A U T U M N
Había mandado un mensaje a mis amigas en el chat de grupo de Pandilla de la risa, así que cuando llamé al timbre, abrieron la puerta y me esperaron con los brazos abiertos. Me apretaron en un abrazo grupal casi al segundo de verme.
—¡Aww, chica! Lo siento mucho, —dijo Norma mientras me frotaba los brazos una vez que les conté que había visto a Ellie y a Ash juntos. Todavía no les había dado los detalles.
Habíamos entrado y nos habíamos acomodado en el sofá del salón. Los padres de Jess estaban trabajando y volverían a casa sobre las ocho, así que teníamos el lugar solo para nosotras. Les había revelado el resto de la historia: el beso, los montones de mensajes de Ash y la carta de Abby, sin omitir ningún detalle.
—¡Deberías dejarlo! Este chico no es bueno. ¡Eres dem
Traducción de Daniel Barrios. ¡Gracias por su amor y apoyo! Su compra ha dado soporte tanto al autor como al traductor. Por favor, deje una reseña, ya que esto ayudará tanto al autor como al traductor.
T Y L E REra raro cómo la gente actuaba como si ni siquiera te conociera después de que prácticamente se habían enrollado contigo delante de toda la escuela. Sin embargo, aquí estaba la prueba viviente de eso.Autumn estaba sentada con su pandilla en la cafetería, lo cual estaba bien porque no esperaba que se mudara de repente a mi tranquilo rincón, aunque al menos podía reconocer mi existencia. Era una mierda porque no podía dejar de pensar en ella desde aquel sueño caliente.Caminé hasta mi casillero después de guardar mi bandeja. Estaba sacando mi libro de matemáticas cuando sentí una presencia. Era Cassandra. Habría pensado que estaba buscando a Castor, cuya casilla estaba solo a unas pocas de la mía, pero ahí estaba ella, de pie con su ajustado uniforme de porrista, apoyada en la que estaba justo a mi lado. Ella m
A U T U M NEsta mañana había llegado un paquete con veintisiete rosas. Veintisiete rosas por veintisiete meses que llevábamos juntos. Podía ser romántico, eso se lo concedía, sobre todo cuando metía la pata. Como aquella vez que me había engañado con Cassandra, aquella vez que nos había cambiado a los dos para siempre. También había sido romántico, enviándome una caja de chocolate y una carta escrita a mano. Yo había sido una tonta entonces, guardando la caja de chocolate y su carta en la caja de seguridad que mi padre me había regalado una Navidad.Ahora no era una tonta. Tiré las rosas al cubo de la basura sin pensarlo dos veces. Es una pena, porque me encantan las rosas, pero no las que se regalan por culpa y traición. Si mi ama de llaves Alberta se dio cuenta de que las rosas estaban en la papelera de la cocina, no dijo ni
A U T U M N—¿Cuántas veces tengo que decir esto? No la empujamos, señor.¡Dulce madre misericordia! Hablar con el Sr. Lex Huntington, el subdirector, era condenadamente agotador. El tipo podía ser un vicedirector, pero eso no significaba necesariamente que no fuera un completo idiota cuando se trataba de adolescentes conspirando unos contra otros.¿Cómo pudo creer a Rosie Park, por el amor de Dios?—¿Entonces qué sugiere, Srta. Summers? ¿Que la Srta. Lawson se cayó intencionadamente y se rompió la nariz? —El vicedirector Huntington levantó la voz. Había un tono incrédulo en él como si yo acabara de sugerir la cosa más escandalosa. Casi renuncié a explicarle lo que había sucedido, ya que parecía no entender que la gravedad existía y que a veces la gente se cae al suelo
A U T U M NMirando fijamente la puerta de madera que tenía delante, con un libro de Matemáticas en la mano, seguía sin saber por qué demonios el director Bernucci quería verme. Dejé escapar un suspiro, llamé a la puerta y me preparé para girar el pomo.Vi al director Bernucci mirando por la ventana, probablemente viendo el entrenamiento del equipo de fútbol, ya que su despacho daba al campo.—¿Director Bernucci?, —saludé mientras estaba junto a la puerta abierta. Se dio la vuelta y me dedicó una sonrisa al verme. Señaló las dos sillas vacías que tenía delante y dijo:—Señorita Summers, por favor, tome asiento.Me adentré en la gran sala y tomé uno de los asientos mientras él tomaba el suyo. El director Bernucci estaba tan guapo como hace un año, cuando lo había
T Y L E RElla lo había conocido. Había conocido a ese bastardo. Uno al que había deseado ponerle las manos en la garganta, el mismo al que había querido destruir. Me agarré al borde de la mesa con tanta fuerza que mi cuerpo temblaba literalmente; si acaso era por la ira y el resentimiento.¡Cálmate, Tyler! ¡Pronto tendrás tu venganza! Él rogará por tu misericordia. Harás que se arrepienta de haberte abandonado a ti y a mamá. Le harás pagar.Cerré los ojos y respiré profundamente para calmarme. Cuando los volví a abrir, ardían en deseos de venganza.Llevaba toda la vida esperando esto. Por fin llegó el momento.Porque mi silencio no es una debilidad sino el comienzo de mi venganza.A U T U M N—Sigo pensando que es Ellie —Jess tir&oac
A U T U M NAl día siguiente durante la clase de inglés, Mey ocupó el asiento junto a mí en el fondo del aula. Jess nos había llevado a todos a la escuela esa mañana, y nos habíamos reído mucho en el camino a pesar de la carta de amenaza que nos había quitado el sueño la noche anterior.—Bien, clase, voy a distribuir los resultados de sus exámenes. Los que no hayan aprobado, tengan la amabilidad de reunirse conmigo después de clase para programar su nueva prueba. —Joe llevaba una pila de papeles en el brazo y empezó a caminar, repartiendo nuestros resultados.Se detuvo junto a mi mesa unos minutos más tarde y puso el papel sobre ella.—Buen trabajo, señorita Summers. Habría sido un sobresaliente si no fuera por unos pequeños errores en el número tres.Le dediqué una pequeña so
T Y L E RMiré la fotografía de una joven de quince años con el pelo corto y castaño y unos ojos oscuros de color avellana que coincidían con los míos. Shanelle era su nombre. Pensar que esta chica inocente era la hija de aquel bastardo era casi increíble. Parecía tan inocente y angelical, y casi me sentí mal por hacer esto. Pero la venganza era la venganza, y no importaba lo difícil que fuera, todavía tenía que hacerlo.Dejando escapar un profundo suspiro, le di una palmadita en el hombro a Lucas.—Te debo esta, compañero. —Mi amigo se rio.—No te preocupes, amigo. Es una chica bonita, es un placer.A U T U M NMe sentía como una mierda mientras estaba tumbada en mi cama, mirando las cuatro paredes. Aunque odiaba admitirlo, me sentía mal por haber amenazado a Ellie. Deseaba no haber ten
A U T U M N—¡Autumn! ¡Autumn! ¡Para! —Su voz acariciaba mi nombre como antes, pero ahora se sentía como una puñalada en la parte posterior de mis oídos.Cuando estuve segura de que podía hacerme la dura, me di la vuelta para mirarlo. Estaba jadeando. Dobló su cuerpo, poniendo una mano en su rodilla.—¿Por qué no me dijiste que venías?—¿Por qué?, —le espeté—. ¿Para poder avisar a esa zorra y decirle que espere? —Joe se enderezó y me lanzó una mirada de desaprobación.—No es una zorra.—Ah, ¿y ahora eres su abogado? —Puse los ojos en blanco—. Esa no es la impresión que tuve cuando la vi haciéndote sexo oral. —Era bastante impresionante la rapidez con la que hab&iac
C a p í t u l o e s p e c i a l : N S F W (Not Safe From Work)= No es seguro para el trabajoEste capítulo está dedicado a aquellos que disfrutan de algunas escenas calientes y sexys.A U T U M N S U M M E R SEstábamos acostados en mi cama, desnudos bajo la cálida luz dorada que se inclinaba sobre la cama desde la cortina blanca cerrada del balcón. La ropa que usamos fue arrojada a un lado como si fueran hojas en la brisa cuando Tyler me desnudó y luego a él entre besos, sus manos se movieron sobre mi piel desnuda, como si estuviera tocando delicados pétalos de una flor. Me acercó más, su beso se hizo más profundo mientras su lengua buscaba la mía con sensual urgencia. Empujó la mía en la dulzura de su boca, mis manos agarraron sus hombros y luego se entrelazaron su cuello, una m
A U T U M N S U M M E R S Unos treinta minutos después, mi papá y Steven entraron a la casa. Pasaron junto a todos los demás y se acercaron a mí en cuestión de segundos. —¿Estás bien? —preguntó mi papá con sus ojos llenos de preocupación. Antes de que pudiera responderle, Steven me dio un abrazo. —¡Dios, estás bien! ¡Estoy tan feliz de que lo estés, hermanita! —Dio un suspiro de alivio. —Estoy bien, papá —le respondí amortiguando el abrazo de Steven. Mi hermano finalmente me dejó ir y fui a abrazar a mi papá. —No te preocupes, cariño, no dejaré que los que te hicieron daño se salgan con la suya —juró mientras sus brazos me sostenían con fuerza—. Alex, —gritó—, Ayúd
Autumn Después de confesar todo, todavía tenía algo atascado en la garganta. La razón por la que Ellie estuvo ayudando a Rosie era que ella entendió mal lo que había sucedido entre Nick y yo, y quizás también por Ashton. Demetrius ayudó porque, por la misma razón que Ellie, quiso vengarse de lo que le sucedió a Nick: ser expulsado del equipo y perder su oportunidad de obtener la beca. Por otro lado, Tyler ayudó porque necesitaba los recursos de Rosie para vengarse de su padre. Para Shanelle, fue porque Rosie prometió obtener toda la información sobre su medio hermano, también conocido como Tyler. No pude evitar pensar que todo sucedió por mi culpa. Porque ayudé a Nick, creando un malentendido. Si eso no hubiera sucedido, nada hubiera pasado. Ni Rosie o Ellie tendrían motivos para hacer todo.
A U T U M N S U M M E R S —Espera. —Ty se volvió y se puso de pie frente a ella y Ellie, con el ceño fruncido—. ¿Así que Demi es uno de tus secuaces? —¡Bingo! —Rosie chasqueó los dedos y sonrió, luego dejó escapar un suspiro de satisfacción—. Te estás volviendo bueno en esto, Vince. Estoy impresionada. Tan diferente a tu vieja versión. Rosie estaba a punto de decir algo más, pero Ellie la interrumpió preguntándole a Cas—: Aún no has respondido a mi pregunta. El chico levantó una ceja. —¿Qué? —Parpadeó y pareció que finalmente entendió a qué se refería—. Oh, ¿te refieres a de dónde saqué esta foto? La obtuve de ella. —Desvió la mirada hacia Rosie, inclinando la cabeza en su dirección—. Tiene todo tipo de cosas interesantes en ese pequeño teléfono. Me estremecí ante eso. A juzgar por el comportamiento de Rosie. estaba dispuesta a hacer todo lo posible para manipular
A U T U M N S U M M E R S Una vez que todos se acomodaron, les presenté a los niños a mis amigos. Todo el mundo ya sabía sobre el incidente en el Encuentro Anual de Bernucci hacía unas noches, así que no tuve que volver a explicarlo. —Cas vino aquí hace una hora. Sabía que ella iba a hacer algo drástico una vez que supiera que la persona detrás de todo esto era ella. Atrapó a Rosie cuando estaba tratando de apuñalarme con un cuchillo de cocina. —Señalé el cuchillo que estaba sobre la mesa. Desde mi vista periférica, pude ver a Ty apretando los puños con los labios en una línea sombría. El resto de mis amigos se veía sorprendido y no pude culparlos. Demonios, cuando llegó Cas por primera vez, pensé que estaba bromeando. —¿Por qué? —preguntó Jess mientras miraba con cautela a Rosie y Ellie—. ¿Por qué nos hiciste todo esto? Nunca te hicimos nada malo. Koltin resopló y refu
T Y L E R V I N C E N T Cuando llegué el sudor me empapaba la camisa. Había mucho tráfico y tuve que decirle al taxista que se detuviera a unas cuadras para luego correr. Cuando pensé que finalmente podría subir las escaleras y advertir a Autumn, el tipo de seguridad que trabajaba en su edificio decidió que era hora de una inspección minuciosa. Independientemente de cuántas veces le informé que se trataba de una cuestión de emergencia, no me creyó. Iba a pasar corriendo junto a él, pero sabía que solo me haría ver más sospechoso y sin duda desperdiciaría más tiempo explicando la razón detrás de tal acción. Al final terminé con la inspección. Una vez que se consideró satisfecho, rápidamente caminé hacia el ascensor y presioné el botón para subir. Aproximadamente tres minutos después llegué frente a la puerta de Autumn, llamé tantas veces a la puerta que en sentido figurado asesine a su timbre. Mal
A U T U M N S U M M E R S Me desperté a la mañana siguiente con una sonrisa pegada a la cara. La cena de anoche fue muy bien. Mis padres parecían adorar a Tyler, especialmente mi madre. No paró de hablar de lo estupendo que era durante las dos horas siguientes, incluso después de que Ty hubiera ido a recoger a su madre al trabajo. Mi padre había dicho que estaba bien con Ty, pero a juzgar por cómo se relacionaron y hablaron de nuestro queridísimo director Bernucci y su aventura universitaria, yo discreparía. Al fin y al cabo, papá y Alexander Bernucci eran amigos desde hace años, desde su época universitaria. Mirando la puerta con nerviosismo, esperé en silencio. Por lo general, a esta hora, mi gran tonto hermano se colaba en mi habitación y me despertaba con su voz fuerte dando los buenos días, sol. Ahora que no lo hacía hoy, tenía que admitir que me resultaba un poco extraño. Busqué mi teléfono en la mesita de noche y decidí enviarle
T Y L E R V I N C E N T A la mañana siguiente me desperté sintiéndome renovado y satisfecho. La cena de anoche había ido mejor de lo que había previsto. La familia de Autumn fue muy acogedora y, para ser sincero, aunque Autumn no dejaba de disculparse por la incesante línea de preguntas de su padre y Steven durante y después de la cena, no me importó. Podía compartir más o menos su necesidad de preguntar. Simplemente querían saber más sobre mí para asegurarse de que Autumn estuviera a salvo y no se hiciera daño. Lo entendía perfectamente. Eran las cinco de la mañana y sabía que mi madre había tenido un turno de noche, así que debía estar cansada. Doblé la manta, ordené la cama y decidí preparar una comida sencilla para el desayuno. Con cuidado de no hacer ningún ruido que pudiera despertarla, me dirigí de puntillas a la cocina. Treinta minutos más tarde, mi madre entró en la cocina todavía en bata, bostezando mientras se abrazab
T Y L E R V I N C E N T Cuando llegamos, eran las ocho. Llegamos a tiempo, pero aun así, mi instinto me decía que deberíamos haber llegado antes, y a juzgar por la forma en que el señor Summers me miraba con una ceja levantada por encima del borde de su periódico, sabía que no me equivocaba. —¡Por fin voy a conocer al famoso Tyler Vincent! —Una mujer de unos cuarenta años que parecía la viva imagen de Autumn entró en el salón con una sonrisa y la reconocí al instante. No porque se pareciera a la versión mayor de Autumn, sino porque salía en la televisión cada mañana y cada noche. Todo el mundo conocía a Ava Smith. Era así de famosa. Mirando a Autumn y a su madre una al lado de la otra, me pregunté por qué no se me había ocurrido que eran madre e hija. —Encantado de conocerla, señora Summers, —me adelanté, ofreciéndole mi mano, que ella tomó con otra sonrisa. —Puedes llamarme Ava. —Su mirada pasó de mí a Autumn antes de vol