Capítulo 10: Secretos

*Punto de vista de Lila*

Mia me abordó en el trabajo; mi elegante blusa de cuello alto no hizo nada para disuadirla del drama que estaba sucediendo en mi vida, llegando incluso a decir que estaba "brillante". Ella quería escuchar todo acerca de mi historia, y Dios era una historia.

Así terminamos almorzando en la azotea. En realidad, no fue mucho. Solo había un lugar para el sistema de ventilación y algunos bancos, pero era privado y hacía buen tiempo hoy.

Quizás un poco candente, pero eso fue más un problema mío, ya que Mia me interrogó por cada pequeño detalle y trató de sacar una jugada por jugada como si yo fuera una de sus novelas apasionantes.

Me hubiera gustado conservar al menos algo de mi dignidad, pero departamento de literatura o no, Mia seguía siendo periodista y yo tenía un poco menos de dignidad de la que me hubiera gustado.

“Oh, entonces el señor multimillonario tiene un problema mordaz. Bastante manso para lo que supuse”, sonrió Mia, moviendo sus dedos hacia mí y puse los ojos en blanco.

“¿Qué asumiste? Esperar. No, no quiero saberlo”.

Ella se rió de mi miseria y yo le arrojé un trozo de lechuga de mi sándwich en represalia.

“Entonces, ¿cómo te despertó? ¿Flores? ¿Desayuno en la cama?"

"Publique una nota en la cara". Todavía estaba profundamente divertido por ese hecho, a pesar de que el rostro de Mia se arrugó.

“…Muy bien, ¿adónde diablos se fue el señor suave y dulce? ¿Te dejó después de vuestra primera noche juntos? Cariño, eso hace frío.

“El deber llama y todo eso. Sabía en lo que me estaba metiendo cuando acepté salir con él. Simplemente entiende mejor que a veces el trabajo también vendrá para mí, incluso si no dirijo una empresa de miles de millones de dólares. Aún así, me envió el desayuno. Era como un mini buffet”.

“Muy bien, redención. ¿Servicio de habitaciones a primera hora de la mañana? Una ventaja definitiva. Obtuviste un gran resultado”.

"Lo sé", suspiré. “Una parte de mí todavía siente que es un sueño. Ya sabes cómo es mi suerte. ¿Recuerdas aquella vez que el pomo de la puerta de mi oficina se rompió y quedé atrapado allí durante tres horas hasta que el personal de mantenimiento pudo venir a arreglar las cosas?

“Sí, y la vez que un restaurante trajo tu pedido equivocado tres veces. Creo que el karma simplemente está actuando y dándote un montón de cosas buenas en la forma del Sr. Silvius”.

"Está empezando a convertirse muy fácilmente en lo mejor que me ha pasado en la vida", admití, aunque con timidez. "Estoy realmente feliz. Incluso lo invitaré a una cita esta tarde”.

Sus ojos se abrieron como platos. "¿En realidad?"

“Sí, voy a ir a la Trattoria de Marino en la pequeña Italia y comprar comida para nosotros. Tienen la mejor pasta y Rafe nos va a cerrar el jardín de la azotea de su edificio. Quería ir a un parque, pero probablemente los periodistas lo abordarían”.

“Suena bien, ¡pero bien por ti! Sabía que hablar un poco te aclararía la mente y todo mejoraría. Te preocupas demasiado”, sonrió.

"Tienes razón, te lo debo, Mia".

"Solo recuerda eso cuando empiece a soñar con mi futura novia rica y sexy como tú estás enamorada de tu novio", dijo en broma.

"Anotado. Tu futura novia mítica y sexy no escuchará más que lo mejor de mí.

“¡No pongas algo mítico delante de eso!”

Mia casi me empuja fuera del banco mientras me reía y nos burlábamos juguetonamente de nuestras parejas, reales o no.

Mi relación iba bien, obtuve el ascenso que quería junto con un aumento, Sal Berton ya no me molestaba porque sabía que su dinero iba a llegar, y acababa de tener sexo alucinante con el hombre que pronto se estaba volviendo más Para mí, aunque no oficialmente, aunque actuó como un novio.

Estaba sintiendo la emoción de que todo finalmente iba bien y estaba acelerando el trabajo como si la serotonina adicional estuviera haciendo que todo fuera más fácil.

Marino's Trattoria era un antiguo lugar familiar con 15 mesas, una barra de bar y la pareja más dulce sobre la que había escrito un artículo hace aproximadamente un año para la sección de historia local.

El señor Paolo Marino y la señora Gabrielle Marino llegaron a Estados Unidos hace 65 años y abrieron este pequeño restaurante. Nada había cambiado desde entonces, incluso después de que su nieto y su esposa, Mateo y Diana, se hicieran cargo de ellos y continuaran con el restaurante familiar.

Después de eso me hice más cercano a los dueños, así que de vez en cuando regresaba para charlar o ir a comer.

“Bienvenido—¡oh! ¡Lila, ha pasado demasiado tiempo!

“¡Diana, qué bueno verte! ¿Cómo has estado? ¿Cómo va el negocio? Pregunté emocionada, yendo a abrazarme. Diana se puso rígida un poco, para mi confusión, pero me devolvió el abrazo.

“E-va bien, esa pieza que hiciste en el restaurante ha mantenido constante el flujo de clientes, así que nos va bien. ¿Y tú?

"¿Diana? ¿Es la signora Wrenn la que he oído?

"Señor Marino, ya se lo dije, puede llamarme Lila".

"Tan pronto como me llames Paolo", bromeó.

"Ah, parece que estamos en un punto muerto", bromeé.

“No has vuelto desde hace algún tiempo, querida. Estábamos empezando a preocuparnos”.

"Lo siento, signora, no era mi intención, pero la vida se puso ocupada". Y la deuda me pateó el trasero, pero la semántica. Eso y no estaba dispuesto a entrar en eso cuando despotricaba sobre mi ex.

“Sí, la vida, puede surgir de la nada”, resopló el Sr. Marino antes de estornudar de repente. “¡Mío Dio!” gritó y la señora Marino le dio unas palmaditas en la espalda con preocupación. “¿Ha… ha sucedido algo recientemente, Lila?”

“¿Es… es realmente tan obvio?” Me sonrojé, esperando y rezando a Dios que el chupetón en mi cuello no fuera visible.

“Estás radiante, querida”, sonrió la señora Marino y, sin embargo, la forma en que lo dijo hizo que pareciera menos un cumplido y más como si estuviera cuestionando si yo era radiactivo o no.

“Yo… bueno, supongo que sí. Recientemente comencé a salir con alguien y por eso estoy radiante”.

La pareja intercambió una mirada e incluso Diana guardó silencio. "Eso es encantador, querida".

No hicieron que pareciera que fuera algo encantador. La mayoría se sentiría insultada, pero yo sólo estaba preocupada. ¡Los Marino nunca habían actuado así y Diana siempre fue muy habladora! Ahora sentía que la calidez del restaurante se estaba desvaneciendo y no podía evitar sentir que era culpa mía.

"¿Estás bien?" No pude evitar preguntar mientras intentaba no fruncir el ceño por la preocupación.

"¡Sí! Sí, somos queridos, sólo nos llegan huesos viejos. Nos cansa más rápido. Nos alegra que estés tan bien y que hayas encontrado un buen hombre con quien estar. Pero ten cuidado, ¡asegúrate de que sea el adecuado para ti!

“Por supuesto, señora. Odiaría preocuparte.

Aunque yo mismo ya estaba preocupado. Vine aquí por una pasta deliciosa, no por este extraño estado de ánimo con miradas reservadas.

“¿Puedo pedir algo para llevar?” Pregunté, cambiando de tema.

Diana rápidamente tomó mi pedido y dijo que no tardaría mucho, pero a pesar de eso no me sentí mejor.

Tuve una pequeña charla con la señora Marino y ella me hizo preguntas sobre mi nuevo interés amoroso, pero eran forzadas y me hicieron desconfiar, como si me estuvieran poniendo a prueba o juzgando por algo. No ayudó que no supiera para qué me estaban examinando.

Sin embargo, fuera lo que fuera, parecía haber fracasado porque el estado de ánimo nunca desapareció, incluso cuando Diana sacó mi pedido y lo empaquetó con una ración gratuita de palitos de pan, incluso cuando yo protesté e intenté pagar.

Al menos mi relación con los Marino no era el problema, pero ¿cuál era entonces?

“Fue bueno verte, Lila. Realmente deberías pasar por aquí más a menudo”, me dijo Diana en la puerta, despidiéndome.

“Lo intentaré, realmente extrañé venir aquí. De hecho, estoy a punto de reunirme con mi persona especial para almorzar. ¡Creo que apostarás a un nuevo cliente al final de hoy! Sonreí pero Diana no.

“O-oh, ¿es así? Eso es amable de tu parte. Bueno, ¡no seas un extraño! Se inclinó para recibir un abrazo, mucho más fuerte que el que yo le di, pero igual de rígido. “Ten cuidado con Silvius, ¿de acuerdo? Eres... eres inteligente, así que sé que no tienes nada de qué preocuparte, pero aun así... ten cuidado.

Diana me apretó con fuerza por última vez antes de desaparecer de nuevo en el restaurante, dejándome allí parada con bolsas de comida para llevar y una repentina falta de capacidad para respirar.

No le dije a nadie excepto a Mia que estaba saliendo con Rafe Silvius y Mia no era ninguna soplón. No debería haber nadie más que supiera de nosotros, especialmente porque no era un titular importante en las noticias.

Sin embargo, Diana sí lo hizo, y sospeché que el resto de los Marino también. De alguna manera, sabían que estaba saliendo con Rafe y ese pequeño dato de información los puso nerviosos hasta el punto de que yo era casi un extraño para ellos en lugar de un amigo.

Algo estaba pasando y no me gustó ni un poquito. Era casi como si le tuvieran miedo a Rafe y, claro, era un multimillonario poderoso y todo eso, pero esto era diferente.

Esto se sintió casi personal y eso es lo que ME tenía nervioso. De alguna manera, ellos sabían algo sobre Rafe que yo no. Algo que les preocupaba y yo me preguntaba si yo también debería preocuparme.

¡Aunque Rafe era dulce! Fue dulce, amable y compasivo... conmigo. Rafe era todas esas cosas conmigo pero ¿quién era él cuando no estaba conmigo? ¿Cambió tanto?

Una vez le había dicho a Mia que pensaba que la personalidad fría y distante que vestía era un acto, pero ¿y si me equivocaba y ESTE era el acto?

Ohhh chico, mi ansiedad estaba regresando en pleno apogeo y la sensación de hundimiento que la acompañaba fue alimentada por razones reales y una plataforma sobre la que pararse.

De hecho, que yo saliera con Rafe preocupaba a los Marino. Si estaban preocupados por mí o no, no estaba seguro.

Algo estaba sucediendo sin mi conocimiento, ya fuera su empresa, sus otras relaciones o incluso el propio Rafe, había algo de lo que no estaba al tanto.

Mi instinto periodístico me decía que había un secreto y que no debería... Realmente no debería estar buscando información de la persona con la que comencé a salir entre todas las personas. Pero esto... los Marino eran buena gente.

Limpio como una patena con antecedentes honestos. Debería saberlo, escribí el artículo sobre toda su historia familiar. Entonces, si pensaban que algo estaba pasando, entonces algo estaba pasando y si se trataba de Rafe, entonces necesitaba saberlo.

Infierno. Con lo que acaba de pasar, ya me preocupa. Necesitaba hablar con Rafe. Con suerte, él sabría lo que estaba pasando y me lo diría.