Capítulo 8: Con mi alma

Punto de vista de Vika

Mi corazón casi explota en mi pecho cuando Asher me besó.

Había visto su intención antes de que actuara y no tenía ningún deseo de detenerlo o alejarme.

Sus labios estaban calientes contra los míos. Instintivamente, rodeé su cuello con mis brazos.

Sabiendo que él era mi compañero, acostado en el suelo con Asher, besándolo, ¿estaba soñando? 'Si lo soy, por favor, mi Diosa de la Luna, por favor no dejes que nadie me despierte.'

Cuando nuestros labios se separaron, dejé escapar un largo suspiro.

"¡Eres tú! Mi dulce bolsa de agua en el sueño." Me dio otro beso en los labios y asintió. "Eso es todo. Dulce y suave".

"Lo recuerdas." Manteniendo mi emoción, besé sus sensuales labios nuevamente y sonreí. "Hace calor y está seco, mi príncipe".

Asher me miró a la cara con sus hermosos ojos. Parecía que cada una de sus pestañas me transmitía ternura. "Lo siento, recordaré cada beso que nos demos a partir de ahora. Nunca lo olvides".

"Tal vez cuando te despiertes en la mañana, tomarás todo lo que pasó esta noche como un sueño o una pesadilla", no podía apartar la mirada de su rostro. La temperatura en mis mejillas siguió aumentando.

"Debe ser el único sueño del que no quiero despertar." Me sonrió y se inclinó, besando mi nariz, mejillas y labios una y otra vez. "Grábalos en mi alma, Vika". Lamió el lóbulo de mi oreja y me susurró al oído: "Recordaré cada uno de nuestros besos con mi alma".

La brisa acarició suavemente nuestros rostros, una y otra vez, hasta que separamos los labios.

Lentamente, se apartó de mí y se puso de pie. Me tendió una mano y rápidamente la agarré, permitiéndole ayudarme a levantarme. Nos sonreímos el uno al otro.

"Sabes, para alguien que no acepta ningún entrenamiento formal, eres bastante bueno", me dijo Asher.

Mi estómago se retorció ante el cumplido. "Gracias. Esta fue la primera vez que entrené con alguien cuyo poder está cerca del nivel Alfa", bromeé con él.

"Honestamente, te pedí que entrenaras conmigo para que no tuvieras excusa para escaparte", admitió Asher, rascándose el cabello con la mano. Le arqueé una ceja.

"Estoy seguro de que se te habría ocurrido otro argumento convincente", bromeé. Asher me sonrió y arqueó sus pobladas cejas sugestivamente.

Nuevamente, los latidos de mi corazón se aceleraron debido a su deslumbrante sonrisa.

"Ahora que tengo su atención", se aclaró la garganta, "Señorita Vika, ¿puedo tener el honor de dar un paseo con usted?" Se inclinó hacia delante y me tendió la mano como un príncipe invitando a una princesa a bailar en un cuento de hadas.

Él era un príncipe, podría ser un futuro Alfa, pero yo era una doncella, una Omega.

Sin embargo, todavía no quería rechazar su invitación.

"Mi placer." Puse mi mano en su palma y él la sostuvo con fuerza como si nada pudiera separarnos.

"Cuéntame algo sobre ti, Vika. Quiero saber más", dijo Asher mientras caminábamos por los terrenos del castillo.

"¿Qué crees que sabes? Ya nos hemos visto dos veces, oh no, más de tres veces esta noche". Lo miré de reojo. Su nariz era alta y recta. Si tuviera el tamaño de una abeja, probablemente podría deslizarme sobre su nariz.

Asher me sonrió.

"Bueno, sé que no tienes miedo de desafiar a la realeza, una chica rebelde y valiente", bromeó.

"No soy cínico. Admiro a los miembros de la realeza, sólo a algunos de ellos". Me reí.

"¿Como yo?" Al parecer, era mucho más que un rostro atractivo. También era divertido e ingenioso.

"Aún no." Le guiñé un ojo. "Bueno, puede que haya ido demasiado lejos en la clase de historia", admití. "Ella solo…"

"No es necesario que me lo expliques". Asher negó con la cabeza, "Lo entiendo".

Realmente me gustó la atmósfera actual entre nosotros. Parecía que éramos iguales. No había ninguna brecha de estatus entre nosotros.

Señalé una pequeña casa que podíamos ver desde la cima de la colina por la que habíamos subido.

"Esa es mi casa", dije. "Vivo allí con mi madre, Magda; mi padre, Robert; y mi hermano, Henry".

"¿Y te dejaron escaparte y entrenar por la noche?" preguntó. Negué con la cabeza.

"Henry me está cubriendo", dije. "Mis padres no lo saben".

"Entonces, veo que tu rebelión especial no es solo contra la realeza", bromeó Asher.

"Sí, se podría decir eso." Suspiré y puse los ojos en blanco.

"Respeté lo que dijiste en la clase del Maestro Rutfus". Asher dejó de caminar y yo también.

Se volvió hacia mí. "Fue impresionante que dijeras lo que pensabas así", dijo. "Las observaciones que tuviste, las preguntas que hiciste... Ese es el tipo de mentalidad que adopta un verdadero líder cuando analiza amenazas y riesgos. Me impresionó..."

"¿Impresionado al escuchar eso de un sirviente?" Yo pregunté.

Asher suspiró y se rió sin humor. "Un poquito, sí", dijo. "Creo que fue más impresionante escuchar eso nuevamente sobre la venganza de la Princesa Devi. No deberíamos comenzar otra guerra contra el Reino de Lanem".

Me mordí el labio para contener la risa. Me gustó escuchar el análisis inteligente de Asher de lo que había dicho.

Elevó mi inteligencia al mismo nivel que él y su padre y al mismo tiempo me colocó por encima de la princesa Devi. Fue muy dulce.

Pero yo todavía era sólo un sirviente. Incluso si Asher fuera mi compañero y pasáramos tiempo juntos socialmente, él todavía era de la realeza. No debería comportarme demasiado orgulloso de sus elogios.

"Sólo comparto mi opinión. Rutfus dijo que todos pueden compartir sus puntos".

"¿Provocativo?" Asher preguntó con una risa burlona. Resoplé y sacudí la cabeza.

"Curioso", dije. "Mis padres siempre me han dicho que algún día me meteré en problemas. Casi ser abofeteado por una princesa... Sí, eso fue un problema".

"Ella no estaba siendo razonable", validó Asher asintiendo.

"Gracias por detenerla", dije suavemente.

"Es la princesa Devi, ¿no?" Su mirada se volvió seria. "El que te dejó esos moretones y cortes en el brazo".

"¿Y luego? ¿Vas a darle una paliza a la Princesa Devi, por un Omega?"

"No la golpearé, pero no soy el tipo de persona que se queda de brazos cruzados mientras alguien más es castigado injustamente", explicó. "No dejaré que vuelva a abusar de ti".

Si antes no había sabido cómo nombrar mis sentimientos, pensé que estaba empezando a hacerlo. Sin duda, me estaba enamorando perdidamente de Asher.

Fue rápido, muy rápido, pero ¿no era así como se suponía que debía ser cuando encontraste a tu pareja predestinada?

Apoyé mi cabeza contra el hombro de Asher con un suspiro.

Sus fuertes brazos me sostuvieron y su mano acarició suavemente mi espalda para consolarme. "Créeme, Vika. Puedo protegerte".

Controlé las ganas de llorar y simplemente asentí con la cabeza. Estaba agradecido de que quisiera protegerme.

Pero más que eso, quería ser más fuerte y poder protegerme a mí mismo, a mi familia e incluso a la manada.

Dimos vueltas por los campos de entrenamiento.

Asher se detuvo y soltó suavemente mi mano cuando regresamos al punto de partida.

Nunca quise que esta noche terminara. Fue tan perfecto y me sentí más yo mismo que nunca.

Pero siempre llegaba el amanecer.

Asher miró hacia el horizonte donde el cielo comenzaba a aclararse.

"Wow, oh, tengo que dormir unas horas antes de que el castillo despierte", murmuré.

"Es una pena que esta noche tenga que terminar", dijo Asher, expresando mis pensamientos.

Aunque estaba feliz y todo mi cuerpo cantaba, de repente me sentí triste. Asher y yo íbamos por caminos separados, volvimos a nuestras vidas totalmente diferentes, totalmente separadas, totalmente incompatibles.

"Vika, quiero verte de nuevo". Asher tomó mi mano. Su pulgar frotaba el dorso de mi mano.

"¿Podemos?" Yo pregunté. Asher se rió entre dientes y se encogió de hombros.

"¿Por qué no?" preguntó.

"Bueno, tú eres un príncipe regente, yo soy una sirvienta y soy un omega", señalé, sin mencionar su compromiso con la princesa Devi.

"Es cierto, pero no me importa. Quiero verte de nuevo", dijo.

Quería. Quería más noches mágicas como ésta con mi pareja. Aún así, ni siquiera estaba seguro de qué tipo de resultado experimentaría una vez que nos encontraran.

"¿Por qué no lo hacemos más oficial?" -Preguntó Asher.

"¿Qué?" Pregunté, sorprendida.

"Podemos reunirnos aquí mañana por la noche y entrenar juntos. No me importa ser tu instructor". Asher ofreció una sugerencia que me resultó muy atractiva.

Poseía un gran poder y habilidades de lucha maduras. Sería el entrenador y entrenador perfecto para mí.

"Está bien", estuve de acuerdo. Asher sacó su teléfono. Rápidamente intercambiamos números de teléfonos móviles.

"Que descanses bien, mi dulce Vika", me dijo. Me sonrojé.

"Tú también, mi príncipe", le respondí.

Asher sonrió y se despidió de mí.

Me entristeció verlo partir, pero tenía otra noche que esperar.