Alfredo tenía los ojos clavados en las píldoras cuando las vio y fingió una mirada de desgana. “Mmm, te dejaré ir ya que has cumplido con tu parte”.Entonces, miró al cielo fuera del salón principal y dijo: “Ya es demasiado tarde. Pasa la noche aquí y haré que alguien te lleve mañana temprano”.Mientras hablaba, lucía arrogante, pero en el fondo, estaba extremadamente emocionado.‘¡Jaja! ¡Qué buena oferta! Aunque no pude sacarle dinero a este tipo, conseguí estas píldoras’.“Gracias, caballero”. Darryl sonrió y dio las gracias con los puños cerrados.‘Esto...’.Al ver la situación, Raquel, que seguía atada al poste, empezó a entrar en pánico. No pudo evitar pedirle a Darryl: “Señor, por favor, sálveme...”.En ese momento, Raquel se sintió consternada.‘¿Acaso Darryl solo pensaba en sí mismo y se olvidaba de que aún estoy atada?’.De hecho, como mujer, esperaba que Darryl la rescatara. Sin embargo, él no pensó en ella y ella no pudo soportarlo más.De repente, Darryl se sintió
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