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Capítulo 1039

Entonces, después de dudar un poco, Carmen besó rápidamente la mejilla de Christian, sonrojándose y dejando un beso ligero como el aleteo de una libélula en el agua, un toque superficial.

—Esta recompensa parece un poco superficial.

Christian no estaba satisfecho en absoluto.

Sin esperar la reacción de Carmen, él repentinamente rodeó la cintura delicada de Carmen con sus brazos y profundamente besó los labios rojos y seductores de Carmen.

Sintiendo el calor en sus labios, Carmen luchó simbólicamente por un momento y luego se rindió suavemente en los brazos de Christian.

Por un buen rato.

Hasta que Carmen empezó a jadear un poco, Christian finalmente dejó los labios rojos y seductores de Carmen con renuencia.

—Christian, ya es tarde. Deberías descansar temprano. Yo me voy primero.

Carmen, con la cara sonrojada y ardiente, parecía como un conejito asustado mientras se escapaba apresuradamente del abrazo de Christian, intentando alejarse de allí.

—No te vayas.

Christian agarró el brazo de
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