Llamada de emergencia Hope recargó la cadera sobre el capó del auto, estaba llegando con quince minutos de retraso debido a una reunión que no pudo posponer con el departamento de calidad. En ese momento, se lamentaba que Chelsea y James se hubiesen marchado esa mañana a Nueva York, pero era necesario que hicieran acto de presencia para elegir al nuevo jefe de la agencia de viajes. Hope habría deseado volver con ellos y alejarse de Los Ángeles por segunda ocasión, pero sus responsabilidades al frente de H&B no se lo permitieron. Tampoco tenía corazón para abandonar a su madre, sabía que difícilmente Hilary aceptaría marcharse de la ciudad sabiendo que todos sus recuerdos con Daniel estaban aquí.—¡Mamá! —gritó Matthew corriendo en dirección de Hope, mientras intentaba acomodarse la mochila en su espalda.—Hola, cariño, lamento llegar tarde —dijo poniéndose en cuclillas para quedar a su altura y él pudiera abrazarla.—No es tu culpa, tío James dijo que podía pasar, pero que vendrías p
Nuestro secretoEl corazón de Blake casi se detuvo al escuchar el sonido de su móvil, estaba en medio de una reunión importante con los actores principales del rodaje de su nueva película, pero le importó poco dejarlos sentados en la mesa y atender la llamada que había estado esperando por muchos días, quizá semanas.Con manos temblorosas llevó el aparato a su oído.—Hope —dijo un tanto nervioso.Un silencio sepulcral le siguió a su voz, no podía escuchar nada al otro lado de la línea, lo cual le asustó.—Hope —repitió—¿Estás ahí? ¿Estás bien? —cuestionó sin obtener respuesta.Un ligero suspiro de resignación se escuchó finalmente por parte de Hope y que tranquilizó al hombre.—Necesito pedirte un inmenso favor, Blake.El corazón del magnate casi se detuvo al escuchar la voz de Hope.—Dime, ¿Cómo puedo ayudarte? —respondió con premura.Ella pareció dudar, porque otro silencio le siguió. Blake estaba a punto de subirse por las paredes de la sala de juntas, se olvidó por completo de la
Buenas intenciones Blake se dejó caer sobre el césped, su corazón latía fuerte dentro de su pecho, había olvidado lo que era correr detrás de un balón de fútbol. Desde la trágica muerte de su padre, él había asumido la responsabilidad de los negocios y se había olvidado de esas pequeñas cosas de la vida. Esos que se convertían en momentos únicos y especiales, que se grababan a fuego en el corazón. —¿Cansado? —preguntó Matthew, sentándose junto a él; tan calmado como si no hubiese estado corriendo detrás del balón por casi una hora. Él lucía fresco y feliz. —Deja que me acostumbre, entonces no me ganarás tan fácil —aseguró. Matthew se echó a reír, antes de preguntar: —¿Quiere repetir este juego? —Todas las veces que quieras —respondió Blake sin dudar, esperando que su hijo se mostrara contento, sin embargo, logró el efecto contrario. Matthew se acomodó sobre el césped y miró al cielo. —El tío James es quien juega conmigo todos los fines de semana —dijo. Blake miró al pequeño
Invitación Larry se vio sorprendido al encontrarse con Chelsea parada frente a la puerta de su oficina, por un momento creyó que se la estaba imaginando y es que, desde lo sucedido en el bar, no había dejado de pensar en ella; la atrevida sin vergüenza, se había apoderado de sus pensamientos sin pedir permiso.—Chelsea —llamó de nuevo al no obtener respuesta y verla quieta como si fuera una estatua de yeso.Chelsea chasqueó la lengua y maldijo para sus adentros, mientras se giraba para quedar frente a Larry.—Hola —dijo con tono inseguro.—Hola, ¿a qué debo el milagro de tu visita? —preguntó el hombre mirándola fijamente. Larry se fijó en las mejillas sonrosadas de Chelsea, era como si… ¿Sintiera vergüenza?, Larry negó, era más fácil que el sol dejara de brillar a que esa atrevida mujer sintiera un poquito de vergüenza siquiera.¡Ni siquiera se había inmutado para cogerle la polla! ¿Cómo por qué iba a sentirse avergonzada por estar frente a su oficina?—Eh, yo… ¡Pasé a saludar! —exc
Una noche locaHope no pudo apartar de su memoria las palabras de James, temía que él tuviese razón en cuanto a sus sentimientos. Pero con todo lo que había vivido por culpa de Blake, ella no se arriesgaría a hacerle ninguna concesión, lo suyo era parte del pasado y quizá debía dejarlo claro. Blake y ella debían aclarar que lo único que les unía era Matthew, nada más.¡Matthew lo era todo, no había más después de él!Sin embargo, en el momento que el mensaje de Blake entró a su móvil, Hope no pudo evitar que su corazón se acelerara y culpó a James por eso, porque sí él no hubiese insistido en hablar sobre sentimientos, ella no estaría nerviosa y dudosa de abrir el mensaje.Hope dejó el teléfono sobre su escritorio, trató de ignorarlo hasta que cedió a la curiosidad.Blake:Buenas tardes, Hope. Espero no estar molestando, pero… ¿Me gustaría saber si puedo pasar el día con Matthew el sábado? Estaré a la espera de tu respuesta y de antemano muchas gracias.Hope suspiró, pensó en no respo
Consejos de mamáMientras Larry y Chelsea disfrutaban de la noche más apasionada de su vida. Blake esperó con paciencia en la sala de espera del aeropuerto a su madre.Blake ya no necesitaba solamente admitir sus errores del pasado, sino corregirlos y tratar de recuperar lo que había perdido. Tessa y él habían terminado muy mal, luego de la separación de Hope, y no fue hasta ahora que Blake tenía que darle la razón a su madre.«—¡No puedes ser tan idiota, Blake, no pareces hijo mío! —gritó Tessa al enterarse de la partida de Hope.Sin embargo, Blake estaba furioso y muy borracho, al punto que la lengua se le enredó en más de una ocasión para defenderse de los insultos de su madre.—No puedo creer que seas tan… ¡No sé siquiera cómo llamarte porque ningún apelativo puede aplicarse contigo!Blake se encogió de hombros.—Me engañó —musitó.—Lo peor es que me temo que tengas razón y fuiste engañado —dijo, su voz estaba falsamente calmada.—Vez, tú también lo piensas —refutó bebiendo de la
¿No has sido tú?Chelsea escapó de los brazos de Larry durante el amanecer, su corazón latía alocadamente con cada paso que daba para alejarse de él.«El remedio resultó peor que la enfermedad», pensó Chelsea mientras subía a su auto y dejaba caer su cabeza sobre el volante.La joven rubia creyó que acostándose con Larry iba a poder apartarlo de su mente y resultó todo lo contrario, no se había alejado de él y ya lo echaba de menos.—¿Cómo me fui a enamorar de él? — murmuró—. Hope va a matarme por poner los ojos en el otro Cameron ¿Y qué si son igual de estúpidos los dos? —se preguntó.Chelsea dejó de pensar cuando los toques al vidrio la asustaron, presionó el botón y esperó a que el vidrio bajara a media ventanilla.—¿Vas a algún lado, preciosa sinvergüenza? —preguntó Larry con una sonrisa de medio lado que mojó las bragas de la rubia.—A mi casa, por supuesto, la noche ha terminado —dijo tratando de salvar su pellejo, no quería evidenciar los sentimientos que estaba sintiendo en es
Entre la espada y la pared“Pero si aprendiste a barrer no debe quedar nada…”El problema es que Hope nunca barrió las cenizas, porque no hubo nada que barrer. Lo que ella sentía en ese momento eran las brasas tratando de arder con fuerza.—Lo siento, no quise molestarte —dijo Blake al notar que Hope no estaba interesada en recibir su presente.—Déjalo sobre la mesa, iré por Matthew —dijo con tono severo, pero por dentro su corazón latía con la fuerza de un volcán.Blake sonrió ligeramente, dejó la bolsa y la rosa sobre la mesa, para seguir muy de cerca a Hope.Hope encontró a Matthew sentado en la sala, junto a él su bolso y en la mano sus zapatos de fútbol.—¿Todo listo? —preguntó con una sonrisa tatuada en el rostro.—¡Sí! —gritó. Matthew se puso de pie, cogió su bolso y la colocó a su espalda.—Bien, entonces irás con Blake al entrenamiento y él te traerá de regreso a casa.—¿Puedo comer un helado luego del partido? —preguntó.—Puedes, pero sin exagerar, Matt.—Te lo prometo —resp
¡Tres semanas!Tres semanas era el plazo que Abby le había dado a Isaac para casarse con ella. Isaac se había sorprendido, pues esperaba que su prometida planificara la boda de sus sueños, sin embargo, Abby había decidido todo lo contrario.«El tiempo es oro y la vida es muy corta para perder más el tiempo, Isaac. Yo estoy segura de mis sentimientos por ti y si en tu corazón no existe duda alguna de que me amas, no entiendo por qué debemos esperar. ¿Qué vamos a esperar?»Aquellas palabras habían sido decisivas para Isaac. Él no iba a negarse a convertir a Abby en su esposa y compartir con ella por el resto de su vida.Las tres semanas pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Bárbara Hamilton había convocado a toda la familia para solicitarles su participación y planificación de la boda.Si la familia se vio sorprendida por el repentino anuncio, se abstuvieron de hacer comentario alguno y participaron muy activamente hasta en el más mínimo detalle de la fiesta.Hope y Daphne fueron las en
Abby miró su reloj por enésima vez, el pequeño aparato marcaba las ocho de la noche y quince minutos e Isaac no daba señales de vida.—¿Dónde te has metido? —musitó en voz baja, mientras caminaba a su balcón, ya ni recordaba las veces que lo había hecho en los últimos cinco minutos.Abby estaba tentada a llamarle y preguntarle, pero… ¿Qué iba a preguntar? ¿Si se había arrepentido? ¿Qué de repente se había dado cuenta de que no eran el uno para el otro? Ella negó con brusquedad, como si de esa manera los malos pensamientos se alejaran de su cabeza.Eran pensamientos que no debía tener, que no debía siquiera pensar.—Isaac —lo llamó.Abby se acercó a la ventana de nuevo, caminó un par de veces, miró su reloj y apenas habían pasado tres minutos.Estaba a punto de caer en la desesperación, incluso estaba tentada de llamar a la policía, pero cuando sus ojos se fijaron en el auto que estacionó frente a la entrada de su casa, ella se olvidó de todo, salió de su habitación y corrió escaleras
Un sentimiento de enojo se apoderó del cuerpo de Isaac y un deseo de ir y golpear al hombre barrió por cada fibra de su ser, sin embargo, no se movió de su sitio. Se obligó a estar de pie, justo allí donde estaba.—Isaac —murmuró Connor, el hombre no tuvo ningún problema en reconocérselo y sin saber por todo lo que el ex agente había pasado se acercó para darle la mano.Isaac de nuevo estuvo tentado a no corresponder el saludo, pero terminó extendiendo su mano, recordando que el motivo de su secuestro también tuvo que ver con su trabajo. Ser un agente no era fácil y llevaba muchos riesgos y en el fondo agradeció no haber sabido qué Connor vivía, pues con seguridad habría revelado la verdad ante tantas torturas a las que había sido sometido.—Connor —dijo, sorprendiendo al hombre, pues en todos esos meses, seguía utilizando el nuevo nombre que le fue otorgado.Daphne carraspeó para llamar la atención de los hombres, pues la presencia de Isaac en casa de sus padres y luego de tanto tiem
Abby dejó escapar un ligero gemido, su cuerpo estaba dolorido, pero de esa manera deliciosa, con esas señales inequívocas de haber hecho el amor toda la noche.—Buenos días mi Ángel —saludó Isaac dejando un sendero de besos húmedos por sus hombros y mordiendo el lóbulo de su oreja.—¿Cómo llegamos aquí? —preguntó, la chica al darse cuenta de que estaba sobre una cómoda y suave cama.—Exactamente, no lo sé —Isaac se rio—. ¿Importa? —preguntó sin dejar de reír.El sonido de aquella risa inundó el corazón de Abby, que bien se sentía, era como estar en el lugar correcto, con la persona correcta.—Lo único que me importa es saber que estás aquí, conmigo —respondió, girándose para quedar frente a frente con Isaac.—Abby —susurró, perdiéndose en su mirada, Isaac estaba tentado a tomar los labios de la muchacha y volver a perderse entre las mieles del amor, sin embargo, era consciente de que no todo era pasión. Ellos se habían entregado por completo y él deseaba hacer las cosas bien y bonitas
«Deseo hacerte el amor»El cuerpo de Abby tembló ante tal declaración, su corazón se aceleró y su intimidad se humedeció casi de inmediato.—Isaac —susurró, mirándolo a los ojos con intensidad.—Abby…El ex agente estaba a punto de retractarse, quizá no había sido el mejor momento, tampoco era el mejor lugar, por lo que, haciendo acopio de su fuerza de voluntad, intentó apartarse del cuerpo de la joven.Abby adivinó sus intenciones y antes de que se pudiera alejar lo haló de la camisa y tomó su boca en un beso desenfrenado, presionándose contra él de tal manera que no pudiera escapar.Isaac tampoco deseaba huir, él no era un don Juan, no tenía ningún interés en nadie más que no fuera Abby, tampoco la quería para una noche de aventura. Él deseaba que su Ángel formara parte de su vida y felicidad por el resto de sus días.Quizá estaba comportándose de manera egoísta a ojos del mundo, sin embargo, era todo lo que él deseaba. No pedía nada más a la vida, no quería nada más.El bes
Isaac se quedó de piedra por unos breves segundos, antes de cerrar los ojos, tomar el cuello de Abby y corresponder el beso.Abby gimió al sentir la lengua de Isaac abrirse paso por su boca y de dominar el beso, se vio sometida por la fuerza y la destreza del hombre, mientras Henry y Romina miraban en completo silencio la situación.—Creo que estamos de más —murmuró Romina, acercándose a Henry.El muchacho asintió y no se fijó en lo cerca que estaba su querida enemiga.—¿Por qué no me invitas una copa? —preguntó Romina.Henry se giró para verla y sus labios casi quedaron juntos, él tragó, la última vez que habían estado muy cerca uno del otro, había sido dos años atrás, mientras celebraban el cumpleaños número dieciocho de Romina.—¿Quieres que te invite? —preguntó Henry desconcertado.—No tengo nada mejor que hacer y ver a una pareja comerse delante de mí, no es mi fetiche —mencionó.Henry miró a Abby y se dio cuenta de que definitivamente no iba a recuperar a su prima esa noche, así
—¿No es Romina, la pequeña minina? —preguntó Alexander, señalando en dirección del auto de Isaac, mientras él rodeaba el carro para subirse al lado del piloto. —¡Cállate! —gritaron Henry y Abby al mismo tiempo.—¡Qué carácter! —gruñó Alexander, ganándose una mirada severa y amenazadora por parte de sus primos.—Será mejor que no te metas con ella, Henry aún está sensible —susurró Lucas, el menor de los cuatro, desconocía con exactitud lo ocurrido, pero era evidente la tensión que existía entre Romina y Henry.Alexander se encogió de hombros y se dirigió a su auto.—Los veré en el centro comercial —dijo, mientras Henry apretada los puños y Abby esperaba tener una buena respuesta por parte de Isaac esa noche. —¿Vienes conmigo o con Henry? —preguntó Abby a su hermano, Lucas tenía el auto en el taller y su padre se había negado a darle otro.—Valoro mi vida lo suficiente como para ir contigo, hermanita, te veo en el centro comercial —respondió Luca, subiendo al auto de Henry con
«Así que no volverás a librarte de mí»Isaac sintió que su corazón latió fuerte dentro de su pecho y le fue imposible no sonreír ante el rostro sonriente, decidido y feliz de Abby.—¿No estás molesta? —preguntó, aún no habían aclarado su abrupta partida y aunque Abby había mencionado que no era necesario, no podría avanzar si no trataba el tema con la importancia que tenía.—Al principio estuve molesta conmigo misma por no darte la mano ese día, pero tienes que reconocer que no estaba preparada para descubrir que no eras Xavier —comentó levantándose de su silla y caminando en su dirección, pero sin llegar a acercarse tanto.Abby se detuvo, se sentó sobre el escritorio y se cruzó de piernas.Isaac se mordió el labio ante las acciones de Abby, mientras se preguntaba: ¿En qué momento se había convertido en una joven atrevida? Y no es que le molestara la nueva actitud de Abby, todo lo contrario, aun así…—Lo siento —dijo al darse cuenta de que Abby esperaba una reacción por su parte.—Ten
«Abby»El cuerpo de la joven tembló, su corazón latió casi con violencia dentro de su pecho. Había pasado tanto tiempo desde aquella última vez que se habían visto, desde aquella extraña y fría despedida.—Isaac…El exagente le sonrió, no podía hacer otra cosa. Jamás imaginó que encontraría a Abby justamente en la puerta de la mansión Cameron.—¿Qué haces aquí? —preguntaron al unísono.El silencio se instaló entre ellos luego de aquella pregunta, Isaac no sabía si debía responder y Abby estaba tan asombrada que no encontraba su voz.Isaac se fijó en la mano sobre la mano de Abby, no la había retirado, y así fue como fueron sorprendidos cuando la puerta se abrió.—¡Señorita Hamilton! —pronunció la muchacha.Abby le sonrió, pero se lamentó la interrupción, seguramente ahora venía la despedida y no volverían a encontrarse.—Señor Harper —saludó la muchacha al darse cuenta de la presencia de Isaac —¿Cuánto tiempo sin verlo? —exclamó.Isaac le sonrió, mientras Abby lo miraba de manera inte