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Capítulo 1380

Simón se rió entre dientes y prendió un cigarrillo.

En ese justo momento, Desideria finalmente recobró el sentido. Se apresuró rápidamente hacia Dagoberto con gran preocupación y preguntó: —Señor, ¿está usted bien?

Con un sonoro bofetón, Dagoberto le dio directamente a Desideria en la cara y dijo fríamente: —Fuera de aquí.

Desideria se sintió al instante humillada, pero no se atrevió a responder y en cambio desquitó toda su frustración con Simón.

Con una mirada feroz, lo enfrentó y dijo en voz alta: —Los jóvenes no saben respetar a sus mayores. Espera a que venga el señor gobernador y, en realidad verás cómo terminas.

—Bastarda, — respondió Simón con solo esas dos palabras.

Pero el orgullo de Desideria fue profundamente herido, y ella exclamó bastante enojada: —¿A quién llamas bastarda?

—Te llamo bastarda, ¿qué pasa? —respondió Simón, mirándola fijamente.

Desideria sintió un escalofrío muy inexplicable en lo profundo de su corazón, pero continuó: —Solo espera, pronto sabrás lo terroríf
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