Capítulo 0012

"Y no lo estoy cuestionando", le aseguré. "Sólo me pregunto si lo estamos entendiendo bien".

Marcus frunció el ceño entonces. Pero no discutió conmigo, no me cerró la boca. Y supe que esta vez había dicho las palabras adecuadas.

Antes, me había precipitado a todo. Le había dicho que no me importaba en absoluto la Diosa de la Luna, y tal vez esa parte seguía siendo cierta. Pero no podía seguir insultando su forma de vida y su fe.

Nunca iba a llegar a ninguna parte con él de esa manera.

Y al menos así, parecía escucharme.

"¿Qué quieres decir?", me preguntó. "¿Qué podríamos estar malinterpretando?"

Tenía que andarme con cuidado. Tenía su oído y me estaba escuchando. No podía perderlo. Y eso significaba que había ciertas cosas que no podía decir.

"Quiero decir", empecé lentamente. "¿Y si hubiera algo más que ser pareja?"

No tenía ni idea de si creía del todo lo que le estaba contando. No había crecido con la Diosa de la Luna vigilándome, controlando si me desplazaba o no, escuchando sus historias.

Pero me habían introducido en su mundo y lo veía todo desde una nueva perspectiva. Y quería honrar esa perspectiva. Así que, aunque no estaba segura de si yo misma creía lo que estaba diciendo, quería darle una oportunidad.

"Ves a las otras parejas de tu manada", imploré, abriendo mucho los brazos. "Y ninguna de ellas es como ésta, como nosotros. Son felices, están unidos el uno al otro. Hay paz con ellos. Es imposible que nosotros tengamos lo mismo que ellos".

Marcus contuvo la respiración y luego exhaló profundamente.

"Eres un humano", dijo finalmente. "Así es cuando la pareja es un humano. No sientes lo que yo siento. No sabes lo que yo sé. No sabes lo que es cambiar, sentir esa fuerza. No sabes nada de ser un lobo metamorfo. No sé cómo esperas que el vínculo de pareja sea diferente".

Sus palabras me dolieron un poco. No por otra razón que no fuera el hecho de que sonaba como si me estuviera echando toda la culpa de toda esta situación.

Pero ni siquiera se daba cuenta de la verdad de lo que decía. Yo no era el metamorfo; él lo era. Así que todo esto no podía ser culpa mía.

El problema era su falta de sentimientos, su falta de empatía hacia mí.

Pero no era algo sobre lo que quisiera entrar en detalles en ese momento.

Así que me tragué mis sentimientos y me centré en lo que realmente quería decirle.

"Entonces, si de verdad el vínculo no está bien", le dije, "¿estás muy seguro de que mi ausencia provocaría en ti la reacción de la que me hablaste antes?".

Los ojos de Marcus se dispararon hacia mi cara, y supe que había descubierto mis intenciones. Pero estaba bien... porque sentía que realmente estaba dispuesto a escucharme.

No dijo nada inmediatamente. Y apartó la mirada de mí, hacia la pared que había justo al lado. Me di cuenta de que estaba pensando en lo que le había dicho, posiblemente también por primera vez.

"¿De dónde viene todo esto?" volvió a preguntarme Marcus. "No me refiero al vínculo. Pareces... diferente. Hablas diferente".

Lo sabía; también podía verlo. Pero era más que eso. También me sentía diferente.

Seguía queriendo irme, pero ya no era la misma desesperación errática de antes. La batalla y el ataque habían cambiado ligeramente mi perspectiva.

Ahora sabía que no podía hacer nada para alejarme de aquí, de Marcus. Estaba atada a él. Y tenía que tener eso en cuenta en mi forma de salir.

Me aclaré la garganta antes de hablar.

"Quiero irme", le dije sinceramente. No tenía sentido negarlo. Probablemente no conseguiría que me escuchara si no era sincera en este punto. "Pero es algo más que estar atrapada aquí. Soy un ser humano. Y estas personas, todos ustedes, son cambiaformas lobo. ¿Cómo puedo estar a salvo aquí?"

Marcus se quedó callado un momento.

"Estabas dispuesta a venir aquí con Jason", dijo, y había un ligero escozor en su voz.

Sin embargo, no dejé que me afectara. Sabía que hablaba desde la ira y no podía permitirme perder la posición que tenía ahora. Respiré hondo y dejé que sus palabras me calaran.

"No estoy seguro de haberlo estado", le dije sinceramente.

Y estaba bastante seguro de que era la primera vez que decía esa verdad en voz alta.

"Fue un plan loco urdido en un momento loco", le dije sinceramente. "E incluso en el camino hacia aquí, me invadieron muchas dudas. Y ahora que he estado aquí, sobre todo después del ataque, sé que también habría sido un error quedarme con él. No pertenezco a este lugar. Soy humana. No tengo la fuerza para defenderme".

Marcus guardó silencio durante un largo momento y sentí que una pequeña esperanza florecía en mi interior. Quizá por fin había conseguido convencerle.

"No necesitas saber defenderte", respondió Marcus con sencillez. "Yo te protegeré".

Y con esas palabras, mi esperanza desapareció.