Capítulo 1845

Charlie sintió primero el toque suave y tierno de los labios de Nanako, y luego un sabor ligeramente salado y amargo en la boca.

Él sabía muy bien que ese era el sabor de las lágrimas de Nanako. En ese momento, él sentía por ella un afecto incesante pero también de impotencia.

Sus labios se separaron suavemente unos segundos después. Nanako miró a Charlie con los ojos enrojecidos y sollozó: “Sr. Charlie, por favor no me olvide nunca…”.

Charlie asintió, respondiendo gentilmente con seriedad: “No lo haré. No te preocupes”.

“Si alguna vez necesita mi ayuda en el futuro, ¡por favor hágamelo saber!”, respondió Nanako solemnemente.

Charlie asintió. “Lo haré; ¡lo mismo va para ti!”.

Nanako rompió a sonreír en medio del torrente de lágrimas. “¡Será mejor que se vaya ahora o se perderá el vuelo!”.

Charlie la miró con una mirada anhelante y conmovedora, y se despidió suavemente de la chica. “Adiós, Nanako. Nos volveremos a encontrar algún día”.

“Bien. Adiós, Sr. Charlie”.

Esta vez, Char