las tres semanas pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Bárbara Hamilton había convocado a toda la familia para solicitarles su participación y planificación de la boda.Si la familia se vio sorprendida por el repentino anuncio, se abstuvieron de hacer comentario alguno y participaron muy activamente hasta en el más mínimo detalle de la fiesta.Hope y Daphne fueron las en
Abby miró su reloj por enésima vez, el pequeño aparato marcaba las ocho de la noche y quince minutos e Isaac no daba señales de vida.—¿Dónde te has metido? —musitó en voz baja, mientras caminaba a su balcón, ya ni recordaba las veces que lo había hecho en los últimos cinco minutos.Abby estaba tentada a llamarle y preguntarle, pero… ¿Qué iba a preguntar? ¿Si se había arrepentido? ¿Qué de repente se había dado cuenta de que no eran el uno para el otro? Ella negó con brusquedad, como si de esa manera los malos pensamientos se alejaran de su cabeza.Eran pensamientos que no debía tener, que no debía siquiera pensar.—Isaac —lo llamó.Abby se acercó a la ventana de nuevo, caminó un par de veces, miró su reloj y apenas habían pasado tres minutos.Estaba a punto de caer en la desesperación, incluso estaba tentada de llamar a la policía, pero cuando sus ojos se fijaron en el auto que estacionó frente a la entrada de su casa, ella se olvidó de todo, salió de su habitación y corrió escaleras
Un sentimiento de enojo se apoderó del cuerpo de Isaac y un deseo de ir y golpear al hombre barrió por cada fibra de su ser, sin embargo, no se movió de su sitio. Se obligó a estar de pie, justo allí donde estaba.—Isaac —murmuró Connor, el hombre no tuvo ningún problema en reconocérselo y sin saber por todo lo que el ex agente había pasado se acercó para darle la mano.Isaac de nuevo estuvo tentado a no corresponder el saludo, pero terminó extendiendo su mano, recordando que el motivo de su secuestro también tuvo que ver con su trabajo. Ser un agente no era fácil y llevaba muchos riesgos y en el fondo agradeció no haber sabido qué Connor vivía, pues con seguridad habría revelado la verdad ante tantas torturas a las que había sido sometido.—Connor —dijo, sorprendiendo al hombre, pues en todos esos meses, seguía utilizando el nuevo nombre que le fue otorgado.Daphne carraspeó para llamar la atención de los hombres, pues la presencia de Isaac en casa de sus padres y luego de tanto tiem
Abby dejó escapar un ligero gemido, su cuerpo estaba dolorido, pero de esa manera deliciosa, con esas señales inequívocas de haber hecho el amor toda la noche.—Buenos días mi Ángel —saludó Isaac dejando un sendero de besos húmedos por sus hombros y mordiendo el lóbulo de su oreja.—¿Cómo llegamos aquí? —preguntó, la chica al darse cuenta de que estaba sobre una cómoda y suave cama.—Exactamente, no lo sé —Isaac se rio—. ¿Importa? —preguntó sin dejar de reír.El sonido de aquella risa inundó el corazón de Abby, que bien se sentía, era como estar en el lugar correcto, con la persona correcta.—Lo único que me importa es saber que estás aquí, conmigo —respondió, girándose para quedar frente a frente con Isaac.—Abby —susurró, perdiéndose en su mirada, Isaac estaba tentado a tomar los labios de la muchacha y volver a perderse entre las mieles del amor, sin embargo, era consciente de que no todo era pasión. Ellos se habían entregado por completo y él deseaba hacer las cosas bien y bonitas
«Deseo hacerte el amor»El cuerpo de Abby tembló ante tal declaración, su corazón se aceleró y su intimidad se humedeció casi de inmediato.—Isaac —susurró, mirándolo a los ojos con intensidad.—Abby…El ex agente estaba a punto de retractarse, quizá no había sido el mejor momento, tampoco era el mejor lugar, por lo que, haciendo acopio de su fuerza de voluntad, intentó apartarse del cuerpo de la joven.Abby adivinó sus intenciones y antes de que se pudiera alejar lo haló de la camisa y tomó su boca en un beso desenfrenado, presionándose contra él de tal manera que no pudiera escapar.Isaac tampoco deseaba huir, él no era un don Juan, no tenía ningún interés en nadie más que no fuera Abby, tampoco la quería para una noche de aventura. Él deseaba que su Ángel formara parte de su vida y felicidad por el resto de sus días.Quizá estaba comportándose de manera egoísta a ojos del mundo, sin embargo, era todo lo que él deseaba. No pedía nada más a la vida, no quería nada más.El bes
Isaac se quedó de piedra por unos breves segundos, antes de cerrar los ojos, tomar el cuello de Abby y corresponder el beso.Abby gimió al sentir la lengua de Isaac abrirse paso por su boca y de dominar el beso, se vio sometida por la fuerza y la destreza del hombre, mientras Henry y Romina miraban en completo silencio la situación.—Creo que estamos de más —murmuró Romina, acercándose a Henry.El muchacho asintió y no se fijó en lo cerca que estaba su querida enemiga.—¿Por qué no me invitas una copa? —preguntó Romina.Henry se giró para verla y sus labios casi quedaron juntos, él tragó, la última vez que habían estado muy cerca uno del otro, había sido dos años atrás, mientras celebraban el cumpleaños número dieciocho de Romina.—¿Quieres que te invite? —preguntó Henry desconcertado.—No tengo nada mejor que hacer y ver a una pareja comerse delante de mí, no es mi fetiche —mencionó.Henry miró a Abby y se dio cuenta de que definitivamente no iba a recuperar a su prima esa noche, así
—¿No es Romina, la pequeña minina? —preguntó Alexander, señalando en dirección del auto de Isaac, mientras él rodeaba el carro para subirse al lado del piloto. —¡Cállate! —gritaron Henry y Abby al mismo tiempo.—¡Qué carácter! —gruñó Alexander, ganándose una mirada severa y amenazadora por parte de sus primos.—Será mejor que no te metas con ella, Henry aún está sensible —susurró Lucas, el menor de los cuatro, desconocía con exactitud lo ocurrido, pero era evidente la tensión que existía entre Romina y Henry.Alexander se encogió de hombros y se dirigió a su auto.—Los veré en el centro comercial —dijo, mientras Henry apretada los puños y Abby esperaba tener una buena respuesta por parte de Isaac esa noche. —¿Vienes conmigo o con Henry? —preguntó Abby a su hermano, Lucas tenía el auto en el taller y su padre se había negado a darle otro.—Valoro mi vida lo suficiente como para ir contigo, hermanita, te veo en el centro comercial —respondió Luca, subiendo al auto de Henry con
«Así que no volverás a librarte de mí»Isaac sintió que su corazón latió fuerte dentro de su pecho y le fue imposible no sonreír ante el rostro sonriente, decidido y feliz de Abby.—¿No estás molesta? —preguntó, aún no habían aclarado su abrupta partida y aunque Abby había mencionado que no era necesario, no podría avanzar si no trataba el tema con la importancia que tenía.—Al principio estuve molesta conmigo misma por no darte la mano ese día, pero tienes que reconocer que no estaba preparada para descubrir que no eras Xavier —comentó levantándose de su silla y caminando en su dirección, pero sin llegar a acercarse tanto.Abby se detuvo, se sentó sobre el escritorio y se cruzó de piernas.Isaac se mordió el labio ante las acciones de Abby, mientras se preguntaba: ¿En qué momento se había convertido en una joven atrevida? Y no es que le molestara la nueva actitud de Abby, todo lo contrario, aun así…—Lo siento —dijo al darse cuenta de que Abby esperaba una reacción por su parte.—Ten
«Abby»El cuerpo de la joven tembló, su corazón latió casi con violencia dentro de su pecho. Había pasado tanto tiempo desde aquella última vez que se habían visto, desde aquella extraña y fría despedida.—Isaac…El exagente le sonrió, no podía hacer otra cosa. Jamás imaginó que encontraría a Abby justamente en la puerta de la mansión Cameron.—¿Qué haces aquí? —preguntaron al unísono.El silencio se instaló entre ellos luego de aquella pregunta, Isaac no sabía si debía responder y Abby estaba tan asombrada que no encontraba su voz.Isaac se fijó en la mano sobre la mano de Abby, no la había retirado, y así fue como fueron sorprendidos cuando la puerta se abrió.—¡Señorita Hamilton! —pronunció la muchacha.Abby le sonrió, pero se lamentó la interrupción, seguramente ahora venía la despedida y no volverían a encontrarse.—Señor Harper —saludó la muchacha al darse cuenta de la presencia de Isaac —¿Cuánto tiempo sin verlo? —exclamó.Isaac le sonrió, mientras Abby lo miraba de manera inte