lylaRashid abrió una habitación al final del pasillo de un pasillo oscuro. Cada una de las puertas a cada lado del pasillo estaba hecha de acero y tenía lo que parecían pesados cerrojos soldados en el marco de metal.Me volví cuando la puerta frente a nosotros se abrió.Rashid entró primero y las l
Incliné la cabeza. Supongo que eso tenía sentido ya que no tenía idea en lo que estaba a punto de meterme. Incluso si la idea de que Rashid tuviera control total sobre mí me excitaba muchísimo, me hacía sentir bien que él quisiera que yo pudiera decirle que parara.“¿Por qué no puedo decir 'para'?”
Se dio la vuelta para pararse frente a mí y detuvo sus cuidados para estirar la mano y tirar de las ataduras presionadas contra mi pecho. Me reajustó para que quedara completamente plano y no inclinado hacia el suelo. Llegué a la altura de los ojos de su polla.Saltó cuando me lamí los labios.“Por
Me muevo contra las correas. "Sí.""¿Uno con un vibrador?" Hizo clic en él.Oh... eso sonó fuerte..."N-no..."Su mano agarró mi nalga, sacándola de la otra y frotando la parte vibradora del consolador a lo largo de mi clítoris y entre mis labios. Gemí, queriendo volver a empujarlo para mantener el
lylaCuando desperté, ya podía decir que era de mañana.Apenas recordaba el viaje a casa de anoche, demasiado exhausto por el tiempo que pasé dentro de la habitación roja y por estar atado en ese columpio. Lo único que recordaba era a Rashid cargándome escaleras arriba y arropándome mientras se aseg
"Ey…"Me sonrió, metiendo las manos detrás de la espalda. "¿Que estas haciendo despierto tan temprano?"“Oh…” Miré a mi alrededor, buscando un reloj pero no vi ninguno. ¿Qué diablos era? "Sí, comienzo temprano"."Puedo ver eso." Sus ojos se movieron hacia donde venían las voces. "¿Ibas a desayunar?"
"¿Qué es esta sección?" Yo pregunté."Es la historia griega". Javier sacó uno de los libros del estante y lo abrió para mostrármelo. “Podría rescindir mi declaración anterior. Estos pueden ser el tipo de libros que más leo”.Le sonreí y me incliné para mirar las palabras. "¿Hablas griego?"“No, pero
RashidDecidir morir de hambre ante lo inevitable sólo me haría sentir más miserable, llamé a Hafsa. Me molestó lo gratamente sorprendida que sonó cuando contestó.“Buenas tardes, alteza”.Tan profesional como siempre. Me alegro de que al menos estuviera disfrutando de toda esta farsa."Me gustaría