Simón permaneció inconsciente durante siete días completos. En su sueño, vio un dragón dorado dando vueltas en el cielo, se tiñó todo el firmamento de un resplandeciente color dorado.La sensación de poder que emitía esa escena era estremecedora, el rugido del dragón retumbaba el lugar como un trueno celestial que dominaba el aire, causando una profunda impresión en el corazón de Simón. Al ver esa escena, sin saber el por qué, una gran valentía surgió en su interior. Era como si, en ese preciso instante, el dragón dorado lo estuviera protegiendo, haciéndolo ser invencible, sin miedo a nada ni a nadie.—¡Entonces ven!Simón apretó los puños con fuerza, y en ese preciso instante, abrió los ojos y se sentó de golpe.—¿Qué ha sucedido...?Mirando a su alrededor, Simón mostró una expresión de asombro. Todo lo que había vivido en el sueño desapareció en un solo abrir y cerrar de ojos, pero la sensación de poder que llenaba su cuerpo seguía siendo real y palpable.—¿Ya te has despertado?—¿Tu
—¡Señor Xenón!Simón miraba en completo silencio la espalda de Xenón, sumergido en sus pensamientos. En efecto, durante su combate con Xenón había puesto toda su fuerza y habilidad, pero si los otros dos guardianes del núcleo eran más poderosos que Xenón, sería demasiado difícil para él ganar.Sin embargo, Simón no quería rendirse. A lo largo de todo su recorrido, había enfrentado numerosas dificultades, y había invertido un esfuerzo enorme para llegar hasta donde estaba ahora. Si perdía en este momento, tendría que esperar otros diez años para poder entrar en el Bosque Primigenio de Solara.Diez años, para un cultivador, era un período demasiado largo y agotador, y más aún si esa espera era el resultado de una derrota que le prohibiría ingresar al Bosque Primigenio de Solara. Era una gran humillación que lo marcaría por completo.Mientras caminaba por el Bosque Primigenio, Simón no dejaba de repasar una y otra vez las palabras de Xenón en su mente. No quería perder, su corazón estaba
Hay que saber que la Gracia Divina es algo demasiado difícil de conseguir, y gastar diez mil gramos de Gracia Divina de una sola vez era algo que Simón no había planeado. Además, ni siquiera sabía muy bien si sería capaz de absorber por completo la energía que el ser energético liberaría con sus cien años de cultivación. Si al final solo absorbiera diez o veinte años de cultivación, entonces realmente estaría perdiendo una cantidad significativa de poder.Simón empezaba a sospechar que lo que estaba incluido en la esencia del dragón divino no era realmente cultivación como la de un cultivador común y corriente podría poder alcanzar, sino más bien una energía especial que se disiparía una vez liberada. Si este fuera el caso, ni siquiera los cien años de cultivación que prometía la esencia serían dignos de una inversión de más de diez mil gramos de Gracia Divina. Tal vez incluso mil años de cultivación no justificarían el gasto. Pero ahora, Simón se encontraba en lo más profundo del Bosq
El hombre de cabello dorado le dijo: —Puedo competir con otras personas, pero no puedo permitirme perder más tiempo. Las reglas son claras, deberías entenderlo, ¿verdad?Simón afirmó y en ese momento respondió: —Por supuesto.El hombre de cabello dorado se levantó lentamente del suelo y, extendiendo la mano, agarró el gran martillo de hierro que flotaba en el aire. Con un tono de voz determinante, pronunció: —Recuerda bien, no soy como Xenón. Aquí, solo tendrás una oportunidad. Si pierdes, no podrás entrar al Bosque Primigenio de Solara durante los próximos diez años.Simón, sin dudar ni por un solo instante, contestó: —Respeto las reglas, pero no voy a perder.Dicho estas palabras, Simón giró su muñeca derecha, haciendo que la hoja de rayo apareciera en su mano, y con un tono preocupante dijo: —Permíteme preguntarte, ¿cuál es tu nombre?—Me llamo Silvio.Simón y Silvio se miraron fijamente, y el aire a su alrededor parecía volverse más espeso, casi evidente. En solo dos segundos, ambo
—Simón Palacios, ¿Explíquenos cual fue el motivo por el cual usted, abusó sexualmente de Valeria Quiroz? — Ante el estricto interrogatorio de la familia Quiroz, Simón respondió con gran indiferencia: —Valeria volvió a casa muy borracha y desaliñada, a altas horas de la noche. Solo la ayudé a acostarse y a descansar en la cama. Ustedes dicen que la violé. Ella es mi esposa, ¿Por qué la violaría?—Aunque sean esposos, el uso de la violencia física cuenta como violación—gritó Xavier Quiroz, el suegro de Simón.Su suegra, Clara Maldonado, lo apoyó: —Exacto, hoy deben divorciarse. Debes renunciar a la totalidad de los bienes y abandonar definitivamente esta casa.La frente de Simón se frunció. En ese momento, la hermana menor de su esposa, Ángela Quiroz, intervino: —Papá, mamá, ¿qué están haciendo? Si no fuera por mi cuñado, quien nos dio cinco millones de dólares, ¿cómo habríamos pasado de ser una familia común a una prestigiosa familia con más de diez supermercados y miles de millones en
Nicolás escuchó y sacudió la cabeza, diciendo: —Eres realmente una persona bastante inútil. El grupo financiero Cape es una corporación a nivel mundial y siempre es el centro de atención, ¿no lo sabías? Realmente eres un total inútil.—Él es solo un inútil. ¿Para qué sirve decirle esas cosas? — la suegra miró a Simón con gran y absoluto desprecio.Xavier, furioso, agregó: —Además de comer y dormir, ¿qué más sabes hacer? No te avergüenzas de ti mismo aquí.Simón no pudo evitar reír ante esta peculiar situación. Si tan solo supieran su verdadera identidad, y su oscuro pasado; no sabrían cómo reaccionarían ante él. En ese momento, varios sirvientes llevaron platos de manjares muy exquisitos y los colocaron en la mesa.Después de un momento, Xavier dijo: —Nicolás, pasa con nosotros a comer.—Nada mal—respondió Nicolás mientras se ponía de pie. Valeria se unió a él, apoyándose cariñosamente en su brazo. Los cuatro se sentaron juntos alrededor de la mesa.Simón miró la hora y dijo con total
—¿Qué dijiste? — Simón frunció el ceño, este hombre lo había golpeado y todavía era tan descortés.El hombre fríamente preguntó con gran despotismo: —¿A qué departamento perteneces y cuál es tu nombre?—¿A qué departamento perteneces y cuál es tu nombre? —respondió Simón con total frialdad.El hombre se jactó: —Soy Víctor Cervantes, el vicepresidente del grupo financiero Cape. ¿Tú eres miembro del grupo financiero Cape?—Soy del grupo financiero Cape—respondió Simón con gran indiferencia.Víctor lo tomo con arrogancia y declaró: —Estás despedido. Lárgate de inmediato, de este lugar.Simón se rio graciosamente un poco, diciendo: —¿Despides a las personas tan a la ligera?—¿Qué vas a hacer? Quiero despedir a quien sea, simplemente despedirlo—respondió Víctor con un desprecio absoluto.Simón comentó con calma: —Qué enorme autoridad tienes.—Soy el vicepresidente de la sede central de provincia de San Rafael, designado por la sede en el extranjero, y también soy el director de supervisión.
Viendo la vacilación de Nicolás, Daniela frunció el ceño y le dijo: —Nicolás, piénsalo muy bien. En el grupo financiero Cape, siempre hemos sido muy estrictos en cuanto a la supervisión de los fondos. Esto es una cláusula normal. Si tienes reservas, nosotros también las tenemos. Si no puedes aceptarlo, la cooperación puede darse por terminado en este momento.Nicolás luchó con dolor por un momento, pero finalmente decidió firmar. Esos cinco mil millones eran demasiado importantes y, además el grupo financiero Cape, tan prestigioso y grande, no estaría interesado en su pequeño grupo.—Firmaré—dijo Nicolás finalmente muy obediente.Daniela se inclinó hacia atrás en su silla, sacudiendo suavemente la cabeza con una sonrisa. Después de firmar, Daniela se levantó y extendió la mano hacia Nicolás, diciendo: —Ha sido un placer cooperar con su grupo. Este recibirá el monto de inmediato. Por favor, asegúrate de verificarlo.Nicolás rápidamente estrechó la mano de Daniela, muy agradecido. Daniel
El hombre de cabello dorado le dijo: —Puedo competir con otras personas, pero no puedo permitirme perder más tiempo. Las reglas son claras, deberías entenderlo, ¿verdad?Simón afirmó y en ese momento respondió: —Por supuesto.El hombre de cabello dorado se levantó lentamente del suelo y, extendiendo la mano, agarró el gran martillo de hierro que flotaba en el aire. Con un tono de voz determinante, pronunció: —Recuerda bien, no soy como Xenón. Aquí, solo tendrás una oportunidad. Si pierdes, no podrás entrar al Bosque Primigenio de Solara durante los próximos diez años.Simón, sin dudar ni por un solo instante, contestó: —Respeto las reglas, pero no voy a perder.Dicho estas palabras, Simón giró su muñeca derecha, haciendo que la hoja de rayo apareciera en su mano, y con un tono preocupante dijo: —Permíteme preguntarte, ¿cuál es tu nombre?—Me llamo Silvio.Simón y Silvio se miraron fijamente, y el aire a su alrededor parecía volverse más espeso, casi evidente. En solo dos segundos, ambo
Hay que saber que la Gracia Divina es algo demasiado difícil de conseguir, y gastar diez mil gramos de Gracia Divina de una sola vez era algo que Simón no había planeado. Además, ni siquiera sabía muy bien si sería capaz de absorber por completo la energía que el ser energético liberaría con sus cien años de cultivación. Si al final solo absorbiera diez o veinte años de cultivación, entonces realmente estaría perdiendo una cantidad significativa de poder.Simón empezaba a sospechar que lo que estaba incluido en la esencia del dragón divino no era realmente cultivación como la de un cultivador común y corriente podría poder alcanzar, sino más bien una energía especial que se disiparía una vez liberada. Si este fuera el caso, ni siquiera los cien años de cultivación que prometía la esencia serían dignos de una inversión de más de diez mil gramos de Gracia Divina. Tal vez incluso mil años de cultivación no justificarían el gasto. Pero ahora, Simón se encontraba en lo más profundo del Bosq
—¡Señor Xenón!Simón miraba en completo silencio la espalda de Xenón, sumergido en sus pensamientos. En efecto, durante su combate con Xenón había puesto toda su fuerza y habilidad, pero si los otros dos guardianes del núcleo eran más poderosos que Xenón, sería demasiado difícil para él ganar.Sin embargo, Simón no quería rendirse. A lo largo de todo su recorrido, había enfrentado numerosas dificultades, y había invertido un esfuerzo enorme para llegar hasta donde estaba ahora. Si perdía en este momento, tendría que esperar otros diez años para poder entrar en el Bosque Primigenio de Solara.Diez años, para un cultivador, era un período demasiado largo y agotador, y más aún si esa espera era el resultado de una derrota que le prohibiría ingresar al Bosque Primigenio de Solara. Era una gran humillación que lo marcaría por completo.Mientras caminaba por el Bosque Primigenio, Simón no dejaba de repasar una y otra vez las palabras de Xenón en su mente. No quería perder, su corazón estaba
Simón permaneció inconsciente durante siete días completos. En su sueño, vio un dragón dorado dando vueltas en el cielo, se tiñó todo el firmamento de un resplandeciente color dorado.La sensación de poder que emitía esa escena era estremecedora, el rugido del dragón retumbaba el lugar como un trueno celestial que dominaba el aire, causando una profunda impresión en el corazón de Simón. Al ver esa escena, sin saber el por qué, una gran valentía surgió en su interior. Era como si, en ese preciso instante, el dragón dorado lo estuviera protegiendo, haciéndolo ser invencible, sin miedo a nada ni a nadie.—¡Entonces ven!Simón apretó los puños con fuerza, y en ese preciso instante, abrió los ojos y se sentó de golpe.—¿Qué ha sucedido...?Mirando a su alrededor, Simón mostró una expresión de asombro. Todo lo que había vivido en el sueño desapareció en un solo abrir y cerrar de ojos, pero la sensación de poder que llenaba su cuerpo seguía siendo real y palpable.—¿Ya te has despertado?—¿Tu
Simón emitió un fuerte rugido de ira y, con un apresurado movimiento, descargó su espada. La energía negra de la espada golpeó la Torre de los Encantamientos con un fuerte estruendo ensordecedor, pero lamentablemente, la torre permaneció sin mostrar signo alguno, como si fuera una muralla de acero, sin mostrar ninguna reacción.—¡Hum! Parece que para poder entrar al reino de Solara tendrás que esperar otros diez años más. Para destruir esta Torre de los Encantamientos, solo la fuerza de las reglas de un plano superior puede hacerlo; ¡ningún ser mortal puede romperla!Al escuchar esto, los ojos de Simón brillaron con una intensidad indescriptible. Inmediatamente comenzó a recitar un hechizo, sus manos se movían rápidamente, formando así sellos que cambiaban constantemente. Un gran dragón rodeaba su cuerpo, y en ese momento, una esfera dorada apareció sobre su cabeza. En ese instante, la esfera dorada cayó y, al tocar el cuerpo del dragón, se mezcló con él, transformando así al dragón en
Mientras controlara el Qi de Dragón y lograra concentrar toda la fuerza de un dragón completo que lo rodeara, esta criatura podría bloquear al menos un ataque de Xenón después de que se teletransportara. Sin embargo, debido a la indescriptible fuerza de Xenón, Simón solo tendría una oportunidad de ataque.Si fallaba en ese intento, Xenón lo eliminaría antes de que el dragón pudiera volver a formarse. Por ello, Simón debía mejorar su capacidad auditiva y su velocidad de ataque. Solo si ambos aspectos alcanzaban un nivel suficientemente alto, tendría una posibilidad real de derrotarlo.Después de llegar a esta conclusión, Simón tomó una difícil decisión.Media hora más tarde, su cuerpo había recuperado por completo todas sus energías. Entonces, rasgó un pedazo de tela de su ropa y se vendó los ojos. Con un movimiento muy ágil, lanzó una piedra contra un árbol cercano.—¡Ssshhh!Las ramas vibraron con una fuerza indescriptible, y las hojas comenzaron a caer lentamente desde las alturas.S
El anciano giró los ojos con astucia y dijo: —Bueno... tal vez ya sabes que bajo el Bosque Primordial de Solara existe un gigantesco círculo mágico de supresión demoníaca. Este círculo tiene tres grandes núcleos, y cada núcleo está custodiado por un guardián. Yo soy Xenón, el guardián del núcleo derecho.Simón respondió: —Así que es el anciano Xenón.—Te vi y sentí que teníamos un destino en común. Después de todo, ambos somos de Andalucía Dorada, así que decidí presentarme ante ti.Aunque Simón ya había sospechado que el anciano era un guardián del núcleo, escuchar de boca de él le confirmaba su verdadera identidad le provocó una sorpresa repentina. De inmediato, dijo: —Eso en excelentes condiciones. Ahora que el anciano Xenón ha aparecido, no necesito buscarlo.—Peleemos aquí mismo.—¡Mmm! Parece entonces que tienes prisa.Xenón agitó su túnica y dijo: —Si es así, ¡entonces empecemos de inmediato!—Entonces no me contendré ni un solo momento.Simón pisó con fuerza el suelo, su cuerpo
De Inmediato, el anciano volvió a devorar la carne con entusiasmo. Simón, al ver lo feliz que estaba comiendo, también comenzó a comer con más ganas. Sin embargo, el apetito del anciano era verdaderamente asombroso. En menos de media hora, ya había devorado cuatro piernas de jabalí y una gran porción de carne de su interior.El anciano se acomodó en el suelo, saboreándose los dedos para no desperdiciar ni una gota de grasa, y miró el jabalí asado aún lado de la parrilla mientras comentaba: —¡El sabor es excepcional! Este es, sin duda alguna, el jabalí asado más delicioso que he comido en los últimos treinta años.Simón preguntó: —Anciano, ¿ya ha comido lo suficiente?—Sí, estoy satisfecho. El anciano afirmo con una sonrisa de satisfacción.—Ok, entonces lo guardaré.Pero en cuanto Simón hizo un gesto de recoger el jabalí, el anciano se apresuró a ponerse de pie de manera inconsciente y luego lo sujetó del brazo, diciendo con preocupación: —¡Espera, espera! ¿Por qué tanta prisa? No hay
—¡Esto es maravilloso!El anciano frotó las manos con emoción y dijo: —Hacía mucho tiempo que no tenía la oportunidad de probar un manjar preparado con fuego y leña. ¿Podrías invitarme a compartir un poco?—Esto… Bueno, está bien.Simón había planeado guardar la carne del jabalí asado en su semi-dimensión para usarla como provisión en los días siguientes. Después de todo, un jabalí de ciento cincuenta kilogramos, consumido poco a poco, podría durarle al menos un mes.Pero ahora que el anciano lo había solicitado, Simón no encontró una excusa adecuada para negarse y solo pudo afirmar con la cabeza.—¡Ah, muchas gracias!El anciano miró con los ojos brillantes la pierna de jabalí que Simón tenía en sus manos y comentó con una sonrisa: —Esa pierna se ve especialmente deliciosa. ¿Por qué no me la das a mí?—¿Eh?Simón sintió que el anciano estaba yendo demasiado lejos. Después de todo, el jabalí entero seguía sobre la parrilla y podía escoger cualquier otra parte para comer. Él solo había