Una segunda oportunidad El silencio que siguió luego de aquella confesión fue sepulcral, mientras las miradas de padre e hijo se enfrentaron. —Matthew —Blake fue el primero en romper el silencio e intentar tocarlo, pero Matthew se alejó un paso y él no quiso insistir. El corazón de Blake se rompió ante el rechazo de su hijo, sin embargo, comprendía lo difícil que era para el pequeño aceptarlo como padre, pues él lo había visto como amigo nada más. La verdad cambiaba muchas cosas y temía que el poco terreno ganado en el corazón de Matthew se perdiera. —Matt. El pequeño parpadeó, sus pequeños ojos se llenaron de lágrimas y sus hombros temblaron. —No quería que fueras mi papá —musitó. Blake creyó que era imposible sentir más dolor que el rechazo de su hijo, pero estas palabras fueron mortales para él. —Lo siento —musitó. Matthew negó. —Me caes bien y me gusta pasar tiempo contigo, pero… cuando imaginaba a papá, no pensé que sería como tú —admitió. Blake comprendió a lo que su
Noche de pizza Blake caminó por el sendero del rancho, dejar a Hope y Matthew solos había sido muy difícil, sobre todo, porque sabía que el tema de conversación era él. —Señor. Blake se detuvo al escuchar la voz de John, su guardaespaldas había estado muy silencioso esos días, y él esperaba que la razón fuera Scott. El magnate lamentaba la actitud del hombre a quien creyó por muchos años su mejor amigo, casi hermano; pero esto dejaba claro que no existían amistades infalibles y que la traición termina llegando de personas que jamás imaginó, lo peor era no saber el motivo de su odio. —¿Qué noticias me tienes? —preguntó deteniéndose junto a la cerca, con la vista al horizonte, mientras el sol se ocultaba y daba paso a una noche oscura. —Connor sigue investigando, pero no ha podido acceder a ninguna información privilegiada, es nuevo y esta gente no confiará en él de buenas a primeras. Tendrá que hacer algo para ser aceptado —explicó John con seriedad. —Hacer algo, ¿cómo qué? —pr
No fui yoEl semblante de Larry cambió en un abrir y cerrar de ojos, mientras Chelsea pensaba que iba a desmayarse cuando su color pasó a ser pálido, tan pálido como una hoja de papel.—¡Larry! —llamó Chelsea, el silencio fue aterrador, él tenía la mirada perdida y sus manos temblaban tanto que el móvil terminó en el piso—. Dime algo, por favor —suplicó angustiada, ni siquiera cuando estuvo herido, Larry estuvo silencioso.Sin embargo, por la cabeza de Larry solamente podían repetirse las palabras de su madre y la reciente información del hombre que le llamó. Él no tenía idea de quién era o cómo tenía su número de teléfono, pero era evidente que lo conocía y conocía muy bien a su padre.—¡Larry, por favor, dime algo! —Chelsea estaba a punto de perder la cabeza, agitó el hombro de su novio hasta lograr que él parpadeara, no era mucho, pero ya era algo.—Mi padre fue trasladado al hospital general —murmuró tan bajo que Chelsea escuchó por la cercanía que había entre ellos.—¿Quieres que
Nunca dejé de hacerloLarry no apartó la mirada de los ojos de su padre, y él tampoco apartó la mirada de su hijo.—¿Por qué tengo que creerte? —le cuestionó sin acercarse.—No tienes ningún motivo para hacerlo, lo sé; pero jamás me habría atrevido a asesinar a mi propio hermano, Henry era la única familia que tenía.Larry apretó los puños y sintió la rabia emerger de lo más profundo de su ser y no sabía exactamente cuál era la razón.—Nadie aceptaría la culpa siendo inocente, tú nunca negaste haber disparado, ¡Nunca la señalaste como la responsable! —gritó con los ojos llenos de lágrimas. Él no sabía ni cómo sentirse en ese momento.—¡Está enamorado de tu madre! Y al final de todo fue mi culpa —aceptó—. Yo la arrastré al lado oscuro, la llevé por los caminos del vicio y cuando no tuve más dinero, ella trató de buscarlo sin importar lo que tuviera que hacer.—¡Eso no justifica que le arrebatara la vida a mi tío Henry!—¿Qué esperabas que hiciera?—¡Que dijeras la verdad! Porque mientr
No va gustarleHope y Blake tuvieron un lindo y movido despertar, si no fuera por los gritos de Matthew desde afuera, quizá no hubiesen salido de la cama en todo el día.—Mamá, Papá, ¡despierten! ¡Llegaré tarde al colegio! —gritó Matthew por tercera vez en menos de un minuto y los golpes a la puerta, que armaron un escándalo en toda la regla.—¿Qué pasa? —preguntó James, saliendo de su habitación completamente vestido para un nuevo día de trabajo.—Llegaré tarde por ellos —informó Matthew señalando la puerta de sus padres.James luchó para no reírse, no quería imaginar a ese par vistiéndose contra reloj para salir a atender a su hijo.—Ven, vamos abajo y desayunamos juntos, ¿te parece? —preguntó James.Matthew lo miró por un momento antes de volver su atención a la puerta, se encogió de hombros y habló:—Es lo mejor de tener dos papás.James sintió una calidez en su pecho que casi le hizo saltar de emoción, amaba a Matthew como si en verdad fuera hijo suyo y saber que la aparición de
¿Qué significa esto?—Señor —John se preocupó al notar el semblante de su jefe y su móvil ser estrujado con fuerza entre los dedos de Blake.—No bajes la guardia John y envía a uno de tus hombres al edificio de Alicia, quiero saber el momento exacto que la policía le ponga las manos encima —ordenó.—Lo haré, señor, pero si me permite darle mi humilde opinión. No creo que su madre sea capaz de hacerle esto a la señora Hope o usted —dijo el hombre abogando por Tessa.Blake lo miró por un largo momento antes de responder:—Mantenme informado —pidió.John asintió, mientras Blake se dirigió al interior de su casa para hablar con Larry y enfrentar a su madre.Hope se puso de pie al notar el semblante en el rostro de Blake y la tensión en su cuerpo, la mujer podía jurar que estaba más tenso que una cuerda de guitarra.—¿Qué pasa? —preguntó, apenas se acercó a él.Blake la miró por unos breves segundos antes de hablar:—Dile a Chelsea que lleve a Matthew al jardín.—¿Por qué? —Hope se sintió
¿Cuánto tiempo sin vernos?Hope, Blake y Matthew se despidieron de Tessa, Chelsea y Larry luego de la interesante conversación que habían tenido sobre Alicia y Scott Carter.Hope, no podía creer todo lo que habían hecho y todo lo que estaban dispuestos a hacer para conseguir la fortuna Cameron, una fortuna que encima, ni siquiera les pertenecía. Alicia era la esposa de Antonio, pero el hombre no tenía ni un solo peso en su bolsillo y Scott que ni siquiera era de la familia.—Me preocupa, Matthew —soltó Hope de repente, aprovechando que el niño se había quedado dormido.—No eres la única, Hope. No puedo creer lo ciego que fui todo este tiempo, me dejé envolver como un imbécil por Scott, todo este tiempo, todas esas invitaciones a beber tenían un solo objetivo, aprovechar una oportunidad para traicionarme y quedarse con todo.—Pero Scott no podría acceder a tu fortuna tan fácilmente. Tú y yo estamos casados y en caso de que algo te sucediera… —Hope detuvo la línea de sus pensamientos al
—Tan cálido como siempre —dijo—, pensé que nuestro último encuentro te había suavizado el carácter —añadió con una gota de cinismo.—La última vez que te vi, fue el día que firmé el divorcio y eso fue hace tantos años que había olvidado hasta que existes —respondió Blake de manera tajante y contundente, para no dejar huecos vacíos que se diera a las malas interpretaciones.Amber Cox sonrió ante la respuesta de Blake con una cortesía que no sentía, pues sus ojos fueron dos relámpagos de furia que amenazaron con liberarse de un momento a otro.—Supongo que el mensaje de mi marido ha sido lo suficientemente claro, señora Cox —intervino Hope, la mujer era cinco años mayor que ella, así que…—¿Señora? —cuestionó en tono indignado.—No puede pretender que la llamé señorita a estas alturas del partido con tantos divorcios sobre sus hombros —señaló Hope poniéndose de pie.Amber fijó la mirada en Hope, había hecho su trabajo al respecto, sabía que iba a encontrarse con Blake tarde o temprano,
¡Tres semanas!Tres semanas era el plazo que Abby le había dado a Isaac para casarse con ella. Isaac se había sorprendido, pues esperaba que su prometida planificara la boda de sus sueños, sin embargo, Abby había decidido todo lo contrario.«El tiempo es oro y la vida es muy corta para perder más el tiempo, Isaac. Yo estoy segura de mis sentimientos por ti y si en tu corazón no existe duda alguna de que me amas, no entiendo por qué debemos esperar. ¿Qué vamos a esperar?»Aquellas palabras habían sido decisivas para Isaac. Él no iba a negarse a convertir a Abby en su esposa y compartir con ella por el resto de su vida.Las tres semanas pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Bárbara Hamilton había convocado a toda la familia para solicitarles su participación y planificación de la boda.Si la familia se vio sorprendida por el repentino anuncio, se abstuvieron de hacer comentario alguno y participaron muy activamente hasta en el más mínimo detalle de la fiesta.Hope y Daphne fueron las en
Abby miró su reloj por enésima vez, el pequeño aparato marcaba las ocho de la noche y quince minutos e Isaac no daba señales de vida.—¿Dónde te has metido? —musitó en voz baja, mientras caminaba a su balcón, ya ni recordaba las veces que lo había hecho en los últimos cinco minutos.Abby estaba tentada a llamarle y preguntarle, pero… ¿Qué iba a preguntar? ¿Si se había arrepentido? ¿Qué de repente se había dado cuenta de que no eran el uno para el otro? Ella negó con brusquedad, como si de esa manera los malos pensamientos se alejaran de su cabeza.Eran pensamientos que no debía tener, que no debía siquiera pensar.—Isaac —lo llamó.Abby se acercó a la ventana de nuevo, caminó un par de veces, miró su reloj y apenas habían pasado tres minutos.Estaba a punto de caer en la desesperación, incluso estaba tentada de llamar a la policía, pero cuando sus ojos se fijaron en el auto que estacionó frente a la entrada de su casa, ella se olvidó de todo, salió de su habitación y corrió escaleras
Un sentimiento de enojo se apoderó del cuerpo de Isaac y un deseo de ir y golpear al hombre barrió por cada fibra de su ser, sin embargo, no se movió de su sitio. Se obligó a estar de pie, justo allí donde estaba.—Isaac —murmuró Connor, el hombre no tuvo ningún problema en reconocérselo y sin saber por todo lo que el ex agente había pasado se acercó para darle la mano.Isaac de nuevo estuvo tentado a no corresponder el saludo, pero terminó extendiendo su mano, recordando que el motivo de su secuestro también tuvo que ver con su trabajo. Ser un agente no era fácil y llevaba muchos riesgos y en el fondo agradeció no haber sabido qué Connor vivía, pues con seguridad habría revelado la verdad ante tantas torturas a las que había sido sometido.—Connor —dijo, sorprendiendo al hombre, pues en todos esos meses, seguía utilizando el nuevo nombre que le fue otorgado.Daphne carraspeó para llamar la atención de los hombres, pues la presencia de Isaac en casa de sus padres y luego de tanto tiem
Abby dejó escapar un ligero gemido, su cuerpo estaba dolorido, pero de esa manera deliciosa, con esas señales inequívocas de haber hecho el amor toda la noche.—Buenos días mi Ángel —saludó Isaac dejando un sendero de besos húmedos por sus hombros y mordiendo el lóbulo de su oreja.—¿Cómo llegamos aquí? —preguntó, la chica al darse cuenta de que estaba sobre una cómoda y suave cama.—Exactamente, no lo sé —Isaac se rio—. ¿Importa? —preguntó sin dejar de reír.El sonido de aquella risa inundó el corazón de Abby, que bien se sentía, era como estar en el lugar correcto, con la persona correcta.—Lo único que me importa es saber que estás aquí, conmigo —respondió, girándose para quedar frente a frente con Isaac.—Abby —susurró, perdiéndose en su mirada, Isaac estaba tentado a tomar los labios de la muchacha y volver a perderse entre las mieles del amor, sin embargo, era consciente de que no todo era pasión. Ellos se habían entregado por completo y él deseaba hacer las cosas bien y bonitas
«Deseo hacerte el amor»El cuerpo de Abby tembló ante tal declaración, su corazón se aceleró y su intimidad se humedeció casi de inmediato.—Isaac —susurró, mirándolo a los ojos con intensidad.—Abby…El ex agente estaba a punto de retractarse, quizá no había sido el mejor momento, tampoco era el mejor lugar, por lo que, haciendo acopio de su fuerza de voluntad, intentó apartarse del cuerpo de la joven.Abby adivinó sus intenciones y antes de que se pudiera alejar lo haló de la camisa y tomó su boca en un beso desenfrenado, presionándose contra él de tal manera que no pudiera escapar.Isaac tampoco deseaba huir, él no era un don Juan, no tenía ningún interés en nadie más que no fuera Abby, tampoco la quería para una noche de aventura. Él deseaba que su Ángel formara parte de su vida y felicidad por el resto de sus días.Quizá estaba comportándose de manera egoísta a ojos del mundo, sin embargo, era todo lo que él deseaba. No pedía nada más a la vida, no quería nada más.El bes
Isaac se quedó de piedra por unos breves segundos, antes de cerrar los ojos, tomar el cuello de Abby y corresponder el beso.Abby gimió al sentir la lengua de Isaac abrirse paso por su boca y de dominar el beso, se vio sometida por la fuerza y la destreza del hombre, mientras Henry y Romina miraban en completo silencio la situación.—Creo que estamos de más —murmuró Romina, acercándose a Henry.El muchacho asintió y no se fijó en lo cerca que estaba su querida enemiga.—¿Por qué no me invitas una copa? —preguntó Romina.Henry se giró para verla y sus labios casi quedaron juntos, él tragó, la última vez que habían estado muy cerca uno del otro, había sido dos años atrás, mientras celebraban el cumpleaños número dieciocho de Romina.—¿Quieres que te invite? —preguntó Henry desconcertado.—No tengo nada mejor que hacer y ver a una pareja comerse delante de mí, no es mi fetiche —mencionó.Henry miró a Abby y se dio cuenta de que definitivamente no iba a recuperar a su prima esa noche, así
—¿No es Romina, la pequeña minina? —preguntó Alexander, señalando en dirección del auto de Isaac, mientras él rodeaba el carro para subirse al lado del piloto. —¡Cállate! —gritaron Henry y Abby al mismo tiempo.—¡Qué carácter! —gruñó Alexander, ganándose una mirada severa y amenazadora por parte de sus primos.—Será mejor que no te metas con ella, Henry aún está sensible —susurró Lucas, el menor de los cuatro, desconocía con exactitud lo ocurrido, pero era evidente la tensión que existía entre Romina y Henry.Alexander se encogió de hombros y se dirigió a su auto.—Los veré en el centro comercial —dijo, mientras Henry apretada los puños y Abby esperaba tener una buena respuesta por parte de Isaac esa noche. —¿Vienes conmigo o con Henry? —preguntó Abby a su hermano, Lucas tenía el auto en el taller y su padre se había negado a darle otro.—Valoro mi vida lo suficiente como para ir contigo, hermanita, te veo en el centro comercial —respondió Luca, subiendo al auto de Henry con
«Así que no volverás a librarte de mí»Isaac sintió que su corazón latió fuerte dentro de su pecho y le fue imposible no sonreír ante el rostro sonriente, decidido y feliz de Abby.—¿No estás molesta? —preguntó, aún no habían aclarado su abrupta partida y aunque Abby había mencionado que no era necesario, no podría avanzar si no trataba el tema con la importancia que tenía.—Al principio estuve molesta conmigo misma por no darte la mano ese día, pero tienes que reconocer que no estaba preparada para descubrir que no eras Xavier —comentó levantándose de su silla y caminando en su dirección, pero sin llegar a acercarse tanto.Abby se detuvo, se sentó sobre el escritorio y se cruzó de piernas.Isaac se mordió el labio ante las acciones de Abby, mientras se preguntaba: ¿En qué momento se había convertido en una joven atrevida? Y no es que le molestara la nueva actitud de Abby, todo lo contrario, aun así…—Lo siento —dijo al darse cuenta de que Abby esperaba una reacción por su parte.—Ten
«Abby»El cuerpo de la joven tembló, su corazón latió casi con violencia dentro de su pecho. Había pasado tanto tiempo desde aquella última vez que se habían visto, desde aquella extraña y fría despedida.—Isaac…El exagente le sonrió, no podía hacer otra cosa. Jamás imaginó que encontraría a Abby justamente en la puerta de la mansión Cameron.—¿Qué haces aquí? —preguntaron al unísono.El silencio se instaló entre ellos luego de aquella pregunta, Isaac no sabía si debía responder y Abby estaba tan asombrada que no encontraba su voz.Isaac se fijó en la mano sobre la mano de Abby, no la había retirado, y así fue como fueron sorprendidos cuando la puerta se abrió.—¡Señorita Hamilton! —pronunció la muchacha.Abby le sonrió, pero se lamentó la interrupción, seguramente ahora venía la despedida y no volverían a encontrarse.—Señor Harper —saludó la muchacha al darse cuenta de la presencia de Isaac —¿Cuánto tiempo sin verlo? —exclamó.Isaac le sonrió, mientras Abby lo miraba de manera inte